Capítulo 13

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"Tengo que sacarlo de ahí, pero apenas tengo poderes... ¿Qué puedo hacer? Y ahora que lo pienso ¿Qué interés tiene mi hermana para hablar con él antes de matarlo?"

Permanecí bajo la ventana, escuchando y contemplando la escena. También meditaba la forma de entrar sin que Kevin resultase herido. "Dos cristales, dos poderes. Agua y tierra. ¿Qué opciones tengo? Quizás..."

De improviso, en el interior de la cabaña, Kevin y Tess empezaron a hablar.

─¿Tess? ¿Qué hacemos aquí? Esto es una broma o... ─Kevin parecía muy confuso. Hundió la cabeza en sus manos y se frotó los ojos. Después apoyó la cabeza en la pared. Debía estar mareado.

─¿Tú no sabes nada, verdad? Ignoras por qué hago esto, el cómo o porque tú. Tranquilo, te daré todas las respuestas que quieras saber –su voz sonaba tranquila, incluso divertida─. Aunque quizás solo necesites una respuesta: ¿Cuál es el nombre de la persona que más te importa? –saboreó cada palabra de la pregunta.

Lo que más disfrutó mi hermana fue ver la reacción de mi amigo. Tras pronunciar la última palabra, algo estalló dentro de Kevin, una furia ciega. Se levantó e intentó arremeter contra mi hermana. Ella fue más rápida y en menos de un segundo, su brazo se convirtió en un látigo de cepa flexible con el cual le cruzó la cara. Kevin volvió a darse con la pared. El sonido del impacto fue seco. Él no se movió, tan solo abrió los ojos y siguió hablando con Tess.

─Tara no tiene nada que ver en esto –replicó a duras penas.

─Ahí te equivocas ─puntualizó Tess─, ella es la causa de todo. Fue ella la que os salvó la vida hace dos noches. ¿Cómo la apodasteis...? ¿La Hechicera puede ser? Un apodo estúpido. Al fin y al cabo lo lleva en la sangre, no necesita palabras para lograr lo que desea. Igual que yo.

Kevin la miraba con sorpresa y al mismo tiempo, parecía entenderlo todo. Me pregunté si le había molestado que no le contara nada o si me echaba la culpa de que lo hubieran secuestrado.

─Por otro lado, la discusión que tuvisteis fue culpa mía. Gracias a Michael fui capaz de controlar algunas de las decisiones de mi hermana. Ella estaba...demasiado ligada a él, hasta el punto de ejercer un control en sus sentimientos. Por cierto, muy perspicaz por tu parte darte cuenta de que algo fallaba en él, fue todo un acierto que me vino muy bien –le explicó a Kevin, orgullosa de su logro─ Así que no le eches todas las culpas a ella. Bueno en realidad da igual, no creo que la vuelvas a ver...

En su tono, percibí algo sombrío que me puso los pelos de punta. Tenía que actuar deprisa: "Piensa Tara, piensa...". Mientras en dentro de la cabaña, Kevin y Tess continuaban hablando.

─¿Por qué me cuentas esto? Si vas a matarme, no tiene sentido –su tono de voz era cortante y cansado.

Tess seguía mirándolo con su mirada de suficiencia y vanidad. Metió la mano en uno de los bolsillos de su curiosa chaqueta. Sacó algo brillante y de metal. Mi colgante resplandecía con el mismo fulgor de siempre, incluso más. Colgaba de uno de sus dedos, mientras lo balanceaba y se lo mostraba a su prisionero.

─Por ella. Tara. Aunque la odié, no tiene toda la culpa de lo que soy y me parece muy noble que sepas esto antes de morir. Es todo lo que puedo hacer y lo que he hecho.

Me cogió por sorpresa su afirmación. Quizás aún podía ayudarla a ser como era, o al menos, a ser como ella fingió vivir. Deseaba con todas mis fuerzas que así fuese por el bien de ambas.

Acto seguido, las cosas sucedieron más deprisa. Ya tenía un plan y era hora de ponerlo en práctica. Corrí hacia la puerta y materialicé una enorme y gruesa burbuja a mi alrededor, casi tan dura como el hielo. Conté hasta tres, me empotré contra la puerta y esta, se hizo añicos al mismo tiempo que la burbuja de hielo y el cristal azul oscuro. Escuché una exclamación de sorpresa de mi hermana y vi en su mano una enorme esfera de fuego. Sin pensarlo, hice una voltereta para interponerme entre la esfera y Kevin. Estando agachada, levanté mi capa como si fuera un acto reflejo y el fuego impactó en su superficie y desapareció.

La Hechicera ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora