Capítulo 3

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Caín entró por segunda vez en la semana a la oficina de Albert, tenía un humor de perros ese día

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Caín entró por segunda vez en la semana a la oficina de Albert, tenía un humor de perros ese día. No había podido ir al gimnasio a descargar su furia, controló cuatro entregas y además de eso, cancelaron dos de sus peleas ilegales. Vaya mierda.

-¿Sabés algo de David? -fue directo el viejo.

-Su novia, recurrente o lo que mierda sea es mí vecina. -respondió Caín aburrido.

-La quiero. -pronunció Albert y el chico fijó sus ojos azules sorprendidos en el.

-¿Qué? Estás loco, es una pobre miserable. -intentó hacer desistir de la idea a su padre.

-Cállate. Aquí el que toma las decisiones que cree convenientes soy yo. -advirtió el anciano.

-Como sea... Secuestrala o algo. -murmuró Caín.- Sí eso es todo debo irme.

-Aún no he terminado Caín. Tu serás el encargado de traerla ante mí pero para ello deberás ganarte su confianza. -dijo Albert.

-Reitero, estás loco.

-Y una mierda. -exclamó su padre fijando sus ojos en su mejor "hijo".- La he investigado, es desconfiada y hace todo por los suyos, precavida, inteligente y muy valiente. Es huérfana, su única familia es su tía y prima. Estudia enfermería en la universidad y trabaja en una cafetería de mala muerte para pagar sus estudios y el alquiler del departamento. -informó Albert leyendo el expediente que contenía toda la información de Layla.- No sale nada de sus padres y/o si tuvo o tiene hermanos. Otra cosa... La chica tuvo una relación de dos años con David, terminaron por violencia de género, ella terminó grave en el hospital,como imagino y habrás notado, ella es gorda.

-¿Pará qué infiernos la quieres? -se atrevió a preguntar Caín perdiendo la paciencia.- Y no comprendo que tiene que ver su físico.

-Seguro tiene información muy valiosa. La necesito. -respondió Albert.- La gorda puede ser un arma de doble filo, mí querido hijo. Deberás meterte a su vida por el lado del chico que la ve diferente y especial.

Por algún motivo la palabra "gorda" hizo eco en la cabeza de Caín. Le molestaba de sobre manera esa palabra, conocía lo que causaba el que alguien escuchará tal calificativo. Tensó su mandíbula, sentía que en cualquier momento rompería sus dientes y sobre todo que golpearía al idiota manipulador que estaba ante él si volvía a usar ese puto calificativo.

-¿Cómo pretendes logré llegar a ella? -preguntó Caín controlando su furia.

-Problema tuyo. Ahora retirate. -murmuró Albert dándole la espalda.

Caín salió de ahí echando chispas. Nuevamente sintió pena, lastima por la chica... Layla. ¿Qué en su jodida vida habrá echo David para lograr tenerla a su lado? O quizás ella no era tan inocente como aparentaba, después de todo no podía decir mucho, apenas la había visto tres veces y no sabia mucho de ella, salvo lo que Albert le dijo. Sintió su móvil vibrar en el bolsillo trasero de su vaquero desgastado y lo tomo sin siquiera ver quien era.

-¿Qué? -soltó.

-Te busca un tal David en el local. Está causándo problemas, ven ahora o te haré pagar los daños Caín.-reconocío la voz de su entrenador.

Parecía que la mierda del día aún no iba a terminar. Seguiría cargando y enfrentando problemas. Se montó en su moto y cuando llegó al viejo gimnasio, bufó. Ahí estaba David.
Ahora que lo observaba bien, notó que tenía un enorme tatuaje que por lo visto se extendía desde su cuello hasta su mano, recorriendo gran parte de su torso o al menos eso dejaba ver la sudadera que llevaba. Había ganado más físico, no era el niñato imbécil y delgado con el que había crecido.
Sus ojos que en su momento fueron cálidos y llenos de sueños, ahora se notaban fríos y calculadores. David sonrió con malicia y se cruzó de brazos.

-Hola hermano. -saludó.

-Creo que te has confundido, yo no soy tu hermano. -respondió Caín bajando de su Harley.

-Oh vamos... Sin rencores Ca. -dijo con sorna el rubio.

-¿Qué quieres? No eres bien recibido aquí en la ciudad y menos en ésta zona. -advirtió Caín.

-Tengo a alguien aquí... -respondió sin más David.- Y algunos trabajos sucios por hacer, tu sabes de que hablo, ¿sigues con el no?

-Al menos puedo rescatar algo de él, ¿sabes? -gruñó Caín.- Jamás traicionaría a los suyos.

-Estás ciego Caín. Pronto se darán cuenta todos de lo que ese bastardo es... Sólo te quería decir algo. -dijo el rubio y suspiró.

-¿Qué quieres? Estoy perdiendo valioso tiempo contigo. -bufó Caín aburrido.

-Sé que el debe estar al tanto de mí regreso. Sólo dile una cosa, todo aquí van a cambiar. -dicho eso David se marchó dejando pensativo a su viejo colega.

¿Qué más podía suceder en esas viejas calles? Vivían en un lugar lleno de mierda, rodeado de malicia. Caín negó algo estresado, en tres días habían sucedido demasiadas cosas, cosas que por algún motivo estúpido le afectaban a él directa e indirectamente.
Entonces la realidad cayó como un baldazo de agua fría... Debía acercarse a la chica, seguro ella sabía demasiado. Layla en esos momentos era de vital importancia. Pero el castaño tenía un problema, socializar no era lo suyo, siempre alejaba a las personas, ¿cómo carajos haría que la chica se abriera con el?
Al llegar a su departamento notó que detrás venía subiendo Layla, cubriendo el lado izquierdo de su cara de la vista de todos. ¿Acaso...? Caín se interpuso en su camino y ella levantó la vista asustada. El chico notó el hematoma que comenzaba a formarse bajo el ojo izquierdo de la chica. Sintió la ira recorrer su organismo y su vista se nubló en los recuerdos, violencia, sangre y muerte.

-¿Quién te hizo eso? -preguntó conteniendo su ira.

-Me caí... -susurró ella temblando.

-Dimelo Layla, habla. ¡Joder! -exclamó y ella se sobresaltó.

-No te debe importar... -contestó ella.- De igual manera, no es nada, lo... Lo prometo. -susurró intentando reprimir sus sollozos.

Caín sabía quién había sido pero quería escucharlo, recordaba como David la había tratado. El castaño acercó su mano a la cara de la chica para examinarla mejor, ella cerró sus ojos conteniendo sus lágrimas. Su piel era suave, cálida, Caín lo notó y sintió una gran molestia al pensar que de tantos golpes ella perdería eso. Si la cosa continuaba así, dentro de poco, ella sería irreconocible o peor, terminaría en la morgue.

 Si la cosa continuaba así, dentro de poco, ella sería irreconocible o peor, terminaría en la morgue

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Ya el tercer capítulo ❤ Sé que hay muchos cabos sueltos y demás, pero de eso se trata todo... De conectar puntos si todo sale bien, a lo largo de la historia 🙌 Espero sus votos y comentarios, estoy muy emocionada con ésta historia ❤ Saludosss

Araceli

C A Í N (El Comienzo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora