Atentado

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Eran casi exactamente cuatro meses que llevaba en desarrollo esa criatura de sexo desconocido.

Era el tiempo perfecto para que lo perdiera.

Entre a su habitación con un vaso de agua que me había pedido.

Me miro y me sonrió.

Mientras que yo no tenía ninguna expresión en mi rostro, y solo me di la media vuelta,dejando el vaso en el tocador.

Cuando me di cuenta ella estaba detrás de mí.

— ¿Porque estas así, cariño?

— No entiendo tu pregunta.

— Sabes a lo que me refiero.

— ¡No, no lo se, no soy adivinó! — dije en tono alterado.

— Marcus, no tienes .....

— Estaré abajo.

No podía seguir así, no podía mostrar mis verdaderos sentimientos, huí, huí a toda prisa.

Quizá de alguna forma, yo mismo lo había provocado para mi propia satisfacción.

Me estaba siguiendo, gritaba mi nombre por el pasillo.

— ¡Marcus, espera, Marcus!

Me frene ante las escaleras y de algún modo la acorrale, gire en mi mismo y le dije casi a gritos:

— ¡No tengo nada!

Tal vez fue la impresión de mi tono de voz la que la hizo hacerse para tras y dar un paso en falso provocando su caída hasta que paro.

Estaba quieto, algo impactado, me estaba perdiendo en mí mismo.

No podía dejar de ver su pansa que con el transcurso de los meses había crecido espantosamente.

«Podía perderlo, eso era lo que yo quería »

Y fue su voz desesperada la que me hizo reaccionar.

— ¡ Marcus, cariño, ayudame, marca a la ambulancia, Marcus .....!

No quería, pero tenía que marcar, si no la quería perder a ella.

Baje corriendo, y torpemente marque al número.

No tardaron mucho en llegar.

— Estarás bien, estarás bien.

Tardaron mucho en tratarla, y cuando salio el doctor le pregunte:

— ¿Como está? ¿Ha perdido al bebé?

El doctor me miro como si me analizará después dijo:

— ¿ Eres su hijo?

— Si — dije con tono impaciente.

— Afortunadamente tu hermanita esta bien, solo que tu madre necesitará reposo para poder recuperarse.

No podía ser, había sobrevivido y era niña.

Me sentía tan mal que sólo podía observarla desde la puerta.

Pero me vio, y me llamo con su delicada mano.

Me dirigí hacia ella lentamente y me senté en la silla que tenía a un lado.

— No te sientas mal cariño, no fue tú culpa.

Silencio.

— Eres lo único que tengo, cariño.

La tome de la mano y solo la mire a los ojos.

— Te quiero demasiado madre.

— Y yo a ti mi amor.

« MI AMOR, la primera vez que usaba esa palabra conmigo».

— Descansa, necesitas reposo madre.

Su respiración era lenta y tranquila mientras cerraba sus ojos.

Y en cuanto se durmió, empecé a llorar.

Puede que haya sido por mis planes fallidos o por que me amaba de una manera distinta a la que yo lo hacia.

No sabía cuales eran mis verdaderas razones, solo estaba llorando.

Enamorado de mi MadreTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang