Prólogo

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Año 2016

Contemplando las gotas en el ventanal de mi casa me surgían un sin fin de recuerdos de cuando era pequeña y me gustaba salir de la casa mientras llovía, sentir las gotas cayendo en mi rostro, sentir la brisa helada, además de oler la tierra mojada y jugar con los charcos. Amaba salir a jugar con la lluvia hasta quedar empapada, por supuesto que al regresar recibía mi regaño por llegar de esa manera; pero valía la pena, era la mejor sensación.

De momento he dejado de hacerlo, también porque la llovizna regularmente llega de noche, pero cada que tengo la oportunidad me gusta sentir unas cuantas gotas. Estaba anocheciendo, la lluvia había caído y el clima estaba para dormir un rato, recordé que no había comido nada durante todo el día, no tenía hambre, el día anterior había tenido un mal día y hoy no me apetecía hacer muchas cosas. Aún así a las cansadas tuve que ir a buscar comida, ya que debía de tomar medicamentos para después de comer y además porque mi estómago me estaba comenzando a reclamar.

- ¿Cariño porque no has comido aún? ¿Acaso no te da hambre durante todo el día? - mi abuela me estaba dando un leve regaño, no le agradaba que deje de comer, además se hacía de noche y estaba en toda la razón de molestarse.
- Es que no tenía hambre - fue mi respuesta y era la verdad, mi estómago no me había molestado en todo el día, así que se me había pasado por alto ir a comer hasta que recordé que debía de tomar una pastilla.
Me miró con desaprobación mientras estaba sentada en el sillón de la sala y volvió su atención al televisor. Me dirigí a la cocina a ver lo que tenía que haber comido hace horas, calenté la comida un poco antes de servirme y me senté a degustar mi cena.

Al terminar de lavar y secar lo que había utilizado, regresé a mi habitación a revisar si tenía algún mensaje o si había algo interesante en las redes, de manera que antes de que se me olvidara tomar mis medicamentos tome la pastilla del frasco y regresé a la cocina por un vaso de agua junto a mi celular. No había nada interesante solo algunos mensajes viejos que no había contestado hace días y en las redes las cosas estaban normales. Dejé mi celular a un lado y decidí sentarme a ver las noticias con Nani, así le decía a mi abuela desde que tengo memoria; era lo mismo de siempre, robos, secuestros, asesinato, violaciones, y demás. No me agradaba ver ese tipo de noticias me hacían cambiar mi genio al enterarme todas las atrocidades que hacía la gente, así que me levanté del sillón busque mi celular y entré al cuarto de Nani.

Me acosté en su cama, me gustaba estar siempre en su cuarto, era fresco y me sentía a gusto allí, me puse a pensar lo que había pasado el día anterior, me sentí un tanto agobiada; pero tenía la esperanza de que todo mejoraría. En el fondo me sentía verdaderamente abrumada, no estaba tranquila, no me sentía bien, no estaba para nada bien. De repente recibí el mensaje de una amiga. *Hey, sabes mañana no me toca trabajar. Acompáñame a comprar unas cosas y de paso nos distraemos, ¿Te parece? - Diane*

No me apetecía salir a ninguna parte por el momento, de paso no tenía dinero a la mano y se me complicaría salir, otra cosa era que no había pedido permiso con tiempo y por ese motivo no me dejarían salir, revisé de nuevo el mensaje de Diane; y dejé mi celular a un lado de la cama, luego le respondería. Por el momento era muy complejo salir dado a qué el país estaba pasando por problemas un tanto fuertes, pero no me parecía tan malo distraerme por un rato; de manera que iba a tratar de acompañar a Diane.

Respiré profundo y cerré mis ojos, abracé una almohada que estaba junto a mí con todas mis fuerzas y después me deshice de todo el aire que contuve. Desde que tengo memoria recuerdo haber estado en esta casa, conocía cada parte de ella, aunque actualmente había recibido algunas remodelaciones es la misma de siempre, amplia y grande con muchos cuartos deshabitados; pero con demasiados recuerdos. Nani había trabajado duro para conseguir un lugar donde pudiera sentirse a gusto y a pesar de muchas trabas en la vida al final lo consiguió; por eso me daba mucha lástima saber que un lugar con tanta historia, que se luchó por construir, pronto tengamos que dejar atrás.

En unos cuantos meses nos íbamos a mudar, la verdad me gustaba mucho la idea de estar en un nuevo lugar, pero me entraba la duda de que si iba estar a gusto, debido que el tamaño de la casa era mucho más pequeño que mi antiguo hogar y me sé sofocar a veces en lugares así. No lo considero como claustrofobia porque lo sé controlar de vez en cuando, pero si me hacen sentir incómoda mayormente. La mayor parte de mi vivencia ha sido junto a Nani y Cameron, mi hermano, debido a que mis padres no los veía mucho, ya que trabajaban hasta tarde y cuando llegaban nos encontraban a mi hermano y a mí durmiendo. Solo cuando nos quedamos despiertos hasta tarde estábamos con ellos y los fines de semana, pero casi siempre tenían algún viaje que hacer. Por eso es que la mayoría de mis recuerdos son juntamente con Nani.

Salí del cuarto de Nani y volví a mi habitación a revisar la página de la universidad, ya habían pasado los exámenes y estaba a la expectativa de mis notas, ya que puse todo mi empeño para no obtener bajas calificaciones, este semestre me había ido un poco mal o eso sentía yo porque no comprendía algunas cosas y eso me preocupaba un poco. Faltaban las notas de algunas materias, los profesores aún no subían el puntaje final y eso me exasperaba. Me preocupaba demasiado no ser lo suficientemente inteligente para lo que había elegido estudiar. Pero no me quería dar por vencida, al fin y al cabo mis padres habían invertido mucho para que yo lograse estudiar. Le debía mucho a ellos y no quería defraudarlos, no quería fracasar es esto.

Decidí que no iba a pensar más en eso, así me tumbé en la cama y sin querer volví a pensar en lo que pasó el día anterior, en cómo me sentí. Oculte mi rostro en la almohada y comencé a llorar, odiaba sentirme así, pero me quemaba demasiado el hecho de tan solo recordar todo lo que pasé. "Si tan solo pudiera retroceder el tiempo" pensé, pero de qué iba a servir si jamás me pude dar el lugar que merecía.

Weit, Racie.Where stories live. Discover now