Capítulo 4

27 8 1
                                    

Una pequeña caja gris, adornada con un lazo blanco, junto a una hermosa rosa roja, se encuentra justo frente a la puerta de nuestro apartamento.

Doy unos cortos pasos para acercarme a la caja y tomarla entre mis manos, al igual que la rosa. Percato una pequeña carta depositada sobre esta, pero prefiero no leerla en el pasillo de nuestro edificio, y entrar directamente a nuestro apartamento.

Como de costumbre, el calor acogedor de nuestro apartamento es perfecto para combatir el frío infernal del exterior. 

Ambas, Amber y yo, nos sentamos en el sofá habitual, para proceder a abrir la pequeña caja descolorida. 

Mis dedos se encuentran temblorosos, la duda gobierna mi ser, y la incertidumbre lleva el mando de todos las emociones que revolucionan en mi cuerpo.

Lentamente, tomando cuidado para no romper la cobertura de la caja, quito la tapa de esta y puedo observar lo que se encuentra en su interior. 

Un dulce unicornio blanco, tan pequeño, tan infantil, se encuentra dentro de la caja. Analizo el hermoso peluche hasta observar un letrero sobre este, formando la palabra <<Scarlett>> en color rosa. 

Mi mirada se dirige hacia la hermosa rosa roja posada a mi lado, y siento un extraño calor en mi corazón al ver la palabra <<Kylie>> escrita sobre la cinta blanca que envuelve su tallo. 

Entonces, siento la impertinente curiosidad de descifrar quién tuvo la brillante idea de concedernos un regalo a mí y a mi hermana. 

-¡Eso es hermoso, Kylie! ¿Has conocido a un chico y no me has dicho nada? -exclama, sorprendida, y noto la alegría en el fondo de sus ojos.

-¡No, Amber! No he conocido a ningún chico -sonrío, tímidamente, dirigiendo la mirada hacia el suelo- No sé de quién pudo haber sido -expreso, tomando la rosa entre mis manos. 

-Es muy bonita, Kylie -comenta, y deposita un corto beso sobre mi mejilla, para luego retirarse a su habitación y ducharse.

Aprovecho el instante en el que me encuentro sola en la sala para leer la pequeña carta que se encuentra atada a la cinta blanca de la rosa.

<<Pequeña Scarlett: Cuando no tengas las fuerzas suficientes para levantarte y seguir adelante, acuérdate que es solo una curva. El camino no ha llegado a su fin>> 

Siento el corazón contraerse y, sin poder contenerlas, las lágrimas desbordan mis ojos. Saber que alguien apoya a Scarlett y quiere verla feliz, me hace sentir sostenida, de algún modo. A pesar de las lágrimas, siento algo pequeño  -tan pequeño que no estoy segura si fue real- formarse en mi corazón. Un destello de esperanza

--

La cafetería está completamente llena esta tarde. Los últimos dos asientos que se encontraban disponibles han sido ocupados hace unos veinte minutos. 

La espalda me duele demasiado, y ya no puedo más. 

Trabajar en una cafetería no es nada fácil. Incluso, es más difícil de lo que uno cree. Los clientes no siempre tienen el mejor carácter. 

Está el grosero, que piensa que es la única persona en la cafetería y todos los trabajadores estamos a su disposición. Está el maleduado, que cree que por ser una simple empleada me puede tratar como desea. También está el descarado, que solo frecuenta la cafetería con la intención de coquetear con las empleadas. 

Burning Grey ©Where stories live. Discover now