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Mire una vez más a Silver, quien no dejaba de pasar su mano sobre su mentón, una y otra vez, comenzaba a estresarme el sonido que hacía entre dientes. Estaba apoyado sobre el mesón de la cocina con las piernas cruzadas, de no ser por el hecho de que le haya obligado a quitarse sus botas, ahora todo el suelo estaria lleno de lodo proveniente del exterior, parecía que en cualquier momento vendría un rayo o un tornado y nos mataría a todos. Sí, demasiada imaginación.

Finalmente levantó su vista del suelo y hablo: — Debes ir, eso te hará las cosas más fáciles con él. Si lo ilusionas caerá más bajo. — Sonreí un poco, pues no era mala idea.

  — Esta bien. — Respondí, apretando mi puño izquierdo sobre la mesa. — Pero solo iré porque quiero venganza contra todos ellos, ¿Bien? No quiero que luego te arrepientas e intentes convencerme de perdonarlos y todo esa mierda.

  —  ¿Y por qué diría eso? — Note como su rostro mostraba que le molestaba todo el asunto. — El hecho de que se hubieran quedado callados viendo como te hacian la vida imposible, vaya, me parece que es más que una razón suficiente. — Camino hasta la cocina y todo con un tenedor, por quinta vez, la carne que se descongelaba en agua hirviendo.

Cruce mis brazos sobre la mesa cuando él finalmente se sentó en la silla en frente de mi, seguian estando tenso, me extraño un poco el hecho de que tuviera pequeñas ojeras en su rostro, pero no pregunte.

  — ¿Por qué te fuiste con tu padre Silver? — Sabía la respuesta a mi pregunta, pero quería oírla de su boca. Su mandíbula se tensó más y una vena minúscula sobresalía de su cien.

  — Para buscarte, ya lo habías oído, Shadow te lo dijo. — Definitivamente ocultaba algo más que eso, nadie abandonaría todo para ir a buscar a alguien con el que casi ni hablaba durante todo el año. Yo era la que intentaba hablar con él y salia corriendo con el rostro totalmente rojo.

  — ¿Por qué fuiste a buscarme? — Comenzó a balbucear sin control haciendo que empezara a irritarme, se estaba mordiendo el labio inferior de nuevo. — Silver. — Susurre, advirtiéndole de lo que pasaría si no contestaba rapido.

  — ¿Ya viste la hora? — Genial, ahora me evade. Se levantó de su silla y se apresuró para ponerse sus botas nuevamente.   —   Dejó de llover ya, debo hacer unas cosas en casa también.

Antes de que llegara a la puerta me adelante y me interpuse en su camino, mirándolo de la manera más amenazante que podía, era increíble todo esto: El hecho de que confiara en él lo suficiente como para contarle todo lo que tenía planeado, y era perfectamente consciente de que él podría darse vuelta y contarle a todos, ¿Y no podía simplemente responderme unas preguntas triviales porque ya estaba corriendo?

  — ¿Vas a responder lo que pregunto o tendré que obligarte arrancando cada vello de tu pecho? — Mi vision paso unos segundos a su pecho, donde pequeños vellos blancos salían de su camisa. Volvía a mirarlo a los ojos torciendo mi cabeza un poco sin dejar de sonreír. Era perfectamente capaz de hacerlo, y él lo sabía. 

  —  ¿Me estas amenazando Amelia Rose? — Imito mi expresión, y debía admitirlo, le quedaba genial. Trague saliva.

  — Si. — Me mantuve firme ante mi objetivo, por miles de expresiones escalofriantes que hiciera no lo dejaría marchar. 

  — Es una pena. — Respondió. — ¡Permiso! — Levantó su mano derecha e inmediatamente un aura de color turquesa la rodeo, pocos segundos después empecé a flotar unos pocos centímetros sobre el suelo. Este maldito. Intente volver al suelo pero era imposible, sonreía con burla mientras me llevaba al lado contrario de la puerta. Tomo el pomo de la puerta entre su mano izquierda.

  — ¡Ni se te ocurra salir por esa puerta desgraciado! — Grité, señalando con mi dedo índice. Ignoro mi amenaza y abrió la puerta aún con una sonrisa maliciosa en su rostro, una brisa helada recorrió todo el lugar. Oí de fondo un Clip pero lo ignore, no tenía tiempo para algo más que evitar que Silver se fuera.

Cuando cruzó por la puerta y la cerró el aura turquesa desapareció de mi alrededor, corrí hasta la puerta y la abrí, apenas y estaba a una altura peligrosa por lo que tome el suficiente impulso y salté hacia él, gritando: — ¡Ven aquí maldito! — Enrede mis piernas alrededor de su cadera y sujete con fuerza una de las púas que empezaban de su frente. — ¿Crees que te dejare ir tan fácil?

  — ¡Ay! — Se quejó, tratando de separarme de su espalda pero yo me sujetaba con más fuerza. —  ¡Amy, detente!

 — ¡No!

  — ¡Carajo! ¡Bien, bien, solo deja de lastimarme! — Y como pidió, deje de jalar de sus púas, pero sin soltarme. No solo por el hecho de que si lo hiciera caería al suelo lleno de barro, también porque podría escapar.

  — ¿Vas a decirme? — Negó con la cabeza mientras me miraba sobre su hombro, parecía molesto pero no me importaba. — Entonces no te soltare.

  — Bien. — Noté como empezábamos a avanzar sobre los edificios y no me solte, tuve que pasar mis brazo alrededor de su pecho para ponerme más cómoda.

Involuntariamente la cancion de Aladin llego a mi mente haciendo que una sonrisa se posara en mi rostro, siempre desee que el tigre se comiera al protagonista. Seguí pensando en mis cosas hasta que sentí como Silver desciende al piso nuevamente. Ahora estábamos en frente de una casa de dos pisos, con una jardín lleno de arbustos cortados meticulosamente, hice una mueca:

  — ¿Por qué no me sorprende?

 — Guarda tus impresiones, todavía no está terminada. — -lo mire incrédula, ¿Qué más le faltaba a esta monstruosidad de casa? — Todavía falta pintarla, arreglar el patio trasero para la piscina, remodelar los balcones... — Mientras hablaba enmureba las cosas con sus dedos sin dejar de sonreír de manera obvia.

  — Bien, bien. Ya entendí. — No me quejaba de mi casa, de hecho era perfecta para mi por el hecho de que casi nada del tiempo mi madre estaba en casa, no necesitaba una casa de dos pisos. Para nada.

Estaba apunto de responderme cuando la puerta principal de abrió de manera estruendosa, mostrando la silueta de un erizo de color plateado al igual que Silver. Oh, ¿Quien podría ser este erizo? Rodé mis ojos ante mi propia pregunta, pues efectivamente es su padre.

  — ¡Hey Silver! — Cuando estuvo más cerca me di cuenta de que tenía una camisa con los botones hasta arriba, tenía curiosidad de saber si tenia el mismo vello que Silver en su pecho, supongo que lo averiguaré más tarde. Se dieron un abrazo y se dibujó una sonrisa en su rostro, pero no era una amable de Bienvenida, sino una pícara. — ¿Ella es tu novia? — Golpeó con su codo un costado del cuerpo de Silver, inmediatamente negó, por mi lado solo seguía con mi rostro fruncido.

  — Para nada, es una vieja amiga. Amy él es mi primo Serge. — Espera, ¿Primo? Estaba segura de que era su padre, pero, es su primo.

 — ¡Solo mira lo linda que es! ¡Me encanta sus zarcillos!

De repente sentí como unos brazos me rodeaban con fuerza y me estrujaba con, para mi opinión, demasiado afecto, cuando me dejó nuevamente en el suelo me tomó de la muñeca y comenzó a llevarme a rastras hacia el interior de la casa, seguido por Silver.

Quisiera saber en que me había metido ahora.




Dedicado a Shadamy231 por soportar mis preguntas <3

Revenge| Cancelada.Where stories live. Discover now