El Comienzo

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      Nos conocemos desde hace años, fue mi soporte en muchas cosas en mi vida, y como yo lo fui en la suya. Nos hicimos muy cercanos tras nuestras rupturas amorosas teniendo relaciones largas aunque la diferencia es que la suya llevaba más tiempo y fue finalizada primero, luego de un par de meses, la mía llegó a su fin. Casi nunca hemos descuidado nuestra amistad, siempre salíamos en grupo o no. Así que tras la ruptura que atravesé, empezamos a salir muchas veces en plan de amigos incluso en grupo... pero de repente, me enamoré de ella. No sé cómo y estaba seguro de lo que sentía. Así que decidí confesar con miedo al rechazo, lo que me sorprendió es que ella no me rechazó porque me dijo que sentía algo por mí. En efecto, poco después ella se enamoró de mí. Estaba asustado de dar el siguiente paso porque mi ex novia me dejó por no quererme más y, a ella fue engañada. No comparo mi dolor con el suyo. Pero temía que de un día a otro, me diga que se aburrió de mí, que ya no quiere estar conmigo. O algo peor. Y, se lo dije a ella. 

      Ella sentía lo mismo conmigo, también tenía miedo de ser reemplazada. Abrazándola con el propósito de hacerla sentir segura, le aseguré que no, que jamás le haría algo así, ya que ciertamente conmigo sería diferente. Me aconsejaron no dar el siguiente paso hasta sentirme más que seguro y de que no fuese pasajero. Acepté ese consejo y creo que a ella le dijeron lo mismo porque hubo días en que se mostraba bastante calmada como la había conocido...y, otros días, ella se mostraba cariñosa, algo inusual en ella. Realmente no me quejo de ello porque sí me ha encantado verla de esa forma u otra.

      Un día me invitó ir a su casa, estaba muy nervioso pero cuando llegué, sus padres recién habían salido. La vi en pijama en persona, fue impactante...a pesar que nos mandábamos fotos pero en vivo, es otra cosa siendo mi primera vez en verla de esa manera. La vi desprotegida, frágil y delicada que de instante, la abracé sorprendiéndola y le dije "Quiero protegerte", al escuchar su risa que es una de las cosas que amo de ella, seguido con "por supuesto que sí, Sebas".

Kari me hizo el desayuno, y hablamos de muchas cosas e incluso sobre los temas trascendentales. De esa forma, me permitió conocerla aún mejor que los años anteriores. Fue hermoso explorar su visión ante el mundo, así que permití abrirme más porque sentía que ella se lo merecía. Al finalizar el desayuno, con una sonrisa tímida me pidió esperarla en la sala para que se cambiará y así irnos a caminar cerca. No pude aguantar de las ganas de abrazarla y de llenarla de besos, así que me levanté siguiéndola... Me sonrió llevándome a su cuarto, tomados de la mano.

Fui al paraíso y no quería regresar.

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