II

326 16 2
                                    


EDITADO

Jeff

Mi cabeza está tan jodida, veo miles de cosas, cientos de ellas tantas posibilidades tantos destinos, tantas desiciones, me dejan sin poder dormir. Siento que no tengo vida hasta que respiro, parpadeo, camino y hablo... Mierda ¿aún sigo aquí? Con los pies en el suelo humeno.
Puedo sentír es particular olor del pasto mojado, es gratificante.

Veo a alguien acercarse.

¿Quien?

–Hola Jeff

Es Nina, una de las chicas más reconocidas en clase por su rendimiento, un poco más baja que yo, cabello castaño claro unos ojos azules profundos con su caracteristico flequillo aún lado, habíamos hablado alguna vez pero no fuimos realmente cercanos, era un poco alejada de los demás pero, no se parecía en nada a mi, era más feliz y sonriente.

Todo lo que no soy.

–Hola

–¿como va el día?–se hizo a un lado mío mientras acomodaba su flequillo, pude ver sus ojos llenos de luz.

–¿que haces aquí?–dije un poco enojado, se me hizo raro que me hablara tan repentinamente.

–solo quería hablar contigo un poco, además estudiamos en el mismo lugar.

–tienes razón

–quería darte las gracias–observe por el rabillo del mi ojo como miraba hacia el suelo un poco dudosa

–...¿Que quieres decir?

–se que tu los mataste–se me heló la sangre por un segundo ¿podría ser que lo sabía?–mi intención no es amenazar te ni nada por el estilo, solo estoy muy agradecida, si no fuera por ti no se que me hubiera pasado a mi y mi hermano.

–no deberias hablarme con tanta calma, si es que viste eso.

–lo sé pero... No tengo miedo–me miro a los ojos con una sonrisa sin dientes–si hay algo que pueda hacer por ti, dímelo.

Ella  se dispuso a irse, caminaba lentamente, lo suficiente para decirme, es bonita.

Era más tarde por eso de las 2 de la tarde, al salir de clases la vi, caminando sola hacia su casa, instintivamente la seguí por un largo rato, ni yo sabía a dónde iba.

No se que me sucedió pero, perdí el control cuando no vi a nadie me acerque a ella ferozmente y la golpee lo más que pude en la cabeza hasta que cayó al suelo.

Era casi de noche la lleve a mi casa, la amarre una biga del sótano y la amordace.

Estaba loco ¿que mierda había hecho?¿Por qué?

La cubrían largos cabellos marrones, unos labios muy rojos, su piel era blanca pero suave, tenía un rostro sereno, me delietaba solo verla, es hermosa.

Era mi muñeca.

Nina

Me dolía la cabeza, todo parecía extraño me fui despertando y en eso lo vi a él, a Jeff, estaba sentado en una silla en frente de mi, encorvado con un cuchillo en la mano, era provocador.

–ah... –intente hablar pero estaba exhausta

–Despertaste princesa–¿princesa?–eres hermosa, sabes, no creo que una cara tan bonita deba ser dañada–lo dijo mientras pasa un dedo por mi mejilla–asi que creo que deberías cerrar tu boca si quieres salir de aquí.

–no le diré a nadie

–dime que fue lo que pasó ese día–dijo demandante.

Dude un poco ya que no sabía porque quería saber a detalle, pero le dije de todas maneras.

–si–trage saliva–esos abusadores intentaron violarme, intentaron matar a mi hermano, justo cuando lo iban a hacer ellos te vieron y nos dejaron aun lado parecía que tú eras de mayor interés para su "diversión" nos fuimos bueno... mi hermanito se fue, yo me quede a observar y ahí te vi.

No dijo nada, solo se paro a observarme

–Te agradezco mucho eso, por eso quiero que si algo necesitas de mi hare lo que sea.

–¿Lo que sea? Creo que eres muy consciente de lo que quiero que hagas –puso su cuchillo con mucha seguridad en mi cuello.

–no planeaba decirle a nadie

–eso no yo quiero más, además creo que tienes muy claro que sucederansi le dices a alguien lo viste, te hice un gran favor–se agachó, y casi susurandome al oído con voz ronca me dijo–vas a estar a mi plena disposición Ni-Na.

Me impuso estrictas reglas en ese momento, esto para asegurar de que no se me ocurriera irme aunque, no lo planeaba hacer.

Primero, si necesitaba de mi yo no me opondria, sería su cómplice en todo.

Segundo, no hablaría sobre nada de lo que pasaba entre nosotros afuera o adentro de la casa.

Tercero, sin familia. Esta me dolió un poco, pero me dijo que estaba segura de que no quería que les pasara nada, así que acepte.

Cuarto, si una de las anteriores no era cumplida, mi muerte estaba asegurada.

Desde ese momento iba constantemente a su casa, al igual que no me quitaba la mirada encima en todo el día.

Estaba en su casa cuando lo vi ir hacia un baño, lo seguí, mire un poco por la puerta,  vi que se estaba cortando la cara una especie de sonrisa, no dije nada y salí de la casa, había firmado mi entrada al infierno dese esa noche.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Contigo Hasta El Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora