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VEINTE

Amelia miro a su hermano un poco nerviosa. La idea era que ellos se encontrarían a los chicos en el aeropuerto y ahí se despedirían. Ella no quería ni imaginárselo, pero parte del trato era que solo sería unos días y ya se le había agotado el tiempo. Maravilla del viaje era que tuvo su cita con Erick y pasaron todos los días juntos, pero la realidad se lo iba a llevar.

Al llegar al aeropuerto Daniel bajo las maletas con ayuda de Vanessa mientras que Amelia jugaba con sus manos nerviosas. Y justo al entrar, ahí estaban los cinco chicos. Amelia salió corriendo a abrazarlos, todos tratándola como una hermana. Y justo cuando llegó a Erick, Daniel se le acercó y dijo que iba a llevar las maletas con Vanessa para darles tiempo. Ella solo asintió y volvió a mirar a Erick nerviosa, este lo noto.

—Bonita relájate, ¿si? Todo va a estar bien, te lo prometo.— le dijo este agarrándole las manos y tratando de calmarla.— Llegaras bien...—

—El viaje no es lo que me preocupa Erick, tu y yo es lo que me preocupa.— dijo ella y el solo la miro confundido.— ¿Que tal si te olvidas de mi? ¿O te consigues a otra? ¿O no nos volvamos a ver?— Erick solo se rió.

—Ay bonita, eso jamás podrá pasar. Me tienes loquito por ti. Nada más tengo ojos para ti,— dijo este dándole un beso en la frente mientras la envolvió en sus brazos.—Además, vamos a hablar todos los días. Yo necesito saber de mi muñeca favorita y escuchar esa risa que me alegra tanto.—

Y justo cuando Amelia iba a responder, Vanessa se acercó diciendo lo que ella menos quería escuchar. Tenemos que irnos, el vuelo ya sale. Ella solo se aferro más a Erick por unos minutos hasta que los dos se alejaron. Es ahora o nunca, hazlo. Sin pensarlo tanto, Erick puso sus manos en la cara de Amelia y la atrajo hacia el, conectando sus labios. Mientras que los chicos y la parejita festejaban y hacia ruido, para ellos era como si estuvieran en otro mundo.

Al separarse pudieron ver que los dos tenían la sonrisa más grande del mundo y los cachetes completamente sonrojados.

—El primero de muchos, te lo juro bonita.— dijo este dejándola ir y ella empezó a caminar en dirección a Daniel con la sonrisa más grande del mundo. Los chicos le cayeron a Erick, diciendo cosas como que por fin y ya era hora. Pero ninguno se podía quitar esa sonrisa y las ganas de volverse a besar.

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erickbriancolon: uno de los miles de regalos que me dejo en mi teléfono está muñeca. Imposible no sonreír cuando la veo.
etiquetas: amelia_vegas
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usuario: ESTO LO CONFIRMA?!

usuario: el hecho que el la publico significa que están saliendo

usuario: que zorra

christopherbvelezm: que otros regalos te dejo?😈

amelia_vegas: ¡COCHINO! ¡MENTE SUCIA! @christopherbvelezm

usuario: ¡LOS SHIPEO!