Pase lo que pase, siempre estaré junto a ti

1.6K 148 168
                                    

Sam y yo nos sentamos en las escaleras de fuera. No había apenas luz, salvo aquella que entraba desde las ventanas que se encontraban en cada hueco de las escaleras de los diferentes pisos. Pude contar seis pisos en total.

  — ¿No crees que los demás nos van a echar de menos y vendrán a buscarnos?— pregunté, intentando que volviésemos adentro para así librarme del interrogatorio.

  — Se han ido a dormir ya. Están muy cansados y ni se van a dar cuenta de nuestra desaparición—explicó despreocupado  — Ahora, tienes todo el tiempo del mundo para explicarme lo que te ocurre. Me he perdido tres meses, así que a lo mejor voy tarde pero...anda. explícamelo.

  — No tengo ganas de hablar, de verdad — le respondí, girando la cara para no mirarle. En esos momentos estaba demasiado apenada para que me mirara.

  — Lo suponía, así que te he traído algo que puede hacer que sueltes la lengua — dijo felizmente, como si se hubiese anticipado a mi respuesta. De su abrigo sacó dos botellines de cerveza.

  — ¿De dónde has sacado eso? — pregunté sorprendida al verlos.

  — Estaban en el fondo del frigorífico — Se encogió de hombros— Vamos a hacer un brindis para celebrar que aún seguimos vivos, ¿Qué te parece?

  — ¿Qué te ha dado por los brindis ahora? — sonreí ante tal proposición— Además, no me gusta la cerveza. Lo siento.

 — Sólo un traguito, por favor. Un buchito — me pidió, acercándome la cerveza.

  — Bueno, sólo un poco y porque me lo has pedido con cara de pena. Me encanta que me supliques — expresé yo, aceptando la cerveza y chocándola suavemente con la suya. Después, me la acerqué lentamente a la boca para beber un poco nada más. Sin embargo, no vi venir que Sam, con su mano, hizo inclinarse drásticamente la botella cuando yo estaba bebiendo, haciendo que se me llenara la boca de aquella bebida. Tuve que toser por aquel atolondramiento horrible mientras él se reía.

—¡Idiota! ¡Casi haces que me ahogue!—le grité entre toses. Como muestra de mi enfado, le di un golpe a su cerveza, haciendo que se derramara en la camiseta. Empecé a reirme.

—¡Eh, calma!—respondió ante tal ataque, intentando quitarse con la mano parte del líquido de la camiseta—Vamos a hacer una tregua.

—Te lo has buscado. Has empezado tú —contesté encogiéndome de hombros.

—Yo sólo quería hacerte reir y veo que lo he conseguido, aunque haya sido a costa de mi ropa—expreso mi amigo. Aparté la mirada ante su respuesta. Puede que me hubiera alejado de mis problemas unos instantes, pero no los había solucionado.

Medité si contárselo o no, ya que no estaba acostumbrada a sincerarme con nadie, aunque Jack lo había conseguido varias veces desde que lo conocía. No creía que pudiera ayudarme a resolverlos y era algo privado. Pero tal vez podría aconsejarme y aclararme las cosas. Yo dudaba incluso que en esos momentos pudiera darles soluciones incluso yo.

—Toda reina necesita su consejero, ¿No?—habló Sam, sacándome de mis pensamientos.

—No me llames reina—suspiré exasperada—eso parece sacado de una película romanticona. Me pone de los nervios.

—Lo sé. Por eso lo hago—rió—Ahora cuéntame lo que te pasa y no te llamaré más mi reina, ¿Trato?

Suspiré resignada. No podía librarme de él.

Le conté lo que había averiguado de Steve, gracias a mi recuerdo. No le conté nada sobre el encuentro que tuve con Theo, ya que eso sí me lo quería guardar para mí. Él escuchó con atención, sin interrumpirme ni una sola vez.

—Como si no tuviésemos suficientes problemas, ahora te añaden uno más. Nos minan las esperanzas poco a poco, haciéndonos encima desconfiar de nuestros seres queridos—comentó al terminar yo el relato.

—Lo peor es que no sé qué haría si de verdad se confirmaran mis sospechas. No creo poder aguantar eso—expresé, dándole el último sorbo a mi botella. Poco a poco me la fui terminando sin darme cuenta y cogiéndole el gusto a aquella bebida.

—A ver, respóndeme una cosa...Steve te ha cuidado todo este tiempo, poniéndose además de nuestra parte al desatarse esta lucha, estando así en peligro en numerosas ocasiones. Te apoya, te ayuda, te ha educado y se ha convertido así en tu familia. Entonces, dime...¿Olvidarías todo aquello que ha hecho por ti por un error de su pasado? Sabemos que no ha sido totalemente sincero contigo pero, ¿De verdad hay alguien que sea absolutamente transparente? Creo que incluso esa gente es menos de fiar.—Sam se puso delante mía, de cuchillas, poniéndome nerviosa al estar tan cerca. Siempre me había incomodado que se pusiera la gente a tal distancia.

—Nunca olvidaría la vida que me ha dado pero le perdonaría o no dependiendo de la involucración que haya tenido en los sucesos de hace nueve años—respondí, tras meditarlo unos segundos—Además no sé por qué se quedó conmigo desde aquel instante. No sé, ya desconfío de todo y de todos.

—Y de mí, ¿Desconfías?—preguntó, acercándose más y consiguiendo que apartara la mirada.

—Sólo si me das motivos para ello—constesté sinceramente. En esos momentos me sentí mal, ya que era el que me estaba apoyando en esos instantes. Sin embargo, pensé que lo mínimo que se merecía era sinceridad. Aún así, en el fondo, sabía que no era verdad todo lo que había expresado aunque quisiese convercerme de que sí.

—Así no se puede seguir, Susan—suspiró. Parecía que le había dolido mi contestación, cosa que no me parecía extraño —Debes entender que no todos somos enemigos y que podemos ayudarnos mutuamente. Que tengamos poderes no significa que no podamos desarrollar amistades como las personas normales. Así sólo estás consiguiendo que Gamma gane.

Se levantó del escalón, dispuesto a irse. No podía dejar que la conversación terminara así, perdiendo a mi amigo por mi estupidez. Rápidamente, me incorporé y le cogí de la manga, dificultando su marcha. Él no hizo amago de soltarse de mi amarre.

—Lo siento muchísimo, Sam—me disculpé. Me sentía terriblemente mal. Sabía que no podía seguir así, hacerle daño cuando él se había preocupado por mí tanto. En ese momento tuve un arrebato de sinceridad— Yo te quiero, muchísimo, pero entiende que me de miedo equivocarme con la gente. Cogerles cariño y que luego me demuestren que no eran de fiar, que me traicionen. Quiero pensar que no mostrar mis sentimientos es una fortaleza pero sé que sólo consigo que se conviertan en una desventaja para mí. Hay veces en las que pienso cómo me sentiría si alguien de vosotros muere y no supiera lo importante que es para mí. Quisiera dejar de sentir para así no sufrir. Congelarme con mi propio poder y acabar con todo ésto.

Se quedó callado varios segundos, inmóvil. No creí que en sus planes estuviera que me sincerase de tal forma. Aún así, me sentía mejor al haberlo dicho. Cualquier día hubiese explotado por todo esos pensamientos oscuros que tenía en la mente. O incluso volverme loca.

—Mostrar el amor que tienes a los demás no es una debilidad. A veces es algo tan difícil que hacerlo te convierte en alguien muy valiente—expresó, clavando sus ojos marrones en mí—Lo exteriorices o no, Gamma irá a por las personas de tu entorno. Sé que ése es uno de los motivos por los que no los expresas. Y otra cosa más que te voy a decir, tener sentimientos es algo precioso. A veces sufres pero aún así hay momentos que te harán olvidar el dolor. Y en lo que respecta a Steve, no le des más vuelta y deja que todo se aclare con el tiempo. Pensarlo sólo hará que lo odies.

No sabía qué contestarle. Sus palabras me habían dejado sin habla y decir algo podría fastidiar el momento.

—Aún así...—empezó a decir nuevamente, sin haberme dejado formular una respuesta— voy a darte una prueba que conseguirá disiparte todas las dudas sobre mi lealtad hacia ti.

Antes de que le pudiera decir que no hacía falta, me cogió de la cintura y consiguió acercarme a él. Sin darme tiempo a reaccionar a ese movimiento, sus labios se posaron sobre los míos.

Su beso era dulce y lento. Cerré los ojos y le agarré del cuello para así acercarlo más a mí. No sé cuánto tiempo estuvimos, sólo me dejé llevar.       

Cuando paró a coger aire, me susurró unas palabras que jamás olvidaré.

—Pase lo que pase, siempre estaré junto a ti.

Proyecto Mejorados (Agente Ventisca N°2)Where stories live. Discover now