Capítulo | 04

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Salí del balcón en el que estábamos, Kile me seguía detrás, eso era un disparo, estaba segura.

Corrí hacia el lugar donde sentía que había sonado, una puerta blanca de roble se encontraba semi abierta, se podía sentir el llanto desde donde me encontraba.

-NO, NO, KILEE!.-Acelere al darme cuenta que aquella persona era Milton, ingrese al cuarto y me paralice al ver la imagen que se presentaba ante mis ojos

-MILTON!, OH DIOS MIO.- Empecé a llorar, Kile me agarro de la cintura y tiro de mi para que salga de ahí.-OH DIOS.

-Calma, necesito que te calmes, veré que pasa.-asentí mientras sentía como mi cuerpo empezaba a temblar, era imposible.

Milton se encontraba llorando abrazando el cuerpo de una chica cubierta de sangre, no quería imaginarme lo peor.

Me levante y volví a ingresar a la habitación, me arrodille frente a Milton, miré hacia Kile quien se encontraba hablando por celular, no me digne a mirar al cuerpo de la chica, me daba temor saber si estaba muerta.

-La mate, Lei, no quise, te juro.-ambos estábamos llorando, abrazados en el piso, acariciaba su cabeza para que se calme, estaba entrando en una crisis.-No quise, voy a ir preso, no puedo ir preso, Lei, NO PUEDO IR.- lo único que hacia era llorar, sentía movimiento en la habitación pero no observe lo que pasaba.

-No vas a ir preso Milton.- no sabia que decirle, como le decís a la persona que más amas que sus sueños se derrumbaran?, era mi hermano pequeño, haria lo que fuera para que este bien.

Kile se acercó a nosotros.

-Ya se fueron los invitados, tus padres están abajo, bajemos.-me levante a la par que Milton, en ningún momento nos soltamos.-No te preocupes, voy a encontrar una solución.

-No me dejes solo Lei.-Lloré en su hombro.

-Nunca.- era una promesa que iba a cumplir.

Había pasado 2 horas desde el suceso, Milton se encontraba abajo con mis padres y Kile en su oficina.

Lauren vino en bien se entero de esto, la necesitaba junto a mi.

-Tranquila Leila, no vas a solucionar nada así.-Ella no entendía la gravedad del asunto.

Él... la mató... mató a alguien. Oh dios mío, mató a alguien.- lágrimas salían cómo un río por mis ojos, mis manos temblaban, seguía en shock, mi mirada iba y venía por toda la habitación, desorientada.

-Cálmate.- Lauren, trataba de calmarme pero no tenía éxito

-No lo entiendes Lauren?, no entiendes la gravedad de esto?.-mi cara reflejaba todo la angustia que sentía.- una vida, se llevó una vida.- el llanto se escuchó por toda la habitación, que había pasado dentro de esa habitación para que Milton mate a una persona?, era ilógico, una utopía.

-Lo sé, lo sé pero él ya tiene una solución.- Se notaba la esperanza en su voz, esperanza que por mas que trataba de tener era imposible

-No, no,no.- negué mientras mis lágrimas no dejaban de correr, no confiaba en él.- No.

-Leila, por favor Amiga, es lo último que nos queda.- nos encontrábamos desesperada, no sabíamos como salir de esta situación o siquiera como manejarla, teníamos que aferrarnos a algo para no hundirnos más.

La casa era un desastre, mis padres se encontraban desesperados, todos estábamos alterados.

-Podemos hablar?.-ambas miramos hacia la puerta donde se encontraba Kile, asentí porque era obvio que me preguntaba a mi.

Lo seguí hasta su oficina, Milton se encontraba siendo atendido por un psiquiatra, se encontraba muy inestable.

-Tengo una solución.-miré a Kile esperanzada, en verdad esperaba poder ayudar a Milton.- Pero no te va a salir barato.- fruncí el seño.

-¿Qué?.- observaba a Kile servirse una copa de vino, no entendía.

-Milton va a ser atendido por la mejor clínica psiquiátrica de Londres, en casa, no irá preso, ya que, no habrá delito, y si no hay delito, no hay crimen ni cuerpo.- No quería que el caso quedara impune, Milton tenia que pagar por lo que hizo, a nadie le gustaría que la muerte de un familiar quedará en la nada.

-No, tiene que pagar por lo que hizo, no hay una manera de mandarlo a una cárcel en la cual pueda tener sus comodidades, no quisiera que a mi hermano lo golpearan, Milton no conoce otras realidades.-odiaba ser tan llorona, me era imposible, imaginarme a mi hermano tras las rejas, era un puñal en mi pecho pero era lo justo.

-Pensé que querías a Milton libre.

-Lo deseo pero es algo imposible, tiene que pagar por lo que hizo.- me dolía pero era así.

-Hagamos algo, Milton no va a ir preso, va a ser atendido por la mejor clínica de Londres y el que hizo el delito va a ser condenado.- mire a Kile confundida.

-Eso es imposible, no puede ser condenado sin ir preso.

-¿Y quién dijo que Milton iba a ser el condenado?.- no entendía.

-¿Qué?

-Va a ver un condenado pero no va a ser Milton. Leila, que se haga justicia no siempre significa que el responsable vaya preso, si no, que alguien responda y sea encerrado por el crimen, sin importar si es el culpable o no.

-Pero no es justicia

-Claro que lo es, sabes cuántas personas están presas o han quedado presas injustamente? Muchas.

-No, eso esta mal.

-¿Preferís que Milton sea encerrado, que este en la misma celda que un violador, que lo golpeen, lo humillen?.

-No.-no quería, en serio, no podía imaginar a mi pequeño hermano en ese lugar oscuro.-¿Cual es el precio?.

Le había prometido a mi hermano hacer lo que este en mis manos para ayudarlo, no me agradaba la idea de que otra persona quede implicada pero no podía permitir que mi pequeño rayo de sol pierda su luz. Pero, imaginar a una persona inocente tras las rejas, me rompía el alma.

-Cásate conmigo.


Mi propiedadWhere stories live. Discover now