Capítulo 7

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El siguiente día era sábado, por lo que no tenía clases, me dispuse a pasar todo el día encerrado en mi habitación. Tomé mi laptop y vi que tenía una solicitud de una videollamada de Deidara.

La acepté y en la pantalla los rubios cabellos alborotados de Deidara se asomaron.

"Hey felicidades Obito"

Hice una mueca de confusión a lo cual el rubio rió.

— ¿De que hablas? — me acomodé más en mi cama teniendo la laptop en mis piernas cubiertas por una sábana.

"Joder lo tuyo es grave, ni siquiera te acuerdas de tu propio cumpleaños"

Ahí fue cuando caí en cuenta que era mi cumpleaños, sí, lo había olvidado pero era porque no necesitaba recordarlo. De todos modos nunca me felicitan o celebran en este día.

— Oh gracias... Supongo.

"Cambiando de tema ¿cómo va tu plan?"

Dijo tratando de ocultar su molestia, él Sabía que estaba usando a su hermana para tratar de conquistar a Rin, y la única razón por la que no me ha roto la cara es porque el usar a su hermana para esto es su pago por un favor que me debía.

— No he conseguido nada.

"Entonces esas escenitas de celos que haces ¿es actuado también?"

Lo vi sonreír pícaramente, a lo cual me sonroje un poco.

— Bah, aunque este usando a Ino defiendo lo que es mío, o sea a mi novia falsa.

"Falsa para ti, Ino cree en ti como su novio real"

— ¿Qué esperabas? No puedo decirle que la usé y ya. A mi no me importa si cree que soy su novio ella para mi no es nada más que eso, un simple juguete para mi beneficio — respondí roncamente, Deidara bufo y se despidió.

Cerré la laptop y miré hacia el techo, que estaba lleno de muchas estrellas que al llegar la noche brillaban en la oscuridad.

<¿Un simple juguete?>

¿Eso era para mí? No, ¿O sí? Tal vez, de todas formas mi objetivo tiene por nombre Rin Nohara. Y no pienso detenerme hasta conseguir tener al amor de mi vida.

Deje la laptop en la mesa de mi escritorio personal y volví a sentarme en la cama.

La puerta de mi habitación sonó y pregunté quién era, la sorpresa que me llevé fue al escuchar a Ino detrás de ésta, me caí de la emoción y rápidamente me acerqué a la puerta, puse mi oído cerca para escucharla mejor.

— I-Ino ¿qué haces aquí?

— ¿Puedo pasar?

— No, vete — regañe sin despegar el oído de la puerta.

— Por favor, tengo un obsequio para ti.

La palabra obsequio era rara para mí, casi nunca me regalaban algo por lo que la curiosidad me ganó. Abrí la puerta Encontrándome con Ino en un vestido de verano azul celeste y su cabello amarrado en una coleta alta, llevaba puesta unas zapatillas blancas y su sonrisa desapareció al instante que me vio.

— ¿Qué sucede? — pregunté seriamente, como si tratara de intimidarla.

— ¿Acabas de despertar? — preguntó conteniendo la risa.

— ¿Qué? — me volteé a ver y traía mi pijamas de dinosaurios verdes y una camiseta gris que decía "I'm sexy". Me sonroje violentamente y le cerré la puerta en la cara.

— ¿Obito? — preguntó alarmada.

— N-no tardo voy a-a ca-cambiarme — respondí que incluso mi voz sonó diferente de los nervios.

Cinco minutos después la dejé pasar y me senté en la cama y ella hizo lo mismo.

— ¿Qué quieres? — dije fríamente tratando de que el rubor se me pasara.

— ¡Feliz cumpleaños! — exclamó a lo cual me sorprendí, me dio una caja de regalo.

— Ino... ¿Cómo..?

— Deidara-nii me lo dijo.

Ese idiota.

— ¿Quién te dejó entrar?

— Izuna-san.

Estúpido tío.

— Abrelo — dijo con emoción.

Chasquee la lengua con molestia pero por dentro las ansias me quemaban. Al abrirlo encontré un marco de foto, y en éste una foto de ella y yo en nuestra primera cita. Ella había tomado esa foto, pero nunca me imaginé que me la daría de regalo.

— ¿Te gustó? — preguntó.

— No — dije y se lo devolví bruscamente, en las manos de Ino saltaba el marco y ella hacía lo posible para que no se cayera.

— ¡Hee! ¿Por qué no te gustó? De haber sabido eso no te hubiese traído algo — replicó molesta.

— Tonta, no me gustan los regalos, además nunca te dije que me dieras algo.

— ¡Eso es porque nació de mí!

— Hump. De igual forma gastaste tu dinero y tu tiempo para nada.

Miré hacia otro lado, a los segundos pude escuchar un sollozo lo que me llevó a voltearla a ver rápidamente.

— ¿Pero qué...?

— Perdón, te he molestado en tu cumpleaños ¿verdad? — dijo entre sollozos, hice una mueca de fastidio pues parecía una mocosa de cinco años llorando por algún juguete.

— Idiota — Murmuré acariciando su cabello — no me gustan los regalos, no me gusta mi cumpleaños, no me gustan las visitas.

<No me gustas tú> dije mentalmente, aunque siendo sincero no me lo creí del todo.











Bellas mentiras [ObiIno]Where stories live. Discover now