—¿Qué dices niño?—fruncí el ceño—No tengo donde quedarme—dijo avergonzado
—Esta bien, sólo espero que mis padres no se den cuenta y tengo que hacerte más preguntas—dije rendido
—Muchas gracias Jungkook
Se acercó a mi y me abrazo
Se sentía muy bien
—Ya ya basta o te dejo dormir en el maíz—lo separe
—Lo siento, me emocione mucho—sonrió apenado y a mi me pareció tierno
—Ven, entremos antes de que mis padres lleguen—lo dirigí
Entramos a mi casa
Taehyung miraba la casa, sorprendido
—Cierra la boca te van a entrar moscas— me burle
Asintió con la cabeza
Llegamos a mi habitación
—Bien, esta es mi habitación
—Wow es muy linda, en Venus las habitaciones no son así— sonrió
—¿Y como son?—pregunte curioso
—Mi habitación está en tus cosas raras amarillas toda destruida—frunció el ceño
—Es mi bello maíz tonto, y ¿tu duermes ahí?—pregunte
Asintió con la cabeza
—¿Y como es que terminaste aquí en la tierra?
—Pues, mi madre dijo que era necesario que saliera del castillo porque era muy peligroso, estuve mucho tiempo volando hasta que mi nave quedo sin combustible y caí aquí en tu granja—sonrió
—Ya entiendo ahora ¿y para que sirven esas cosas?—apunte sus antenas
—En Venus las usamos para comunicarnos entre nosotros, al parecer los humanos usan más las cuerdas vocales—frunció el ceño
—Eres extraño—arrugue la nariz
—Tu más—me empujo
—Claro que no, tu lo eres mucho más—le devolví el empujo más fuerte
—¿Jungkook? ¿Estas ahí?