Hogar, Dulce...Hogar

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Hace más de diez años, que no ponía pie en ese lugar. Hace más de diez años... Una gran nostalgia lo invadió al recordar todo lo que había vivido. En esa calle, en esa casa y con las mujeres que seguramente le esperaban en esta.

Shaka, es tu mama - Aun tenia la mirada y las palabras grabadas en su mente - por lo menos en un día tan especial como el que se acerca, visítala - la mirada azul, no le pedía lo dicho a pesar de que la voz sonaba como tal -

Pero - quiso replicar. No es que no amara a su madre, es solo que...la persona, la mujer que le había dado la vida era un tanto "especial" lo que hacía que el rubio que también tenía un carácter "especial" no pudiera convivir con ella - iras conmigo? - le miro con una sonrisa, que impedía al otro decir NO -

Tengo un compromiso ese día, lo sabes - le miro con los ojos entrecerrados, pues ya sabía que el rubio utilizaría eso como escusa para no ir a visitar a su madre - pero, puedo ir mas tarde - la sonrisa del rubio se borro al saber que su novio le conocía tan bien -

Bueno, está bien - acepto resignado. Su madre y sus dos hermanas lo volverían loco – pero iras, no? – su novio no pudo evitarlo ver con una sonrisa –

Y ahora solo por cumplirle el capricho a su hermoso novio, se encontraba frente a la casa del terror, bueno su ex casa.

Toco el timbre y deseo que su madre hubiese salido, así poder darse la vuelta y salir para nunca más volver.

Su novio no le podría reprender, pues había cumplido otra cosa era que su madre no esté... - pensó, pero para su desgracia la puerta se abrió – demonios! – mascullo entre dientes al ver la puerta moverse –

Shaka?!- bien, su madre le había abierto, ya no había escapatoria – hijo!- Shaka miro un tanto sorprendido a su madre y es que desde cuando su madre le llamaba así? -

Madre – saludo educadamente –

Shaka – la mujer lo abrazo con mucha efusividad para gusto del rubio – te extrañe tanto. Diez años hijo, diez...- reclamo la mujer – pero pasa, amor, pasa – algo llamado instinto le dijo a gritos al rubio que su madre estaba planeado algo –

Tal vez los años la cambiaron – pensó tratando de ver de manera positiva el actual trato de su madre –

Y dime, que ha sido de tu vida? – le pregunto mientras le hacía pasar a la sala de la casa –

Pues no hay mucho que decir, el trabajo no deja mucho tiempo libre – contesto con simpleza y a grandes rasgos de no querer profundizar mucho en el tema –

Tan expresivo como siempre, hermano – la voz de su hermana le hizo erizarse como gato. Si una estaba...- Hermanito!- la otra estaba. Shaka sintió dos brazos apresarlo –

Gya, Mey – dejo salir el nombre de sus dos hermanas en un suspiro. Esas gemelas eran un mal para su hígado, un mal de toda la vida. –

Chicas dejen en paz a su hermano – pidió la mujer mayor, mientras iba a la cocina a traer algo para su recién llegado hijo –

La que te espera – le susurro Mey, quien había sido la que había saltado a su cuello y aun seguía así –

Qué? – Pregunto desconcertado por las palabras de su hermana-

Mamá, esta así desde hace unos días y si no venias por tu propio pie ella iba a ir por ti – le susurro la chica –

Mey, de que hablas?- ahora si estaba más confundido -

Mey, deja en paz a Shaka que ya más al rato va a tener porque perturbarse – Gya, fue la que hablo ahora y le dirigió una mirada burlona a su hermano –

¡Mamá debe estar loca! (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora