Treinta

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Otra vez lunes, nunca había estado tan ansiosa porque fuera lunes en toda mi vida.

Por fin vería a Justin y le hablaría de mis sentimientos. Desde la noche en la le conté sobre el viaje de Niall, pasó una semana, semana en la que no hablamos y ni siquiera nos vimos.

El lunes me dijo que estaba ocupado y que no fuera a su casa, el viernes estuve corrigiendo exámenes, calculando promedios y organizando mi viaje a las Vegas.

-vaya fin de semana- pensé.

Después de la charla que tuvimos, cenamos con Bárbara. Ella parece una gran chica y creo que también siente algo por Niall, yo deseo de todo corazón que así sea, porque él se lo merece.

Esa noche volvimos a hablar sobre nosotros, no es que no estemos seguros de lo que sentimos por Justin y Bárbara, es solo que tenemos miedo de que estemos tomando la decisión equivocada. Aunque creo que ambos coincidimos que intentar hacer el amor no fue la mejor idea. Solo queríamos hacerlo para saber si estábamos equivocados, y definitivamente no lo estábamos. Besar a Niall ya no era lo mismo.

Regrese ayer en la tarde, un poco cansada pero feliz de haber tomado la decisión correcta.

Espere con ansias poder ver a Justin, pero no vino, así que hablaríamos hoy en la tarde. De lo contrario tendré que esperar que pasen la graduación y el baile.

Me encontraba borrando el pizarrón cuando una voz hizo que volteara -señorita Gomez podemos hablar-

Deje el borrador sobre el escritorio y miré a Stephanie -claro señorita Hart, dígame-

-yo…- musitó -yo quería disculparme con usted- dejó un sobre de papel madera sobre la mesa -siento mucho haber tirado sus cosas, lamento mucho lo de las notas y la fotografía…- se oía sincera.

-acepto sus disculpas señorita Hart-

-¿por qué?- preguntó con incredulidad -me va a disculpar así tan fácil-

-por supuesto-

-pero, podría acusarme con la directora… yo que se- dijo -no fui buena con usted ¿por qué usted sí lo es conmigo?-

-para mí es suficiente con que reconozca que estuvo mal… además hace un tiempo que yo sabía que era usted-

Me miró asombrada -Justin siempre tuvo razón- agachó su cabeza -él me dijo muchas veces que usted era una buena persona y que no se merecía que yo le hiciera esas cosas… en verdad lo lamento- me pasó el sobre -eso es suyo, son las fotografías que le tome con Justin- sentí como si mi corazón se detuviera por un segundo, tragué saliva y lo tomé entre mis manos intentando no temblar -ustedes no están haciendo nada malo, pero estaba tan molesta que pensaba mostrarle a la directora y decirle que usted se estaba aprovechando de él- solo estábamos comiendo en un restaurante -Justin me dijo que usted es muy amiga de su madre y ese día se reunieron con ella… pero yo preferí creer cualquier otra cosa- por supuesto que le había mentido pero era para no tener problemas.

-¿por qué iba a decirle esas cosas a la directora?-

-supongo que por tonta… siempre tuve la atención de todos los chicos de la escuela y luego llegó usted, y todos hablaban sobre la nueva profesora… incluso Justin, y él era quien más me importaba porque siempre me ha gustado, aunque hoy se que yo no le gusto- se lamentó -pero así son las cosas-

-yo no vine a quitarle protagonismo a nadie… sólo hago mi trabajo-

-yo lo sé… pero estaba celosa… como le dije Justin siempre me ha gustado y nunca he logrado que me vea como yo quiero, como la ve a usted-

-entiendo-

-es una tontería, además usted no podría fijarse en alguien como Justin, es su alumno y se supone que eso no está bien- me dejo sin palabras -bueno, no le quitó más su tiempo… lo siento tanto y de verdad estoy muy arrepentida por la forma en la que me comporte-

-no se preocupe señorita Hart, todo está olvidado- le sonreí.

-gracias- me sonrió y se fue.

La mañana pasó demasiado lenta gracias a la ansiedad que sentía. Necesitaba irme, necesitaba verlo.

Llegué a casa, había regresado a vivir con mis padres. Pero debía traer las últimas cosas que me quedaban en el departamento y Niall tenía que resolver lo de los muebles y hablar con el dueño del departamento.

Luego de hablar con mamá, me cambié de ropa y me fui.

Al llegar a su casa me crucé con Martha, ella ya se iba, se despidió de mí y me avisó que Justin estaba en la sala jugando videojuegos.

-que quieres que le diga- era su voz, estaba con sus amigos, sentados sobre el sofá, dándome la espalda -Selena- ¿qué debía decirme? Sé que no está bien escuchar conversaciones ajenas pero, se trataba de mi -aposté con mis amigos que me acostaría contigo- mis ojos se abrieron exageradamente, no podía creerlo.

-y perdiste- uno de sus amigos rió.

-y perdí, gracias por recordármelo- dijo Justin -y eso... ¿qué más puedo decirle?-

No quise seguir escuchando, volteé rápidamente e intente salir de ahí sin hacer ruido, pero termine tirando un portaretratos que colgaba en la pared. Mi cuerpo temblaba, rogaba que ellos no me hubieran oído, como pude lo levanté, era una fotografía de Justin, el vidrio estaba roto pero aparentemente la foto estaba bien. Al levantar mi cabeza me encontré con sus ojos sobre mí, miré a Justin y como pude hable.

-perdón- musité, intentando contener las lágrimas -ya me voy- me sentía incómoda, extraña, no sabia que hacer, que pensar -yo arreglaré esto- me aferre al cuadro y salí lo más rápido posible de ahí.

No podía creerlo, me había roto el corazón porque me enamoré como una idiota y él estuvo jugando conmigo todo este tiempo.

Tenemos una apuesta [Jelena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora