MI MADRINA LA MUERTE

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David se le había hecho tarde para volver a su casa, todavía bajo los efectos del alcohol se despedía de los amigos y se marchaba a su hogar, sus pasos delataban su borrachera por eso poco le importo la hora. Normalmente a media noche las calles lucían completamente vacías, el silencio de ultratumba se hacía presente en el ambiente tan pacífico y los nervios de cualquier persona se pondrían de punta. Aunque David no era precisamente ese tipo de persona, si hablábamos de él nos referíamos a un temerario y aventurero que le gustaba vivir emociones fuertes. Podemos tomar como ejemplo su trabajo de sepulturero del panteón, realmente la idea de permanecer en un lugar con muchas tumbas y una vibra pesada permanentemente en el ambiente volvería loco a más de uno. Su vida estuvo marcada por las carencias con un padre alcohólico, ahora a la espera de su primer hijo rompió la promesa de beber alcohol y caminaba por la calle pensando en todas las historias de su pasado.

Detrás el venia una carroza tirada por dos caballos negros, un jinete jalaba de las riendas y su pasajera le pidió detenerse un momento al notar el aliento de David. Ambos vestían ropas de color negro y blanco, sus caras denotaban mucha tristeza desde del fondo de su alma y el transporte medio descuidado lucia el paso de los años. La bella mujer que venía dentro trataba de sonreír pero difícilmente lo lograba por momentos, su largo cabello hasta los hombros y un sombrero como si estuviéramos en el siglo XX y su piel pálida casi gris. El hombre traía un traje completo con sombrero, sostenía un látigo en la mano derecha y una botella cuyo contenido era un misterio. David se asombraba de ver personas en esa fría y tétrica noche, quizás fueran forasteros de paso en busca de asilo o se habían perdido por esos rumbos y la última opción una pareja de amantes a la esperaba de ver un fantasma.

Retomando la escena con David y la misteriosa dama vestida elegantemente, quien pidió a su compañero detenerse a mitad del camino para bajar y saludar a la única alma que pudo encontrar fuera de casa. El trato de lucir calmado con verla a simple vista, sintiendo escalofríos con la mirada de la bella mujer y saludándola por pura cortesía, no estaba nada cómodo por la situación y debía regresar pronto con su esposa. Ella seguramente se encontraba preocupada y temiendo le hubiera sucedido un accidente, la dama le pregunto su nombre denotando mucha curiosidad y el motivo de haberle encontrado a esa hora.

David: buenas noches tenga!!!!

Mujer: gracias!!!!!! Veo que usted se le hizo tarde camino a casa

David: en absoluto estoy a tiempo de volver a mi casa

Mujer: si me permite decirle un cosa...

David: si adelante dígala

Mujer: nunca lo había visto a esta hora por las calles

David: lo mismo le digo no conozco a nadie que le guste pasear en la madrugada

Mujer: pues está viendo a una en este momento

David: acaso es usted doctora o va de paso en este pueblo

Mujer: si hago visitas a domicilio como parte de mi trabajo, pero no precisamente sano a la gente y si curo el alma de mis pacientes dando paz y tranquilidad.

David: a todo esto no me ha dicho su nombre!

Mujer: si válgame lo olvide mi nombre cambia según la persona que lo pronuncie

David: en todo caso deseo escucharlo de su propia boca... el mío es David futuro padre de un hijo en camino y casado con una bella dama como esposa.

Mujer: muchas felicidades por su hijo pero yo conocía la noticia y también se sobre su trabajo en el cementerio del pueblo, usted no me ha encontrado por casualidad y sabe por qué?...

MI MADRINA LA MUERTEWhere stories live. Discover now