Capitulo I

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Creí que hoy sería un buen día y despertaría por la luz del sol filtrándose por mi ventana, pero la verdad es que no, me despertó el estruendo de un trueno, el mismo logró que yo despertara de golpe y con mi respiración un tanto agitada, solté un bufido y con mi mano traté de alcanzar mi móvil para ver la hora. Me había despertado sin necesidad de la alarma la cual sonaría a las 7 am en punto, pero desperté minutos antes.

Aproveche eso y me di una rápida ducha, me puse un jean negro y una camisa blanca para poder ir formalmente a la universidad, la misma no era de las mejores pero he de admitir que varias carreras podían estudiarse allí, yo por mi parte me había centrado en psiquiatría. No podría decir porque pero me llamaba muchísimo la atención poder ayudar a personas con problemas mentales tales como esquizofrenia, bipolaridad, anorexia, etc.
Mi casa era de un piso solo por lo tanto no debía bajar escaleras y a decir verdad, me salvaba de una muerte por bajarlas en plena oscuridad-sí, a éstas horas aún no salía el sol y al parecer no lo vería en todo el día por ésta tormenta-. Caminé hacia la cocina y me preparé un rápido café junto a unas tostadas con mermelada mientras miraba el noticiero de la mañana, nada nuevo, deportes, política, clima y... Un segundo, ¿homicidio? Vale, no me sorprende porque cada vez las personas enloquecen más, pero me incomodó un poco ya que fue en una de las ciudades más próximas a la mía y no me transmitía mucha seguridad, centré mi atención en el hombre que hablaba.

«La víctima fue apuñalada unas once veces en el estómago y su rostro había sido desfigurado con unos cortes que salían desde las comisu--»

Apagué la televisión llevando mi mirada a la taza ahora vacía, «¿cómo el mundo puede llegar tan lejos?» pensé y luego negué rotundamente, me levanté de la silla y dejé la taza en el lavadero, cuando volviera de la universidad lo limpiaría, ya había perdido tiempo viendo esa noticia.
Tomé mi mochila donde llevaba una cartuchera y cuaderno por si acaso ya que generalmente mis cuadernos están en la universidad. Me puse un abrigo y llamé al taxi el cual en menos de 10 minutos se encontraba en mi puerta, no me importó mojarme por unos segundos mientras subía al auto.

—Hola, buenos días, al instituto ST College—pedí y el taxista asintió mirándome por el espejo retrovisor. En el camino hacia mi centro de estudio que quedaba a unos 15 minutos, aproveché para divagar mientras observaba por la ventana, el día realmente aterraba, había viento pero no mucho, era más el sonido de los truenos que la lluvia que caía. Una neblina impedía ver más allá de unos cuantos metros pero no me importó pues ya conocía de memoria el lugar.

Al llegar bajé y le pagué al hombre, caminé hacia la entrada y fui a mi salón, aunque realmente faltaban uno minutos para que empezaran las clases. Mi salón estaba en el tercer piso, donde habían unas vistas hacia la ciudad y del otro lado un bosque, el cual era el límite de la recién nombrada. Generalmente me sentaba para el lado izquierdo, donde podías ver los edificios pero eso ya se había tornado rutina y comenzaba a agobiar, aquí nadie era dueño de ningún asiento así que fui hacia la derecha del salón y me senté observando el enorme bosque que parecía no terminar en donde nuestros ojos ya no distinguían nada.

El mismo no se encontraba muy lejos de donde yo estaba, quizás a unos 25 metros de el edificio, aún así podía ver los detalles de este, las copas de los arboles se movían un tanto violentos a causa del viento, luego volvían a su lugar y por unos segundos no se movían. Un relámpago se iluminó al fondo, en lo lejos, donde aún de veían árboles, me parecían hermosos pero me aterraban a la vez.
Los chicos empezaron a entrar a la clase sentándose algunos en el fondo y otros en los primeros bancos, una chica me quedó mirando y luego bufó yéndose a sentar donde yo lo hacía, al parecer este era su lugar.

(...)

Finalmente luego de que pasaran 2 horas, salimos al primer receso, tomé mis cosas guardándolas y fui hacia la cafetería donde de suponía me encontraría con Susan, ella aún no estaba allí así que aproveché a pedir otro café, sí, era adicta a eso.

Me senté en una mesa vacía, rodeada de adolescentes que reían y bromeaban entre si, vi entrar a mi amiga así que solo levanté la mano, ella me reconoció de inmediato y caminó hacia mi tomando asiento.

—Creí que no vendrías...—sonrió.

—¿Estas llamándome irresponsable?—fingí que me había ofendido y ella rió—. El día está terrible pero no podía permitirme faltar. ¿Qué tal te ha ido con Matt?—alcé mis cejas.

—Pues...—miró a todos lados como si fuera a confesar su secreto más profundo y se inclinó hacia mi—, nos besamos—susurró exageradamente y yo abrí la boca para luego dar unos aplausos y reír.

—Eres mi idola, chica—exclamé señalándola y ella hizo una especie de reverencia ante ello a lo cual solté una carcajada—. Con que así va la cosa, eh... Espero que todo resulte bien. 

—¿No crees que estás exagerando? Fue un simple beso—se alzó de hombros—. Quizás solo quería hacerlo por necesidad.

—Escucha, tengo la sensación de que le gustas y sino me crees lo comprobaras en tres, dos, uno...

Ella bajó sus cejas confundida y enseguida sintió unas manos en sus hombros, se giró y pudo observar a Matt el cual le sonreía, su pelo era castaño y ojos marrones, llevaba puesta la chaqueta de la selección de fútbol americano en la cual él estaba.
Se inclinó hacia Susan y depositó un beso en sus labios a lo que mi amiga reaccionó quedando como un tomate.

—Hola, hermosa...—susurró sonriendo—. Ah, hola Emma, qué bueno verte—me saludó el castaño levantando su mano.

—Lo mismo digo—respondí con simpatía—. Saben... Mejor los dejo solos, no quiero ser víctima de sus muestras de amor cuando yo aún no he encontrado el mío—me levanté y pude ver como mi amiga negaba con la cabeza pidiéndome que me quedara pero yo le sonreí saliendo de la cafetería y dirigiéndome nuevamente al tercer piso, aún faltaban tres horas más para salir de la universidad.

Las horas restantes pasaron volando hasta que finalmente sonó el timbre el cual dio por finalizada la clase, tomé mis cosas y me encamine a la salida, me despedí de Susan en la entrada y observé como se marchaba con Matt. Tomé mi móvil y llamé a un taxi, la lluvia arreció fuertemente y me mantuve bajo un techo a la vez que observaba al resto de estudiantes marcharse en auto, definitivamente debía comprarme un vehículo.



¡Primer capítulo! Espero que les agrade como va empezando esta historia, soy consciente de que va a costar mucho que lo lean pero seguiré subiendo capítulos a pesar de eso.
¡Un beso enorme! ❤

OBSESIÓN DESTRUCTIVA [Jeff The Killer]Where stories live. Discover now