Lo último que recordaba el peliverde era que perseguían a un villano el cual por ningún motivo debía tocarte, lo ideal era atraparlo usando alguna trampa, lástima nada sale como se planea.
[...] No sabían que había sucedido, si Midoriya estaba herid...
Ambos jóvenes se encontraban en aquella habitación casi ya sin prenda alguna, poco a poco y entre si, se fueron despojando de cada prenda hasta quedar tan solo en ropa interior, Midoriya por su parte solo se mantenía con los bóxers y Todoroki también. La ahora peliverde no evitaba mantener la cabeza gacha puesto que, su sonrojo era muy notorio más cuando ahora era una chica y tenía pechos, los cuales le avergonzaban un tanto, por su parte el de cabellos bicolor le miraba y acercándose posó su mano en su mejilla alzándole la mirada para que le viese.
-Midoriya... eres hermoso
Murmuró a lo que la pecosa apretó los ojos y sintiendo un escalofrío que le recorrió entero se acercó de a poco hasta abrazar al contrario, dándole un apretón haciendo que sus ahora pechos se presionaran con el pecho ajeno.
-Todoroki-kun... gracias por permanecer siempre a mi lado
Susurró la fémina y ahora mirándose unieron sus labios en un beso. Ambos estaban seguros de lo que iban a hacer y con cuidado se fue dando el que la peliverde se recostase en la cama mientras que el hijo de Endeavor se ubicaba sobre ella de manera suave, una vez cortaron el beso Todoroki se le quedó viendo y una pequeña mueca, una sonrisa cálida se dibujó en su rostro para acariciar su vientre.
-Te amo
Y descendiendo de a poco se acercó a esos redondos pechos para comenzar a acariciarlos y masajearlos con sus manos, de los labios de la pecosa comenzaron a salir leves sonidos, jadeos suaves y para ella, vergonzosos, Todoroki en cambio tendió a cerrar los ojos y al acercarse de a poco apretó con sus labios uno de sus pezones para luego morderlo y chuparlo.
-Aahn~... T-Todoroki-kuun~
Jadeó intentando enderezar la cabeza Midoriya para verle a medida que apretaba la sábana, el muchacho de cabellos bicolor abrió los ojos y le vio sin apartar la boca de su pecho cosa que hizo a la peliverde sonrojarse y desvió la mirada, estaba a punto de decirle algo pero se plasmó en seco al oír que golpeaban la puerta, Shouto se exaltó un poco y se incorporó viéndole.
-¿Tu madre?
Preguntó, la peliverde tragó saliva y negó teniendo ahora un leve temblor.
-No, ella llegará en la noche
-Entonces es...
Murmuró el de cabellos bicolor y se recostó con cuidado entre los pechos de la contraria para seguir lamiendo y besando su piel, haciendo que se olvidase de la puerta y de los molestos golpes, ese momento era solo de ellos.
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