Capítulo 1 - No quiero morir virgen.

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Narra Marnie:

Me visto para ir a la escuela, esta vez decido no colocarme mis jeans sueltos que todos dicen que parecen de abuela y opto por ponerme un vestido, no es ajustado y me llega un poco más arriba de las rodillas, tiene pequeñas flores y me hace sentir menos virgen y un poco más atrevida y libre, no demasiado pero por lo menos más suelta.

Mis amigos, y con "mis amigos" me refiero a Sophie, la única amiga que aparentemente tengo, siempre me dice que tengo un lindo cuerpo, ya que es mi mejor amiga y me ha visto desnuda en algunas ocasiones... Varias veces me ha dicho que use algo más ajustado y que deje de esconderme debajo de todos los trapos de vieja monja asexual que siempre uso, y creo que por primera vez hoy le haré caso.

Recojo mi cabello y me maquillo un poco para intentar probar algo nuevo, un poco de rubor, repasar mis cejas, rímel y labial no me harán verme como un payaso de circo.

Pues y de dónde más serán los payasos que de circo Marnie, no seas idiota.—me regaño a mi misma.

Bueno, están los que asesinan.

Tengo que dejar de ser tan cruel conmigo misma. Creo que sólo me preparo mentalmente para que cuando llegue el momento de hablar con Alex Bomwell no diga alguna estupidez.

Sophie me pasa un mensaje y me avisa que ya está afuera de mi casa lista para ir a la escuela, en cuanto lo leo salgo de mi habitación y bajo hacia la cocina donde me encuentro con mis padres que sólo en las mañanas los veo estando con mi hermana. Me despido de ellos con un beso en la mejilla y antes de salir de la casa me detienen con su voz.

—Luego de la escuela, ¿Vendrás a cuidar a Chloe, verdad? —me pregunta mi madre, de espaldas a ellos ruedo los ojos.

—Ni que tuviera otra opción —susurro para mí misma—. Sí —respondo seguido de un suspiro.

Me despido nuevamente y salgo encontrándome con Sophie en su auto.

—Harás que lleguemos tarde, ya mueve tu trasero hacia el auto —demanda, rió y le hago caso.

—Buenos días para ti también —digo con una sonrisa, niega con la cabeza con una sonrisa también.

—Iba a invitarte a la fiesta de este fin de semana, pero como sé que estarás cuidando a Chloe ni siquiera lo mencionaré.

—Acabas de hacerlo —cuestiono y luego rió por su expresión—. Pues sí, es lo único que hago, es obvio que mis padres estarán en algún viaje de negocios y me toque cuidarla.

—¿Por qué no la dejas sola? Ya está grande —dice haciendo una mueca.

—Tiene cinco años, Sophie —le recuerdo—. No está grande.

—Yo a esa edad ya me limpiaba el trasero, eso significa estar grande, ¿Todavía le limpias el trasero a tu hermana?

—¡Por supuesto que no! —exclamo frunciendo la boca—. Ella se limpia sola, pero no tiene edad para estar en una casa sola por tanto tiempo, ni siquiera llega a la cocina para prepararse algo, moriría de hambre.

—Pues entonces déjale suficiente comida hecha en un lugar donde alcancé y así cuando tenga hambre comerá.

—Sophie no dejaré a mi hermana sola mientras me voy a una fiesta, eso está mal, ¿En qué clase de hermana me convertiría eso? —le pregunto arqueando la ceja.

—En una que si disfruta su vida —responde encogiéndose de hombros.

Ruedo los ojos ante su comentario y me bajo del auto cuando llegamos a la escuela, como siempre pasamos desapercibidas entre la gente.

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