one | friends

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Kim Hyunrin odiaba que sus padres se fuesen de casa por tres grandes y obvias razones:

1. La dejaban a cargo de todo. Ella tenía que estar pendiente en esos tres días que sus progenitores se iban si había comida, limpiar la casa sola-ya que su hermano no ayudaba-, cuidar bien de la mascota familiar, mantener limpia la piscina y la terraza... todo eso sumando a sus estudios y su trabajo le era asqueroso. Ah, y sumando a su hermano.

2. Hyun Rin tenía que estar pendiente de su hermano menor, Kim Yugyeom. O el desastre, como le decía ella. Siempre que sus padres se iban y ella se iba los viernes a trabajar dejando solo a Yugyeom, la casa acababa patas arriba porque el niñito de mamá había invitado a sus grandes amigos a una fiesta, o montaba una de las grandes.

3. Acababa teniendo ella la culpa de todo. Hace un año atrás, su hermano rompió la televisión que tenían afuera en el jardín trasero. ¿Quién se cargó la culpa por protegerlo? Está más que claro que ella. Todo porque era el pequeño. ¿Recibía algo a cambio de él? Sí, más fiestas, más cosas rotas y más problemas.

Como el de ahora.

Justo esta mañana cuando ellos dos regresaron del instituto sus padres les estaban esperando en la puerta para despedirse de su gran "niño inteligente e inocente enséñale a tu hermana mayor" y su "niña problématica pero te queremos mucho". Su trabajo comenzaba a las seis y media de la tarde y su salida variaba. A veces salía a las dos de la mañana, tres menos cuarto, una y cuarto de la madrugada, o a las doce-doce y media. ¿Qué hora eran? Las dos y media de la madrugada, hoy era viernes y los viernes son los más ajetreados de la semana. Hyun Rin ya no sabía que hacer con su hermano en cuanto puso un pie en el jardín delantero para nada limpio y perfecto: habían preservativos usados, ropa interior, botellas de alcohol, hasta ropa de ella tirada.

—No, puede, ser...—Susurró ella agachándose para coger aquella camiseta suya que olía a alcohol y a algo más que ni quería imaginarse. Con rabia y tristeza -porque esa camiseta se la dio alguien en especial- la tiró a la basura al ver que estaba destrozada y el daño era irreparable.

La puerta de casa estaba abierta, así que no tuvo problemas para tocar ni nada. Estaba todo tan asqueroso que no tuvo ni que quitarse los zapatos para entrar. Su mayor problema ahora era buscar al responsable. ¡Estaba lleno de gente! ¿Cómo podía encontrarlo? Como pudo se abrió paso entre la gente, y si hacía falta los empujaba sin ninguna clase de delicadeza mostrando que estaba enfadada con todo el santo mundo. Su boca podría haber tocado el suelo de tal forma que la abrió cuando vio a un DJ. En su cabeza ya estaba matando de miles de formas a su hermano, mientras que se dirigía hacia ese DJ que desconocía completamente. Desconectó todo cuando encontró cada cable, dejando a todo el mundo quieto sin poder bailar, quejándose de qué había pasado. El DJ miró mal a Hyunrin, pero ella se la devolvió. Si las miradas matasen, la joven ya estaría en cadena perpetua por fulminar a todo este gentío.

—¡¡Fuera todo el mundo de mi casa!!— Gritó señalando la puerta cuando se habían callado todos, observándola mal— Quién no salga de aquí ahora mismo...

—Habéis oído, fuera. ¿Estáis sordos?

Se calló y no terminó su frase al oír esa voz. Bajó su brazo y lo miró un momento. Estaba apoyado en la pared cerca de la puerta principal, con las manos metidas en los bolsillos.

Jeon Jungkook.

Su terrible amor platónico, el mejor amigo de su hermano. Jungkook estudiaba en el mismo instituto que ella. Hyun conocía de su exsistencia desde que entró y lo vio en su clase, pero él no. O eso creía la pobre chica. Siempre lo veía en los pasillos junto con los otros grandes famosillos del instituto que como eran mayores que él, terminaron y cada uno hizo sus respectivos futuros. Era uno de los mejores amigos de Yugyeom, pero nunca lo vio entrar a su casa como Mark, Jackson y los otros hasta hoy.

GOING CRAZY ━━ JUNGKOOK ©Where stories live. Discover now