Mafalda en el Futuro

Propuesta inesperada

-No puedo, James. ¡Simplemente no! -dijo Susanita con su característico tono dramático.

-Pero, ¿por qué, Susan? ¿no querías un papel protagónico? -dijo Jaime, su compañero de teatro.

-Pues sí, pero tampoco dejaré que Charles me trate así. ¡Es un guión abominable! Yo soy una dama fina y debo serlo también en mis actuaciones.

-Es que exiges demasiado, milady. No se puede así, y tu carrera depende de esto. Tal vez este sea sólo el primer paso al estrellato.

-No sé, la verdad. Necesito pensarlo bien, ¿ok?

-Como usted diga -y se retiró del camerino.

Susanita era una actriz no muy reconocida. Trabajaba en un club de teatro con poca gente. A pesar de seguir siendo clase media, siempre trataba de vestir muy elegante y verse como toda una princesa:

<<Ay dios, ¿qué voy a hacer?>> pensó Susanita <<Mis planes no están saliendo a la perfección. Aún no salgo en las revistas, ni juego bridge, ni tengo un guapo marido ejecutivo, ni un hijo médico que todos envidien>>.

-Señorita, Susan -dijo Jaime interrumpiendo sus pensamientos- Alguien la busca.

-Ay, no estoy para nadie ahora -dijo Susanita.

-Dice que es un viejo amigo y que... Viene a cumplir sus sueños

-¿Qué tan viejo amigo dice?

-De la infancia. Supongo que primaria.

<<¿Será Felipe? ¿Se habrá decidido por estar conmigo? ¿Me extrañará?>>

-Déjalo pasar, James. Gracias...

En ese momento entró a la habitación un hombre grande, muy elegante y algo robusto. Traía un reloj de oro y tenía pinta de ser muy rico.

-Hola, querubín. ¿Me extrañaste?

Era Manolito, quien después de tantos años se veía muy diferente:

-Ah, solo eres tú. Esperaba a alguien rico y guapo... ¿No has visto a Felipe? -dijo la rubia en actitud burlona.

-Jaja, muy graciosa -dijo Manolito en tono sarcástico- No subestimes a tu príncipe azul, querida niña.

-¿Tú? ¿Mi príncipe azul? Ni porque tuvieras todo el dinero del mundo

-¿Ah, sí? Pues más o menos así es. ¿Quieres ver mi Cadillac? ¿O mi mansión en el Caribe? ¿O mi cadena de supermercados en toda Europa? Te enseñaré

-No puedes estar hablando en serio

-¿Tampoco ves mi ropa importada?

-Ok Ok, tú ganas. Siéntate, amigo. Ponte cómodo

-Así está mejor, dulzura.

-Y entonces, ¿a qué vienes? ¿Sólo a presumir?

-¿No oíste a Jaime? Vengo a hacer tus sueños realidad.

-Llámalo James, suena más elegante. Y, ¿quién eres para hacerlo? ¿Mi hada madrina?

-Mira, yo sé por lo que estás pasando. Aún no eres rica, ni aclamada, ni envidiada por todos. ¿Por qué será? Pues porque tú no perteneces a este club de drama barato. Tú vales oro como actriz, te he visto. Y, aunque no siempre nos hemos llevado bien, estoy seguro de que no rechazarás mi propuesta -dijo Manolito acercándose más a ella.

-Manuel, por favor ve al grano. Dime qué quieres de mí.

-Susanita Clotilde Beatríz Chirusi, ¿me harías el honor de volverte mi esposa soñada? -dijo él sacando una cajita con un anillo plateado.

-¿E-estás loco? Mis principios me impiden casarme contigo... Nunca te quise -respondió sonrojada.

-Pues aprenderás a quererme cuando te consiga, no sé, ¿audiciones en Broadway?

-Ahm... Pero... ¿y si me dejas pensarlo? E-esto es un cambio muy drástico en mi vida.

-No. Quiero respuesta inmediata. Es ahora o nunca. No tengo todo el día.

-Pero Manolito, ¿por qué eres tan cruel conmigo? Me quieres obligar a casarme con mi enemigo... Millonario... ¿Qué hice para merecer tal maldición que al mismo tiempo es bendición para mi estancada vida?

-Ah, ¿entonces no te acuerdas de todas las veces que me molestabas de niño?

-Pero Manolito, esa sólo fue una etapa de frustración infantil. ¿No podemos olvidar el pasado y empezar desde cero como amigos?

-Lo diré con dramatismo para que me entiendas:

"Oh Susanita, ¿no ves que te he buscado por cielo, mar y tierra para enmendar tu deuda de amistad y convertirla en amor? Incluso estoy dispuesto a cumplir todos tus deseos y caprichos de niña y mujer"

-"Pero explícame cómo es que quieres que sea tu esposa si tú nunca has sentido tal atracción por mi persona"

-Eso tú no lo sabes. Además, no sé, ya todos nuestros amigos tienen éxito en sus sueños y yo no quiero quedarme atrás. Me faltas tú.

-¿O sea que sólo soy un capricho más? ¿Para tener todo?

-Tú tienes más caprichos que yo, eso lo aseguro.

-Touché.

-Entonces acepta para que prepare todo de una vez.

-Pero eres indiferente para mí, ¿qué dirá mi madre?

-Te aseguro que la puedo convencer.

-Por favor, dame tiempo para digerir la situación. Te lo imploro, Manuel.

-De acuerdo, tienes 24 horas para decidir. Estoy segura que serás pronto mi señora de Goreiro. No te arrepentirás.

Dicho esto, Manolito salió de la habitación para dejarla pensar. Susanita estaba perpleja ante el rotundo cambio que representaba casarse con Manolito. Aunque también sería algo muy bueno en cuanto a tener la vida que siempre soñó.

Después de tantos novios informales y muchachos que no estaban a "su altura", llegaba alguien que parecía estarlo. Pero era su amienemigo de la infancia, aquel que siempre detestó sin gran motivo en particular.

¿Dirá que sí?