Oh, puede mejorar...¿espera eso es una gallina volando?

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—Melissa había sido invitada al prestigioso hotel HeartBreak. Ella al igual que un par de chicas y un chico extremadamente raro, viajaban en un viejo y descolorido autobús escolar de camino hacía el hotel. El cuál quedaba a la lejanía de Pensilvania, (por lo tanto, Melissa estaba más que segura de que sería un lugar húmedo y oscuro). Melissa registraba desesperada su mochila. Ella tenía la sensación de haberse dejado algo, pero no estaba segura de que era, Cookie. Sí, Cookie el pequeño poodle de Melissa descansaba en sus pies tranquilamente, o lo más que podía con su dueña alborotada y rebuscando entre el asiento y su equipaje el tan desesperado objeto perdido.

Melissa fue a parar contra el asiento del frente cuando el autobús se agito violentamente, vaya. ¿Su día no podía ser mejor? Y como por arte de magia o quizás del destino, en el bolsillo de Melissa repiqueteo lo que tanto estaba buscando y no recordaba.

El teléfono, el jodido y estresante teléfono. El dinosaurio, la caracola mágica o el ladrillo de las señales de vida.

Suspiro aliviado al darse cuenta de que su teléfono estaba allí, estaba bien y con todos sus contactos y cosas de valor. Por un momento, Melissa juro ver que el sol lejano le sonreía, entre las montañas inclinadas y de un pasto amarillento y denso. Melissa se veía ahora perdida, observando como incrédula por la ventana del autobús (el cual estaba muy empañado, por cierto), ella recordaba cómo había iniciado este viaje y el por qué. La carretera era un enorme sendero de tierra algo rocoso, el cielo estaba nublado y de matices grises, desde lo lejos entre montañas y lejanos graneros se asomaba un apagado sol que parecía triste para dar calor al pequeño pueblecillo.

Hace 3 meses. —SÍ, Melissa los contó—. Ella había terminado con su ahora ex novio Liam, un chico que ella en aquel tiempo lo definía como un muñeco de porcelana. Él, Liam la había traicionado con una voluptuosa modelo de Chicago llamada Candice; Ambos (ella y Liam) habían estado teniendo constantes peleas meses anteriores, pero siempre se resolvían y acababan felices (o eso ella creía). Melissa admite haber visto anteriormente a Candice con él, pero en ese entonces eran solo amigos o eso le decía Liam cada vez que ella le preguntaba de la pelirroja de esplendidos rizos y ojos almendrados de un ámbar que parecía vigoroso. Así que, ¿ya ven por qué terminaron?, Melissa no era precisamente guapa, pero tampoco era fea y ella lo sabía. Melissa era corpulenta, era talla S y calzaba del 40. Melissa tenía la cara ovalada y grasosa, ojos pequeños y de un café claro, su cabello no era liso, tampoco era rizado.

Vaya, esa Candice sonaba emocionante, pensó Melissa cuando se volvió a describirse a sí misma. Y aquí es entonces cuando entran los amistosos y raros sujetos del Heartbreak los cuales le mandaron un correo con la noticia de que se había ganado un mes todo pago en su lujoso resort, ¿de lujo? Melissa al principio no parecía convencida, ¿un hotel en la nada?, ¿cuándo yo participe para esto?

Pero solo digamos esto: destino, pote de helado, madre furiosa = Melissa en el autobús el doce de septiembre con 4 desconocidos de camino al hotel aún más desconocido.

—Hee, Bajaós críos, hemos llegado—grito el chofer de unos cincuenta y algo de años que los había tratado igual de pésimo y de niña de guardaría como ahora. —: 1-no salgan del camino 2-si ven algo raro no se atrevan a seguirle y 3...

No pudo terminar de hablar porque el chico raro le empezó con preguntas sobre por qué les dejaba en los pies de una colina rocosa y muy insegura y que eran esas reglas ridículas que había empezado a decir. En cambio, Melissa y las tres chicas ignoraron al sujeto y bajaron en la ya puerta abierta para encontrarse con un suelo de barro y una brisa fría y húmeda con algo de neblina en el aire queriendo asomarse; Melissa llevaba colgada su mochila en el hombro y dentro de ella estaba Cookie removiéndose y dando pequeños quejidos, en manos llevaba una pequeña maleta y un bolso donde traía escondido una docena de comida chatarra y películas de vampiros como "Anochecer-parte 1", "El periódico de un Vampiro", "Vancula" y por último "Blood + Love".

Melissa tragó saliva al ver el largo camino al hotel. Debió hacer ejercicio en el verano, demonios.

—Bueno, creo que hemos de presentarnos. —habló una chica de alta estatura y cara graciosa, la cual andaba junto a Melissa y le sonreía cordialmente. — Digo, me parece lo más justo, así que...

Melissa suspiro y dirigió la mirada hacía ella haciendole un ademán con la cabeza para animarle a continuar su diálogo de presentación.

—Astrid Astral. —concluyo al fin la chica.—Sé que mi nombre es raro, no deben recordármelo.

Melissa negó con la cabeza y en cambio las chicas a su lado contuvieron una carcajada. Atrás de ellas aún estaba el chico peleando con el chofer, vaya.

—Soy Melissa, Melissa Martínez.

las chicas que reían como idiotas se detuvieron y miraron a Melissa.

—¿Eres latina? —enarcó la ceja la que estaba detrás de ella y destacaba entre el gris del clima y todas esas muchachas juntas—Yo soy mitad puertorriqueña, soy Amber Elizabeth.

—Rita Mclean, de aquí de allá, soy una viajera. —dijo la chica que Melissa anteriormente había visto gritando dormida en el autobús.—He de decir que no esperaba encontrarme con gente tan rara.

Astrid bufó y miro como Melissa se iba hacia la montaña.

—Deberíamos subir...

—¿sin Derryl?—dijo Rita observando al autobús. —si dejo al pequeño imbécil me gritará toda esta semana por qué no le ayude con el equipaje.

Amber frunció el ceño y Melissa empezó a sentirse fuera del lugar, también tenía la sensación de ser observada y de que Cookie se estaba comiendo sus toallas femeninas dentro de su mochila.

—¿Son familia? —habló Melissa.

—éramos pareja querida, pero... él creía que lo engañaba y utilizo una chica para desquitarse conmigo y yo creía que él me engañaba y me acosté con su amigo y....—Rita fue callada.

Astrid empezó a mover las manos y a gritarle que se callase.

—¿Guau ambos se engañaron?, pues yo salí en algo igual excepto que él me engaño con mi hermano Steven. Amo el lgtb pero no cuando es con mi novio—dijo Amber mirando con asombro a Rita.

Melissa palmeó su frente y empezó subiendo la colina, sin esas chicas que empezaron con un cotilleo sobre algo que ella quería olvidar (y que casualmente ella también paso).

—¿OYE, A DONDE VAS? —gritó Astrid.—¡ESPERADME, TAMPOCO QUIERO SEGUIR CON ESTAS!

Melissa bufó y siguió sin mirarle, estaba concentrado en cómo se sentía el frío en el ambiente y en como los arboles formaban un arco torcido de camino al hotel. Wow, era algo hermoso y Melissa solo quería concentrarse en ello.

—Melissa—jadeo Astrid cuando al fin alcanzó a la chica—. Oh, puede mejorar ... seguro esto no es tan malo y-y..¿Melissa?

Melissa soltó un bufido, el cuál pudo verse confundido con un ronquido o alguna cosa rara. Dirigió la vista hacia Astrid la cual era alta con cara redonda nariz respingona y ojos verdes pasto. Astrid era una chica que parecía haber recibido una bofetada en la cara y una explosión de flores en su ropa. Melissa no sabía con precisión que le causaba esa chica, suspiro y al fin le hablo:

—¿espera eso es una gallina voladora?

—¿DONDE? —grito Astrid alarmándose, y retrocediendo con torpeza. Casi que caía de la montaña...uff

Melissa aprovecho su suerte y salió corriendo para escaparse de las preguntas de aquellas raras personas.

El hotel de los corazones rotos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora