Rumbos distintos

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¿Qué podía salir mal? Pues absolutamente todo.

En el transcurso en el restaurante de comida italiana (ya que los tres se pusieron de acuerdo en ello), siempre estuvieron presentes las miradas de fastidio por parte de Thomas a Sia, la cual no se despegaba y no dejaba de coquetear ni un minuto de el. Algo realmente asfixiante e incómodo a la vez. Y ahora mismo se encontraban en la misma situación.

- ¿Irás a dejarme a casa Eddy?

- Eddy, me prometiste dejarme a mi casa.

Se maldecía a sí mismo por aceptar esa estúpida idea de los celos.

- ¿Nos estas escuchando? - preguntaron al mismo tiempo la rubia y el peliazul, mirándolo con fastidio.

- Yo... -. Miro a Sia por ayuda, la cual asintió con la cabeza. - Le prometí a Sia dejarla a su casa, lo siento Tom...

El rostro del menor era todo un poema, sus facciones finas se les notaba la molestia y con una sonrisa forzada miro a ambos ojiazules.

- Esta bien, los veo mañana. Adiós Edward, Sharon. - Dijo entre dientes, para luego irse a paso rápido. Eddy trato de ir detrás de el, pero Sia se lo impidió.

- Eddy, dejalo. Eso es normal, verás que se dará cuenta de lo que siente, solo trata de darle tiempo. - poso una mano en su hombro, en señal de apoyo.

- Pero...

- Pero nada ¿si? También tiene que estar un tiempo a solas.

Eddy no dijo nada más, acompaño a la rubia hacia donde se encontraba su chofer, tratando de no llamar tanto la atención ya que ambos eran figuras publicas.

[...]

Había pasado semanas desde todo lo ocurrido, Bon ignoraba por completo a Eddy y Sia, los cuales se habían dado cuenta de ello, haciéndolos entristecer, principalmente al castaño.

- Quita esa cara Edward -. Oyó la voz de la rubia a espaldas. - Veras que pronto se dará cuenta, solo necesita tiempo.

El castaño suspiro afligido. - Tal vez tengas razón, pero he tomado una decisión.

-¿Decisión? - Preguntó confundida Sia, Eddy sonrió levemente.

- Thomas parece feliz a lado de Max a pesar de todo lo malo que le haga, y ¿quien soy yo para detenerlo? El ya no me escucha y prefiere mil veces a Max, que a su mejor amigo desde la infancia.

- Pero Eddy... -. Se acerco más a el, quedando frente a frente.

- No Sia... No trates de justificarlo, el ya a tomado una decisión al igual que yo.

La rubia se quedo callada, sin saber que más decir, solo miro al castaño que aun conservaba su pequeña sonrisa y volteo a mirarla.

- Te agradezco por lo que hiciste por mi, se que tu como yo nos preocupamos por Bon y queremos lo mejor para el. - con algo de pena tomo delicadamente la suave mano de Sia, apretándola levemente, sin lastimarla. - Como hubiera deseado enamorarme de una chica como tu.

Al escucharlo, las pálidas mejillas de la rubia tomaron color rojizo y lo miro sorprendida. - Eddy...

- Solo dejarme continuar ¿si? -. Ella asintió sin salir de su transe. - Del poco tiempo que te conozco he podido ver a la verdadera Sharon Danvers. No como la describen los medios o la gente: egocéntrica, narcisista, ambiciosa y otras cosas más; pero eres todo lo contrario, eres una mujer fuerte, amable, tal vez sarcástica pero a tu manera. - ambos rieron levemente ante el comentario. - y sobre todo es que te preocupas por las personas que mas quieres.

Y por primera vez, Sharon sonrió con sinceridad y con timidez se acerco con timidez, admirándolo con devoción. Perdiéndose en esos hermosos ojos azules como el mar.
Sincerándose con ella misma, quería escuchar esas lindas palabras salir de los labios de Eddy. Estar entre los fuertes brazos del castaño, abrazándola con amor; despertar todos los días, mirando la bonita sonrisa mientras le dice: "buenos días princesa, ¿cómo amaneció la mujer más hermosa del mundo?"; besar con delicadeza los suaves labios de éste y sobre todo: amarlo y ser amada por ese muchacho de buen corazón. Ella se había enamorado profundamente de Edward.

Con algo de valentía se acerco mucho más al mayor, y paso lo inesperado, se lanzo sobre el, besándolo con dulzura. Y sorpresiva mente, Edward no se separo o quejo, simplemente se quedo estático y por un momento, correspondió el beso.

Tal vez, solo tal vez, ya era momento de ver hacia delante, todavía tenía a Thomas en su corazón pero al ver que este ya había tomado un camino, ya era momento de encontrar el suyo.

Pero lo que no sabían, era que alguien había observado todo, con el corazón roto y lágrimas en los ojos se fue de aquel lugar.

[...]

Thomas, después de haber pensado desde aquel día en el que no le dirigió la palabra a Eddy y a Sia tuvo un tiempo a solas tratando poner en orden sus pensamientos y su corazón. Tal vez fue difícil dejar de ver al castaño pero creo que con lo que ya tenia en claro, valía completamente la pena.

Había aceptado que estaba enamorado de Edward Frederic Fazbear.

Y hoy era el día, el día en el cual confesaría todo lo que sentía de una buena vez por todas. Había estado buscándolo por un buen rato, hasta que lo encontró, pero no era lo que sus ojos querían ver. Ahí se encontraba Eddy, hablando con Sia demasiado cerca para su gusto, y de un momento a otro, su corazón sintió una punzada, como si lo hubieran apuñalado justamente en el lugar exacto; Sharon estaba besando con dulzura a Eddy.
Vio como algunos curiosos se acercaban a la escena, algunas diciendo cosas tiernas y otras no tanto. Con la poca dignidad que tenia, se seco sus lágrimas y se fue lo más rápido posible de aquel lugar.

Caminaba sin ningún rumbo, sólo sus pies se movían sin saber a que lugar ir. Unos pasos más y paro, se fijo bien y un poco extrañado miro al frente de el la puerta de la conserjería, sin dudar se metió en el estrecho cuarto y en una de las esquinas se hizo ovillo, ocultando su rostro y sus lágrimas. Sin tratar de evitar sus sollozos, ya era momento de desahogarse.

- ¿Oye te encuentras bien? - Pregunto una suave voz detrás de la puerta que aún se encontraba cerrada, exaltando al peliazul un poco.

- Si, s-solo necesitaba un tiempo a solas -. Le contesto con la voz quebrada, mirando la sombra de la persona que se encontraba al otro lado de la puerta.

- Esta bien, esperó que te recuperes pronto por lo que estas pasando - sin otra cosa mas que decir, la persona se retiro, bueno, su sombra ya no se veía por detrás de la ventana.

Reino el silencio, ya no se permitió llorar nuevamente, simplemente sollozaba levemente pensando en que había hecho mal, hasta que llego la respuesta de ello: todo. No quería aceptar que el estaba enamorado de aquel chico castaño al cual consideraba mejor amigo. Y por culpa de su negación, ahora que quería aceptar la oportunidad de amar, ya no era posible, su Eddy de tanto rechazo "indirecto", se rindió y decidió ver por otros lados, sabia que eso era justo. Se canso de esperar a que su amado chico de ojos verdes corriera a sus brazos.

Era hora de que ambos tomaran rumbos distintos.

✅Capítulo reescrito

Treat You Better  [Toy Frennie] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora