The dark side of the lake »» BTS +18

１

-¡Pero yo no quiero irme, soy feliz aquí!.-
-No te estamos preguntando lo que quieres.-
-Son unos egoístas, ¿ acaso no ven que esa maldita ciudad no está ni en el mapa?.-
-Modera tu lenguaje y ve a tú cuarto.-
-Los odio.-

Fui a mi habitación entre gritos y rabietas. Todo estaba en cajas, listo para irse.
Hace unos días mis padres tuvieron la genial idea de cambiar nuestro estilo de vida urbano para irnos a algo más rural. La ciudad a la que nos mudabamos estaba en Washington, su nombre es Forks, si ya sé la de la saga de Twilight. Literal estaba mucho más lejos que Texas, donde nací.

Al día siguiente teníamos que irnos, así que me fui a dormir.
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Desperté de golpe con una presión en el pecho, era un presentimiento. Algo me decía que no tenia que ir ahí, que nada bueno pasaría.

Tenia que levantarme, olía a comida estaba obligada a bajar a la cocina. Me dispuse a bajar hambrienta.

-Buenos días.- dijo mamá seria.
-Buenos días, mamá y papá perdón por gritarles ayer, es solo que me sentía demasiado frustrada.-
-No te preocupes, sólo no vuelvas a hacerlo.- dijo mi padre.
-Ve a por tus cosas, el camión de la mudanza está aqui, ponte algo cómodo porque será un viaje largo.-

Después de un eterno viaje llegamos a la nueva casa. Una propiedad antigua frente a un lago, la edificación es moderna. Tiene un toque minimalista pero muy sombrío, pareciera que el sol no llega hasta aquí, siempre está nublado.

Después de dejar a mis padres acomodando todo dentro, fui a la parte de atrás a ver el lago. El agua es azul, de un azul tan intenso que apenas y se pueden ver las pequeñas ranitas posándose sobre las rocas, sólo dios sabe que habrá en el fondo de éste agujero.

-Tu debes ser la nueva.- dijo una voz masculina detrás de mí.
-Hola.-
-Soy el vecino, mi casa es aquella.- dijo señalando una casa lejana.
Aquí todas las casa están separadas medio kilómetro o más una de la otra.
-Mucho gusto.-
-Bueno mi madre me envió a darles ésto como bienvenida.- dijo entregándome una cesta con manzanas.
-Hija, ¿con quién hablas?.- dijo mi madre acercándose
-Con el veci...- me giré y vi que no había absolutamente nadie.
-¿Y eso?.-
-Me lo dió un chico, dijo que era un presente de bienvenida. Hace un momento estaba aqui, no se donde estará.-
-Seguramente habrá salido por el bosque, y por eso no lo divisé.-
-Si, seguro.-