Llévame al Paraíso

París 050818

- TY, está todo listo para mañana en la noche, el chofer de Song es nuestro, solo espera la señal y puedes hacer tú magia – hablaba el "jefe" de Taeyong que lo había ido a visitar en su apartamento, llevaba mucho tiempo sin estar allí, ya no lo sentía como suyo luego de tantos días con Jaehyun.

- ¡Genial! Pero... jefe, tengo un último favor que pedirle, si no es mucha molestia por supuesto – vio que el hombre le brindó una sonrisa aprobatoria – me gustaría hacer todo en mi vieja casa, el lugar donde viví con mis padres.

- Oww... ¡que emotivo! – sonaba irónico – está bien, puedes trabajar donde quieras, ya sabes que me gusta que seas libre. – hizo silencio unos segundos – por cierto muchacho, no olvides lo que hemos hablado... te conviene quedarte a mi lado, cuando expongamos la verdad del ministro su partido perderá centenares de seguidores, la política es todo prestigio, puedes tener una vida de mierda, pero si nadie se entera estás bien... y tenemos un hombre que nos va a representar, lo vamos a apoyar y ganaremos mucho de esto, incluso podría ser presidente si seguimos haciendo las cosas bien ¡imagina eso!

- Jefe... no necesito eso, yo... solo quiero vengar a mi familia.

- TY, TY, TY... no te quedes en algo tan simple como esto, piensa en grande – el mayor pasó una mano sobre el hombro del contrario - ¿sabes por qué decidí apoyar a un niño que ni siquiera sabía sostener un arma? Porque pude verme reflejado en ti, pude ver esa ira, esa ambición, esas ganas de lograr lo que quieres, vi un futuro heredero en ti.

- ¿De verdad piensa eso de mi? – Taeyong sonaba sorprendido, parecía entender la razón de todos los meses que recibió dinero sin siquiera dar señales de vida ante su jefe.

- ¡Por supuesto! Eres como un hijo para mi, y juntos podemos hacer toneladas de dinero y controlar desde las atrás a este maldito país que te dio la espalda ¿quieres tener una vida miserable con un trabajo rutinario? No, naciste para más que eso.

- Creo que... creo que tiene razón jefe – el menor sonrió – aquí es donde pertenezco.

(...)

- Bang, vamos a pasar primero por la tintorería, necesito tener un traje extra – habló el ministro tranquilamente a su chofer, se dirigían a una cena en un restaurante costoso.

- Lo siento señor, creo que los planes han cambiado – oyó una voz extraña y levantó la vista para toparse con un cabello plateado y una cara sonriente – si tocas ese teléfono te voy a manchar el carro de sangre... y no es fácil de quitar – apuntó con su arma la frente de Song Yejin y recibió el teléfono de este.

- ¿Qu---quién eres? – el hombre respiraba de forma rápida, estaba asustado.

- Sshh, de eso hablaremos luego, ahora es mejor una siesta – lo golpeó con el mango de la pistola en la cabeza para que no fuese una molestia por un rato.

Taeyong comenzó a manejar mientras tarareaba una canción y veía que lo seguían cuatro motos de la policía privada que había contratado el ministro; sin embargo, sabía que dos de ellos ya se habían aliado a su jefe y se encargarían de que no estorbaran a la hora de realizar su trabajo... realmente iba a lograrlo, por fin tendría a la mano ejecutora principal de la muerte de su familia.

Una oleada de emociones lo invadieron, estaba terminando la meta que se puso desde hace casi 5 años... pero no estaba feliz como creía que se sentiría, no percibía su cuerpo liviano, la libertad correr por sus venas y la imagen de sus padres y su hermana sonrientes y descansando en paz por fin... no sintió nada de eso que tanto había imaginado.

Al llegar al sitio que fue su hogar cuando era un niño, Taeyong esperó a que los dos infiltrados hicieran lo suyo para poder despertar al ministro y obligarlo a entrar a su casa mientras lo apuntaba con el arma; el lugar, por ser en las afueras de la ciudad, no era demasiado concurrido, especialmente en la noche así que solo necesitaban tener pistolas con silenciadores, actuar rápida y cautelosamente, y nadie de la zona lo notaría hasta que se encontraran los cadáveres.