III ≈ Fuerza

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JongHoon se quedó atento a la televisión matutina, no prestó la más mínima atención a Yunho cuando éste bajó sobándose la cabeza.

— ¡JONGHOON! — le gritó con todas sus fuerzas. — ¿Dónde carajos estás?

— Aquí. — Dijo tranquilamente. — ¿Qué quieres? — Se levantó del sofá y se acercó hasta Yunho.

— Hazme un café. — Le demandó con autoridad, el contrario asintió y pasó de largo sin siquiera mirarlo.

— Voy.

Después de haberse ido a cambiar, Yunho entró a la cocina mirando como su esposo cerraba fuertemente uno de los cajones. Le dió un sorbo al café que yacía sobre la mesa y JongHoon se giró.

— ¿Te gusta? — Le preguntó aunsin mirarlo.

— Está bien.

— Tengo cosas que hacer. — Mencionó con frialdad y saliendo de la cocina.

— Espera… ¿Qué ocurre? — Le cuestionó tomándole el brazo con fuerza. JongHoon levantó la vista y Yunho se dió cuenta que su labio estaba partido y las marcas rojizas que le había hecho con el cinturón se notaban en sus hombros y cuello.

— Nada, hoy terminé temprano y quiero ver televisión. — Se intentó deshacer del agarre, pero fue inútil.

— Te estoy preguntando ¿Qué ocurre?

— ¿Qué ocurre? — Preguntó sarcástico y finalmente soltándose de Yunho. — Casi me matas y preguntas qué ocurre.

— Te lo merecías por andarme mintiendo.

JongHoon puso los ojos en blanco.

— Yo no te… Olvídalo, yo no voy a pelear contigo Yunho, ya me tienes hasta el cuello. — Dicho aquello se dirigió hasta la sala.

— Claro. Lárgate. Siempre fuiste un mocoso cobarde.

El pelinegro se regresó con los ojos llorosos a enfrentar a su marido.

— ¿Cómo podría engañarte? Ni siquiera puedo salir. ¿O ahora se te olvidaron tus reglas? — Se limpió con la manga del viejo suéter con el que dormía.

— Oh pobre JongHoon, pobre chico.— Se burló Yunho—  No puede salir de casa. — De repente soltó una gran carcajada. —Puedes irte cuando quieras, puedes volver a limpiar mesas y chillar por tus padres en un asqueroso rincón de ese putrido restaurante.

JongHoon no supo de dónde sacó la fuerza física y emocional, pero estampó su mano contra la mejilla de su esposo provocándole una pequeña cortada en el pómulo.

— ¡Ojalá nunca te hubiera conocido! — Le gritó con todo el coraje que tenía guardado. Pero el de cabellos más claros le regresó lo que había recibido. El pelinegro cayó sobre el sofá, automáticamente se llevó una mano a la mejilla y chilló por el dolor.

Sin embargo, unos brazos lo rodearon.

— No, no JongHoon, tranquilo, yo no quería…

Se deshizo bruscamente del abrazo.

— Nunca quieres. Nunca quieres gritarme, nunca quieres golpearme, nunca quisiste tomarme a la fuerza esas noches. Y yo tampoco quiero seguirte soportando.

Tomó su celular, unas llaves y su cartera, salió corriendo de casa mientras Yunho no hacía más que gritarle.

— ¿A dónde vas? ¡JongHoon!

*-*-*-*-*

Heechul abrazaba con fuerza a su amigo, ya que éste parecía estar en un serio estado de pánico. Estaba temblando, tenía el rostro palido, por lo cual, sus cicatrices se notaban más de la cuenta.

TRAUMA {Kyusung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora