CAPÍTULO 8

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La tarde pasó realmente agradable, ella al empezó a preguntar un poco sobre lo más obvio, si todos los dragones eran como Chimuelo, por qué lo había llamado así, cómo habían logrado entrenarlos, que tipos de dragones había y como lo habían descubierto; por su lado el castaño con brillo en los ojos explicaba completamente entusiasmado todo lo que preguntaba con lujo de detalle mostrándole incluso algunos de sus bocetos de dragones (teniendo cuidado de no mostrar su dibujo más reciente obviamente). Mérida aún tras todas las explicaciones tan largas que daba Hiccup seguía preguntando más y se mostraba maravillada de todo lo que le decía, incluso cosas tan sencillas como el clima de Berk o los nombres tan raros que solían ponerles a los habitantes allí le parecían temas geniales.

Para Hiccup esta Merida estaba siendo cada vez mas agradable, dejando el hecho el que se sorprendiera de todo lo que le decía sobre los dragones, lo que hasta cierto punto era obvio para alguien que nunca hubiera visto uno, era que dentro de sus preguntas mas simples y generales siempre entraban después dos o tres preguntas cada vez más interesantes y menos fáciles de contestar para alguien que supiera lo básico de dragones o de geografía, ella no solo le escuchaba y se conformaba con lo que le decía se le notaba que sentía gusto por saber más... era gracioso pero con temor a sonar precipitado sentía que en ella había una parte de él reflejada, o quizas solo era su imaginación ¿Cierto?

Una vez haciéndose mas tarde decidieron buscar comida, ni siquiera se inmutaron en preguntar si el otro tenía otra cosa que hacer ya que supuestamente solo se habían conocido en el camino y cada quien iba hacía algún lado.

Conseguir comida fue fácil que hasta cierto punto por la agilidad que la chica tenía con su arco y espada, ni siquiera hubo necesidad de uno de los inventos del castaño para conseguir peces, o fruta.

Llevó demasiado mas tiempo esperar a que Chimuelo se saciara de comer considerando que llevaba días sin comer y apenas llegando al rió llenó de pescado la boca mientras carabriteaba en el agua salpicándolos, al principio el joven se preocupó de que la pelirroja se disgustara por tremenda empapada que había recibido, estaba helada el agua, pero cual fue su sorpresa cuando en ese instante vio a la chica corriendo hacia la parte media del río para jugar a salpicarse con su dragón sin parar de soltar carcajadas a pesar de estar mojada de pies a cabeza.

Por un momento dudo pero al final también se incluyo en el juego de salpicones, por breves momentos entre carcajadas ambos sintieron como si volvieran a un punto en su vida en las que no tenían ningún compromiso ni ninguna preocupación cuando fuera real o no se sentían libres de todo.

Luego de un rato y después de que Chimuelo casi acabara con el habitad acuatico de ese sitio las rocas del río le jugaron un mala pasada a Hiccup haciendo que ya saliendo se atorara su pierna artificial haciéndole perder el equilibrio pero antes de tropezar tanto Chimuelo como la pelirroja lo sostuvieron cada uno de un lado.

- Cuidado, el piso esta resbaloso.- dijo la chica.

- Jeje ...mm no es eso, a veces la naturaleza se encarga de recordarme que debo hacerle muchas mejoras a mis inventos.- dijo desatorando su pierna, sonriendo pero notoriamente apenado.

Mérida no dijo nada hasta que estuvieron frente a la fogata que volvió a ver muy entusiasmada como prendía el chico.

- ¿Oye puedo preguntarte algo?- dijo Mérida después de acabar con su primer pescado. 

- Claro.- La chica estaba curiosa, teniendo en cuenta la historia que sabía sobre la batalla de su padre con Mord'O se imaginaba que el caso de Hiccup podía ser algo semejante solo que con dragones o batallas épicas con bestias intimidantes, algo genial sin duda pero... por una extraña razón en ese momento se detuvo al recordar la incomodidad del chico cuando evitaron que se cayera, no parecía afectado por el tema pero tampoco es que fueran tan cercanos como para que le platicara algo así, de modo que simplemente preguntó otra cosa que también la tenía muy intrigada.

- ¿Por qué vinieron aquí tu dragón y tú? Fue solo un viaje de visita o suelen venir aquí seguido.

- Pues algo así.- contestó sacado de riel por lo mucho que la chica había tardó en hacer la pregunta, le daba la sensación de que no era lo que quería preguntarle.- En realidad yo buscaba algunas plantas y moras que podrían servirnos para curar molestias que tienen algunos de nuestro dragones que no tenemos en Berk pero bueno las cosas se complicaron un poco, se supone que ya debería estar de camino regreso, mi expedición no debía tardar tanto. Quizá sea la ultima que haga yo aquí.- completo un con una cara incomoda.

Por algún motivo inexplicable Mérida también se sintió incomoda. El silencio reino por un buen rato mientras los jóvenes se limitaban a comer frente a la fogata.

Después de darle vuelta en la cabeza la pelirroja se decidió a decir algo que de no decirlo podría arrepentirse el resto de su vida.

- Oye, se que no llevamos mucho de conocernos pero antes de que se vayan te puedo pedir algo.

- E-eh sí, lo que quieras.- respondió aun no muy dentro de sí el chico.

- Quiero sentir como es volar...por favor. ¿Es eso posible?

- Sí, seguro que sí.

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UFF!! Misión Cumplida. Sí ya sé va algo lenta, es par que tenga un nudo más interesante y romántico que es lo que todas las Shippers amamos. nun 

Gracias por sus lecturas y votos.

Besos.

Destino y LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora