Capítulo 5. Mentira.

53 6 1
                                    


Pronto se cumplirán dos meses desde mi rompimiento con Jessica, a decir verdad, me sentía más en paz sin ella, sin peleas, sin reclamos contra Miriam, creo que fue una buena decisión, pero sí me sentía algo solo.

El problema ahora es que mi familia me seguía presionando con que me casara, que tenía que encontrar a alguien y formar una familia, porque ya no era muy joven que digamos.

Pero, aunque quisiera, no encontraba esa persona "especial", hasta estaba empezando a creer que jamás llegaría.

*

Mi familia organizó una cena para esta noche por el cumpleaños de mi hermana Tahití y me pareció buena invitar a Miriam, quien felizmente aceptó.

La cena estuvo agradable, me hacía falta despejarme del trabajo y relajarme con mi familia, estábamos en al patio trasero de la casa de mis padres, estaba tranquilamente sentado en una banca que adornaba el jardín y en eso tuvo que acercarse mi hermano Eric.

—Y aquí nos encontramos otra vez, y tú sigues igual, sin casarte, es más ahora sin novia.

—Claro que me voy a casar. —No sé por qué dije eso, solo salió de mi boca por querer callar a mi hermano.

—¿Ah sí? ¿Cuándo? ¿En unos 10 años más? —Se burló y lanzó una carcajada.

—Será más rápido de lo que piensas.

—¿Y con quién? —Alzó una ceja, sabía que solo hablaba por hablar.

Me estaba poniendo nervioso, no sé por qué le estaba diciendo eso a Eric, tal vez sólo para callarle la boca, pero no sabía de qué forma librarme ahora.

—Miriam —susurré al verla a lo lejos platicando con mis hermanas y que era mi excusa perfecta para alejarme de mi hermano. Pero al parecer no fue un susurro...

—¿Te casarás con Miriam? ¡Vaya, eso sí que es una sorpresa!

¡No! ¿Qué? ¡Eso no era lo que le quería decir!

—¿Y cuándo se lo dirás a la familia? Digo este sería un buen momento, todos estamos aquí, deberían de aprovechar la ocasión.

—¿Qué? No, yo no... —Estuve a punto de decirle que no me casaría con Miriam, pero me pareció buena idea hacerle creer eso, así dejaría de molestarme—. No creemos que esta sea una buena ocasión, pronto lo haremos saber. —Dios, ¿cuántos tragos he bebido para creer eso?

Mi nerviosismo se notaba a kilómetros, pero por alguna extraña razón Eric no sospechó nada, y esta vez sí me dirigí a Miriam para hablar con ella. Nos alejamos un poco de la gente para que nadie escuchara cómo Miriam me aniquilaba por lo que hice.

*

—Qué pasa, ¿qué querías decirme?

—Em... Es que... hice algo... que no debí. —Ella parecía preocupada.

—¿Pues qué hiciste Bruno?

—Yo... le dije a Eric que me casaría. —Miriam se relajó completamente cuando le dije lo que hice—. Contigo —completé después de unos segundos y su actitud cambió drásticamente: ahora tenía una cara de sorpresa, que hasta parecía que había visto un fantasma. No respondió nada y eso me preocupaba.

Después de unos segundos Miriam reaccionó.

—¡Por qué le dijiste eso!

—Es que... No quería, me empezó a presionar con lo de mi boda y no quería que se siguiera burlando de mí y sin pensarlo dije tu nombre, pero no sé por qué lo dije y ahora piensa que tú y yo nos vamos a casar. —Le solté todo de una sola vez y sin espacios y ella me miraba tratando de entender.

—¡Pues ahora mismo vas con Eric y le dices que no nos vamos a casar!

—No puedo decirle eso —dije más que obvio.

—¿Por qué no? —preguntó irritada.

—Porque...—Agaché la cabeza—. Si le digo la verdad, se van a decepcionar cuando sepan que no me casaré.

—Bruno... —suspiró—. No puedes casarte solo para tener contenta a tu familia, sé que algún día encontrarás a alguien, te enamorarás y te casarás porque de verdad así lo quieres —me habló tiernamente.

—Pero ahora así lo quiero —dije con tono entre broma y tímido.

Su cara cambió de una de ternura a una de acusadora

—Pero solo para mentirle a tu familia —se cruzó de brazos.

—Tienes razón, pero míralo por el lado bueno, si aceptas casarte conmigo, tú tampoco que quedarás soltera, porque, acéptalo, tú tampoco has encontrado a ese alguien "especial", ¿o sí?

—Bueno no, —respondió nerviosa—, pero no trates de cambiar el tema, lo que hiciste está muy mal, y debes de arreglarlo ahora mismo.

—No soy un niño para que me regañes.

—Entonces sé lo bastante hombrecito para ir y decirle a tu hermano que lo de la boda es mentira.

—Pero, Miriam, entiéndeme, no hago esto para engañarlos, lo hago para que no se decepcionen de mí.

—Eso no justifica tu loca mentira.

—Miriam, por favor, acepta casarte conmigo. —No era una propuesta de matrimonio por amor, más bien era una súplica para que aceptara seguirme con la farsa.

Narra Miriam

—Miriam, por favor, acepta casarte conmigo.

Algo dentro de mí me gritaba que lo aceptara ciegamente, pero sabía que él no me quería realmente como su esposa, solo quería que lo ayudara con su falsedad. Si fuera por mí lo aceptaría sin pensarlo, pero tenía que entender que él no me amaba como yo a él, y aunque llevaba años soñando con este momento, sabía que no era con las intenciones que quería. Así que, aunque me doliera rechazar una oferta así tenía que hacerlo, no aceptaría nada más por seguirle la mentira.

Aunque de esa manera podía estar más tiempo con él, más cerca, todo mundo creería que en verdad nos amamos, y en algún momento tendríamos que hacer alguna demostración de amor... ¿Qué estoy diciendo? Por supuesto que no, no aceptare a Bruno nada más por eso.

—Lo siento, pero no me casaré contigo por una mentira. —Traté de sonar neutral, no quería que viera que estaba más que emocionada por la oportunidad que se me estaba poniendo en frente, y que por miedo no la aceptaría.

—Esta bien, lo entiendo, pero te pido que lo pienses, tal vez esto te beneficie también a ti. Por favor, piénsalo.

¿Esto es lo que quería?Where stories live. Discover now