O2. Loca

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Me paralice, esa voz la había escuchado justo en la entrada. No podía moverme, no abrí mis ojos por miedo a encontrarme a esa persona. Sentía su respiración en mi cuello y sus manos frías recorrer mis piernas con delicadeza; como si de una flor se tratara.

Mi respiración era cada vez más agitada, y el sudor frío comenzó a recorrer mi rostro.

—¿Q-quién eres? —tomé el poco valor que me quedaba y hablé temblorosa con la esperanza de que esa persona contestara.

—Alguien que se quiere divertir contigo... —susurró.

Con miedo abrí lentamente mis ojos. Me sorprendí al ver un chico a mi lado, tenía una sonrisa llena de picardía, ojos negros con pupilas blancas y una piel extremadamente pálida como si fuese la de un cadáver. Ahogue un grito en mi interior para no hacer escándalos, para no empeorar las cosas o simplemente explotar del terror que sentía. Temblaba por el miedo, ni siquiera pude soltar una palabra más.

—Hagamos algo —dijo sonriente tomando mi mentón con su dedo pulgar—, hagamos como que no haz visto nada y yo te visito todas las noches para jugar, ¿entendido? —asentí con miedo a negarme. Sin saber que estaba haciendo. Puso su mano sobre mis ojos haciéndome no ver absolutamente nada. En cuanto la retiró, él ya no estaba frente a mí.

Solté un suspiro recuperando el aire que me hacía falta. Estaba tan asustada que la piel la tenía fría, y por dentro sentía un calor insoportable. Me levanté de la cama dirigiéndome con rapidez y desesperación al baño, lave mi cara con agua fría haciendo que el miedo se desvaneciera poco a poco y mis latidos volvieran a un ritmo normal.

- - -

—¿Entonces dices que ayer por la noche un chico fantasma con ojos raros y piel pálida, te habló y se metió a tu alcoba acosandote, diciéndote que no dijeras nada, que volvería todas las noches para jugar contigo y desapareció?

—¡No, mierda! ¡No era un fantasma, te juro que lo toqué, se sentía real y desapareció!

—¿Ah, sí? Ayer una monja fue a mi habitación y se convirtió en una súper modelo, me acoso, se metió al closet y desapareció. Fue hermoso —relato él de manera burlesca. Lo fulmine con la mirada, y Alfie, él rió casi atragantándose con su propia estupidez.

—No me jodas Alfie, ¡es verdad lo que te digo! —grité tratando de convencerlo, pero simplemente puso sus ojos en blanco.

—No soy estúpido, _____, tengo veintidós años y tú diesiciete, comportate como la adolescente que eres. No una niña con amigos imaginarios y cuentos eróticos sobre fantasmas que te acosan —suspire retirando el deseo de pegarle una paliza a mi supuesto tutor, el cual sólo se reía de mí porque creía que era una adolescente urgida con amigos imaginarios.

—Como sea, Alfie, ¿qué hay en la habitación dos y cuatro? —lo cuestioné.

—Me instalé en la dos, al lado de la tuya, la cuatro es un baño y en la tres no hay nada, sólo cosas viejas de los dueños anteriores.

Cuando termino su breve explicación, pase saliva inconscientemente. Desconcertada.

—Pero... Ayer la luz de la tres estaba encendida, pensé que tú estabas allí —dije, pero Alfie arqueó una ceja viéndome como si estuviera loca.

—Pues no, duermo en la dos.

De nuevo sentí mi estomago revolverse. Con esto me bastaba para saber que nada de lo que vi era una mentira; un producto de mi extravagante imaginación.

—Alfie, no estoy loca, juro que lo vi —volví a insistir, pero rodó sus ojos nuevamente soltando un suspiro.

—Mira, _____, sé que la muerte de tus padres te afecto. Y que ahora sólo estamos nosotros dos, que no soy familia de sangre pero era amigo de tus padres desde pequeño. Así que mirame como tu familia, no necesitas hacer esto para llamar la atención.

Mi Chico {Fred & Tú}  #O1 ✔️Where stories live. Discover now