Derretir.

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Que calor.

JongIn mantenía sus ojos cerrados mientras que con su cuaderno se estaba abanicando. El sudor corría por su frente y sentía su piel tornarse pegajosa.

¿Cuánto faltaba para salir?

Estaban en clases de matemáticas. Sí, esa hermosa clase que compartía con KyungSoo. Y se suponía que tenían que resolver unos ejercicios un poco difíciles, aunque ese no era el punto. Sino que, KyungSoo, él mismo, por su propia decisión para reafirmar, se había acercado hacia él para trabajar juntos.

Eso lo dejó con la boca abierta durante un minuto y con un sonrojo ante la sonrisa que KyungSoo le regaló.

Todo eso era tan nuevo e irreal.

Pero el jodido calor tuvo que dañar las cosas.

El sudor caía como chorro. Los árboles al parecer quisieron detenerse y tomar un poco de té, porque no se veían las hojas moverse ni muchos menos se sentía un poco de viento. Y eso que estaba cerca de la ventana.

Él tenía un poco de pánico acerca de que KyungSoo pensara que sudaba como puerco. Lo bueno es que se había duchado bien esa mañana, y su lindo cabello ahora no estaba tan lindo debido a la humedad.

Soltó un suspiro mientras dejaba de lado su cuaderno. Miró directamente a KyungSoo para apretar sus labios debido a la repentina carcajada que se le estaba formando.

Una gran gota de sudor se deslizaba desde la sien hasta la barbilla de KyungSoo, su nariz levente fruncida mientras gotitas de sudor adornaban la punta de ésta y el espacio entre su boca y nariz. Vio como él intentó secar un poco del sudor de su frente para prestar de nuevo su atención a los ejercicios. Estaba un poco tenso y su mano sobre el lápiz era extrañamente forzosa. 

JongIn sonrió con ternura porque a pesar de ese aspecto, KyungSoo se veía tierno. Siempre KyungSoo se veía lindo, no importaba como estuviera, no podía creer que existiera alguien tan perfecto.

De repente se le ocurrió una idea. Lo había visto en los doramas que ve su mamá, no él, él no los veía para sacar acciones para como comportarse justo como ahora. Los hombres o mujeres en los doramas, tomaban un pañuelo y secaban ya sea si estaba sucio o mojado a la otra persona y ésta reaccionaba muy bien, incluso se los agradecían y se enamoraban. Se veía como un pequeño detalle amoroso.

Por eso, sin contenerse, empezó a buscar un pañuelo en su mochila, desesperándose al no encontrar ninguno. Hizo un pequeño quejido sin alertar a KyungSoo para mirar a su compañero de atrás y dirigirse hacia él con señas.

—Oye... Lee. ¿Tienes un pañuelo? — Preguntó en un susurro apurado mientras su compañero hacia un ademán para ver si tenía uno extra.

JongIn se desesperó y volvió la vista al frente, él estaba durando demasiado y pronto se le podría ir el valor momentáneo que le había entrado de la nadapara tocarlo . Cuando una tela cayó sobre su hombro, levantó el pulgar en forma de agradecimiento mientras doblaba el pañuelo en un pequeño cuadro.

Soltó un corto suspiro mientras giraba su cuerpo hacia KyungSoo, primero deteniéndose a mirar aquellas suaves mejillas brillosas, y el contorno de su boca. Cieloooos. ¿Por qué él era hermoso?

Levantó su mano para posar el pañuelo suavemente por la sien de KyungSoo, deslizándolo delicadamente y con pequeños toques por su mejilla hasta llegar a su barbilla. Se inclinó sobre KyungSoo para pasar por el lado contrario y con la misma suavidad el pañuelo, sintiendo demasiado cerca el rostro de quien estaba enamorado. Sus dedos, una vez que hubo secado la piel, empezaron a recorrer la tersa mejilla, deleitándose cuando hizo contacto por primera vez con KyungSoo.

Se sentía un poco húmeda y pegajosa, debido a que el pañuelo sólo lo secó por la superficie, pero eso solamente lo hacia más real, más hermoso y por supuesto lo hizo pensar mal...

Era hombre y ver el rostro sudado de la persona que le gustaba era realmente excitante, ya que le hacía pensar en ciertas escenas perfectas para aquella expresión. 

Ni él mismo supo con exactitud cuando dos de sus dedos tomaron con firmeza el mentón de KyungSoo, para que lo mirara y observara todo lo que le estaba haciendo sentir. Así pudiera ver que él no estaba jugando acerca de sus sentimientos. Sus labios se entre abrieron, buscando las palabras para decir, decirle algo como "Por favor, sal conmigo hoy. " Así qué, asintiendo internamente, lo dijo.

—"Me gustaría ser un fósforo y que tu fueras una vela para verte derretir cuando te dé candela". —

Apreció tan de cerca como la expresión pasmada de KyungSoo pasaba de un blanco suave a un intenso rojo. Era la primera vez que lo había visto de esa manera con las palabras que él no quería decir. Él también se sorprendido, golpeándose mentalmente por recordar esa frase que leyó.

—Yo, quería decirte algo más. —Dijo mientras veía como KyungSoo arrastraba su asiento y se iba a su lugar. Estaba rojo de la furia por lo que JongIn no lo detuvo.

—KyungSoo, no era...—

—Ni se te ocurra. — Su piel se erizó al ver la mirada furiosa sobre él.

Sus hombros cayeron mientras daba un golpe a su boca. La había arruinado en grande. Volvió a mirar a KyungSoo, quien se veía todavía más furioso.

—Viejo... ¿Para eso querías mi pañuelo? — La voz de TaeMin detrás de él lo sorprendió, haciendo que mirara hacia atrás y notara como su compañero había disfrutado de la escena con la boca ligeramente abierta.  —Con esa boca... Al menos yo lo hubiera besado. —TaeMin miró detenidamente hacia KyungSoo y luego hizo una mueca mientras se cruzaba de piernas, negando hacia JongIn.

Fue entonces cuando sintió un remolino formarse en su estómago al sentir de nuevo la mirada enojada de KyungSoo. Era obvio que había escuchado lo de TaeMin. Y si antes había un pequeño acceso para llegar a KyungSoo... Ahora era todo un laberinto.

Genial, JongIn. Para la próxima iba a llevar consigo no un pañuelo, sino toda una toalla para cubrir a KyungSoo.

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Hasta aquí. 

En un rato les vengo con un extra.

Piropos Para Conquistarte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora