Quiero ser Isabella.

T r e s

-Enfoca y dispara -repite Haim mientras se acomoda para sacar una mejor toma. Está tan nerviosa por esa clase de fotografía pero necesita los créditos extras.

Isabella sigue  sentada bajo un árbol a unos metros de Haim, quien se esconde tras algunos compañeros que graban un spot en el patio. Se le hace un poco más difícil tomarle fotos a la chica pero también parecía que tomaba fotos a sus compañeros así que era casi ideal.

Después de almorzar el patio principal se había llenado. Todos los asientos estaban tomados y el césped también había sido invadido por estudiantes charlando de sus proyectos.

-Elegiste el día perfecto para practicar tus tomas -le dice Jay, uno de los chicos haciendo el spot publicitario. Haim deja su cámara colgando en su cuello y se acerca un poco a él. 

Jay era estudiante de periodismo de un ciclo avanzado, aunque un poco mayor para estar cursando su último año de universidad, según Haim. Lo conoció tres años antes, en su primer día cuando la ayudó a encontrar su facultad. Desde entonces, no habían compartido más que una ocasional conversación en los pasillos o salones de clases.

Haim se siente bastante nerviosa cada vez que se cruzan. Jamás se había sentido cómoda hablando con chicos, por ello solo había alcanzado una relación amorosa en secundaria que duró poco menos que sus conversaciones con Jay.

Se considera bastante tímida y cree que esa es la principal razón para sus fallidos intentos de formar relaciones con los demás. 

-No podrías tener mejor iluminación -continúa él- además, nosotros somos los modelos perfectos.

Haim ríe, un poco nerviosa, y empieza a pensar en una buena excusa para no mostrar sus fotos. Lo que menos necesitaba era estar sudorosa frente a su compañero, enseñando fotos invasivas de otra chica. 

-Aún me falta técnica -mira de reojo hacia el árbol y ve Isabella no está- Debería practicar mi edición, iré a la sala de computación. Nos vemos luego.

-Claro, buena suerte -Jay regresa a lo suyo con algo de curiosidad. Haim no sabía ocultar sus nervios. Ella sale corriendo de ahí, debía llegar a algún lugar donde pudiera ver sus fotos.

Después de un rato de verificar lugares encuentra un espacio en la cafetería de la facultad de publicidad. Pide un café y empieza a ver las fotos.

La mayoría salen borrosas pero un par valen la pena analizarlas en su laptop. Cuando se dispone a sacar su laptop de su mochila se percata de quien está en la mesa de al lado.

- ¿Quedaron lindas mis fotos? -pregunta Isabella, dejando al lado su taza.

- ¿Qué dices? -tratando de ser cautelosa, Haim apaga la cámara- ¿Quién eres tu?

-Hay veces en las mañanas que olvido sacar la basura u olvido alguna clase de yoga los fines de semana pero no soy una tonta -toma su taza y se sienta en la mesa de Haim. La señorita de la cafetería trae el café de Haim- También comeremos unos emparedados. Uno vegetariano y otro hawaiano, por favor.

-Enseguida -la joven sonríe amablemente y se retira a preparar los emparedados. No puede evitar mirar un par de veces a esa mesa ya que había oído cosas de aquella chica, cosas extrañas y bastante escandalosas. 

- ¿Cómo sabes que soy vegetariana? -Haim no termina de comprender cómo Isabella la vio, ni mucho menos como la siguió hasta ese lugar sin ser notada. 

-No eres la única haciendo investigaciones. Te he visto, niña. Me sigues de una manera muy torpe, puedo darte consejos si deseas mejorar el arte de ser una acosadora.

-No soy una acosadora -a Haim empieza a molestarle la sonrisa de satisfacción de Isabella.

-Esa es una frase muy típica de las acosadoras -cuando los emparedados llegan, Isabella toma el suyo y da un par de mordidas inmensas- ¿Tienes alguna clase de venganza para mi? ¿te robé el novio o algo?

-No, claro que no -para robarlo tendría que tener uno, piensa ella poniéndose roja al instante- No te estoy siguiendo, debes confundirme con alguien más.

- ¿Así que te estoy confundiendo? -Isabella asiente, mirando su emparedado- Bien, disculpa por la molestia.

Regresa a su mesa para colgar su mochila sobre su hombro.

-A la siguiente yo invito la merienda -levanta el emparedado y luego se va.

Haim se siente tan avergonzada por haber aceptado ese trato. Tendría que decirle a su hermano que no podía continuar y también tendría que pedirle dinero por el emparedado.

n/a: no puedo dejar de oír alone de halsey, ayudaaa