Capítulo 29

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Llevaba aproximadamente tres semanas de comenzar el curso cuando sucedió. Era 30 de enero y el dolor me había mantenido despierta desde la madrugada. Había llamado a Andrea y ella había confirmado que había roto fuente. Entonces, comenzó un correteo de ella por todo el apartamento y recogiendo las cosas que necesitaríamos, mientras yo intentaba lavarme los dientes. Ella me ayudó a llegar hasta el auto y ambas nos fuimos al hospital más cercano.

Eran aproximadamente las 9 de la mañana cuando llegamos. Andrea había dejado el auto frente a las puertas y había entrado corriendo al hospital. Segundos después, venían par de enfermeros con una camilla y me ayudaron a salir del auto. Cerré mis ojos en todo el camino intentando aguantar el dolor, pero era demasiado.

No dejaron que Andrea entrara conmigo al quirófano. Tuve que hacerlo yo sola. Yo sola tuve que enfrentarme al hecho de que debía traer a mis dos hijos al mundo sin ayuda de nadie.

Sin embargo, no fue problema para mi. El hecho de poder tomarlos en mis brazos y colocarlos a ambos sobre mi pecho, me dió esa paz que tanto buscaba. La paz final.

Carrie Anne y Lucas Allen. Así había decidido llamarlos.

Ellos eran hermosos. Habían nacido con poco cabello pero de un color tan claro que era obvio que saldrían rubios.

Y lloré. Lloré por haber sido tan estúpida de haber intentado matarnos. Lloré por felicidad de tenerlos al fin conmigo. Lloré porque no sabía lo que nos depararía el destino, pero sabía que no los dejaría nunca.

Ese día, después que se los llevaron, tuve un sueño extraño. Aún lo siento como si hubiera sido real, pero sé que no fue así.

Soñé con Jake. Soñé que estuvo en la habitación conmigo. Que me tomaba de la mano y que me decía que me amaba y que había visto a nuestros pequeños. Ese sueño fue tan hermoso y tan falso que, cuando desperté, la habitación estaba en penumbras y yo estaba tan sola como lo estuve desde que Andrea se había ido al apartamento. Lloré por horas. Y luego me calmé.

Debía salir de allí tan pronto pudiera. Necesitaba hacer mi vida lejos de todo lo que me recordaba a Jake. Si, lo olvidaría, y comenzaría de cero con mis hijos.

Ya nada me detendría.

Cuando por fin me dieron el alta a mi y a mis hijos, los tres, junto con Andrea y Logan, nos fuimos al apartamento.

Me di cuenta de la tensión que había entre ellos en todo el camino. No se hablaron, solo me hablaban a mi y evitaban mirarse.

Al llegar al apartamento, Logan me tenía un regalo sorpresa. Como tío autoproclamado, me había regalado dos cunas y había decorado mi habitación de manera que tuviera todo lo necesario. Habían grandes paquetes con pañales y ropa de bebé.

- No tenías por qué hacer eso, Logan. Pero te lo agradezco enormemente- lo abracé con mucha fuerza- Gracias por todo-

- Soy tío y padrino, no te olvides- me guiñó un ojo-

Me reí.

Aún así, notaba el ambiente muy tenso entre ellos dos. Y sin poder aguantarlo más, pregunté.

-¿Ustedes... están bien?-

Andrea rápido sonrió, y noté su sonrisa falsa a la distancia. Ella no era de hacer eso. Algo grave pasaba.

- Sí, Emily. Todo está muy bien. No te preocupes por nosotros. Deberías descansar ahora-

Fruncí el ceño cuando vi el gesto que puso Logan.

- Te he perdonado cosas imperdonables, Andrea. Pero Emily merece saber la verdad con algo como eso-

- Logan, yo te amo. Pero no metas las narices donde no te importa-

Mi Amor Platónico {Jake Abel}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora