Wanna break

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     Corey corría por el oscuro pasillo de su departamento intentando no tropezar.  Los gritos no cesaban y eso le preocupaba bastante.  Con fuerza, abrió la puerta que estaba frente a él y vio a la dueña de la voz.  Madeline estaba con lágrimas provenientes de sus ojos cerrados, no dejaba de moverse sobre el suave colchón y sus gritos eran desgarradores para todo oyente.

— ¡Mads! ¡Mads! ¡Por favor, despierta! ¡Anastasia!

     Corey intentaba sacarla de esa pesadilla, la cuarta en la semana.

     La chica despertó y al ver sus ojos azules favoritos brillar en la oscuridad de la noche, se aferró al chico frente a él.

  —¿Tuviste la misma pesadilla? — Ella movió su cabeza de arriba a bajo. — Ya nadie te hará daño, Mads. Yo estoy aquí, prometimos cuidarnos mutuamente, y él ya está muerto. No puede hacerte daño. — Él acariciaba el cabello de la chica intentando, de alguna manera, reconfortarla.

     Corey sentía como, luego de unos minutos, la respiración de Anastasia volvía a la normalidad, su camiseta ya no se seguía humedeciendo y la mirada triste y asustada de la chica sobre él.

—¿Te quedarías conmigo, Cors?

— Siempre estaré contigo, Mads.

     Ambos se acomodaron entre las sábanas de la cama. Corey abrazo a Anastasia y ella se aferró a él. El chico le dio un dulce beso en la frente a la chica y esperó a que ella se durmiera para él hacerlo después.

     Corey no podia dejar de pensar en lo horrible que debía ser recordar cada noche la vez en donde la persona que creías amar te golpeaba y te rompía los huesos.  Según la televisión, él había muerto por sobredosis hace una semana.


Anastasia se despertó por una luz repentina en su rostro. El chico en la cama del hospital se restregaba la cara con sus manos. Por lo que se podía apreciar en sus ojos, el chico tenía una mirada de agotamiento, como si no hubiera descansado.

— Hey ¿Qué sucede, Cors? Son las dos de la madrugada. — Preguntó la chica mientras se levantaba de la silla en donde estaba y se acercaba al chico.

—No puedo dormir con tantas imágenes en mi cabeza sin saber de dónde vienen.

—Intenta dormir ¿Si? Será más fácil recordar si descansas.

—¿Y cómo lo hiciste tú? El recordar el pasado.

— Con el tiempo logré hacerlo. Algunos recuerdos aparecen repentinamente y otros van de a poco.

—¿Puedes ayudarme?

—Todo depende ti, yo no puedo hacer mucho pero te ayudaré. Te mostraré lo que hacías antes.

—¿Y me dirás el porqué terminamos?

Repito, cada vez más.

•••

¡LIBRE SOY, LIBRE SOY!

     La semana del terror acabó, y con eso, las pruebas.  Ahora tengo tiempo para actualizar más seguido.
     Espero no estar aburriéndolos con la historia. Cualquier cosa pueden decirme.

     Suerte en su día.

xx, Saturno.

Life. | Corey Fogelmanis. [3]Where stories live. Discover now