Tiempo récord

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Una hora y diecisiete minutos.

Ese era el tiempo que quedaba para que el expreso de Hogwarts tomara rumbo hacia la escuela.

Tiempo en el cual Layla tendría que desayunar, ducharse, vestirse, hacer la maleta y llegar a King's Cross. Así, sin anestesia ni nada.

Estaba claro que se había quedado dormida, como todos los años. Lo raro sería que no pasara eso y que hubiera tenido todo preparado y listo para salir hacia la estación. La frase que describiría como resumen de su vida tendría que ser algo así como: "deja para mañana lo que no vas a hacer hoy porque no tienes ganas y verás que risas nos echamos". Sí, definitivamente era esa.

Siempre había sido de esas personas que dejaba las cosas para el último minuto, pero, ¿en qué momento llegó a creer que por una vez en su vida se despertaría temprano y le daría tiempo a preparlo todo con calma? Ese era uno de los grandes misterios aún sin resolver y una de las razones por la cual sus amigos nunca la tomaban en serio cada vez que decía que iba a ser más responsable.

Se había pasado todo el día de ayer reorganizando su gran estantería repleta de libros que se encontraba en una de las paredes de su enorme habitación, y claro, una cosa lleva a la otra y acabó leyendo como por décimo-sexta vez uno de sus libros favoritos de todos los tiempos. Sin darse cuenta de que las horas pasaban terminó durmiéndose muy entrada la madrugada y al final eso le pasó factura la mañana siguiente.

De un salto se levantó y corriendo sacó una maleta. Se dirigió a su armario apresuradamente y empezó a sacar ropa y zapatos a lo loco, colocándola en una montaña sobre su cama para mas tarde meterla en la maleta sin orden alguno.

-¡Wulby! ¡Chloe! - Llamó la chica a los elfos. Al instante se escucharon dos chasquidos anunciando su llegada a la habitación.

-¿Necesita algo, señora? - Dijeron los dos a la vez.

-Sí - Respondió corriendo por el cuarto de un lado a otro sacando y metiendo cosas en los distintos muebles - A ver, sé que nunca os pido nada pero queda una hora para llegar a King's Cross y, ¡no me da tiempo! ¿Me podéis hacer el favor de hacerme el desayuno? Prometo que os compensaré de alguna forma - Y es verdad que ella nunca les dejaba que hicieran sus cosas o como mucho les dejaba que la ayudaran pero nunca lo hacían solos. Intentó sonreirles pero solo le salió una mueca por lo estresada que estaba - ¡Ah! Y otra cosa - Dijo recordando algo - ¿Me podréis llevar? Ya sabéis que todavía no he aprobado el carnet de desaparición y no puedo ir en escoba a menos que quiera que los muggles se hagan preguntas extrañas. ¿Podréis? Por favor.

- De acuerdo, señora - Hicieron un ademán de desaparecerse para seguir con sus tareas pero, justo antes, Layla les habló de nuevo.

-¡Ah! Por cierto.

-¿Sí, señora? - Dijo Wulby prestándole atención.

- No me digáis señora, sabéis que no me gusta. Además, me hace sentir vieja - Les miró con el ceño muy levemente fruncido y con cara de pena haciendo un puchero.

- ¿Señorita? - Añadió y Chloe rió disimuladamente. Layla pareció divertida al darse cuenta de la broma que acababa de hacer el elfo. Antes de hablar hizo como si pensara la respuesta.

- Bueno, un progreso es un progreso, ¿no? - sonrió y los dos desaparecieron.

Layla, finalmente, consiguió llegar a tiempo a la estación, no sin antes caerse por las escaleras, atragantarse con el zumo de calabaza y hacerse un pequeño corte en el labio por culpa de la puerta de cristal de la ducha. Ella siempre había sido torpe pero nunca lo aceptaba y en cambió decia que se lo había pegado Tonks, una antigua compañera de Hogwarts unos años mayor que ella, lo cual terminaba siempre en una pequeña discusión por parte de las dos contrariándose la una a la otra.

Nunca había tenido amigos de su edad, o eran unos años mayores o unos años menores. No es que se llevara mal con los de su curso -bueno, con los de Slytherin sí, pero era con los de todos los años- sino que no tenía suficiente confianza con ellos como para compartir su vida.

Nadie excepto dos Hufflepuffs que se ganaron su corazón desde el primer momento que los conoció. Se llamaban Patrick y Nathan. Eran hermanastros pero tan unidos que parecían que llevaban la misma sangre.

Patrick tenía el pelo negro algo largo pero no demasiado, como más por encima de los hombros, y la tez algo pálida. Era malditamente divertido y nunca estaba triste o de mal humor. Un día tendría que preguntarle cuál era su secreto.

Nathan, por el contrario, tenía la piel morena pero nada exagerado y el pelo de un color chocolate clarito. Al igual que Patrick, era gracioso y además vestían muy bien. A Hufflepuff deberían de darle 100 puntos a cada uno tan solo por tenerlos en esa casa.

Ellos dos eran los únicos amigos que tenia de su curso, los demás eran dos o tres años menores. No eran muchos, pero tampoco necesitaba a un jodido ejército entero para sentirse bien, además, no los cambiaría por nada del mundo.

Cuando Layla llegó a la estación con el pelo enredado como mil demonios, se dio cuenta de que el tren estaba por marcharse. Antes de que sucediera una desgracia, empezó a correr como una condenada agarrando sus maletas intentando que estas no se calleran. Se chocó con varias personas y se tropezó un par de veces pero llegó justo a tiempo antes de que las puertas se les cerrasen en las narices.

Se veía pésima, el pelo más alborotado de lo que ya estaba hacía que pareciese como si cien hipogrifos le hubieran dado una paliza. Soltó las maletas de golpe y se deslizó por la puerta que se encontraba detrás de ella sentándose en el suelo y recuperándose de la carrera. No recordaba haber corrido tanto en su vida, de hecho, nunca lo hacía, ella era más de quedarse en el sofá a descansar. Era cierto que jugaba a quidditch de vez en cuando, pero era totalmente distinto.

-Vaya, parece que alguien no ha empezado el día muy bien - Escuchó una voz hablándole por encima de su cabeza - Tiene una pinta terrible, ¿verdad Fred? - Layla levantó su mirada y vio dos cabezas pelirrojas mirando al suelo justo en el lugar donde ella se encontraba de forma divertida.

- Totalmente de acuerdo, George - le siguió el otro - ¿Mamá Molly te ha dado otro de sus abrazos o algo por el estilo?

- Todo el verano sin verme y me recibís de este modo tan decepcionante, ¿qué os ocurre? - dijo Layla con fingida molestia y dificultad por el cansancio - Dejad de reiros y ayudad a levantarme, par de idiotas.

Los gemelos la agarraron cada uno de un brazo empujando y cuando esta estuvo de pie ayudaron a llevar su equipaje hasta un vagón vacío.

Siempre le gustaba viajar sola, no obstante, siempre terminaba yéndose con alguien de confianza dos horas antes de llegar a la escuela, pero le gustaba pasar la mayor parte del trayecto mirando por la ventana absorta en sus pensamientos o haciendo cualquier cosa.

- ¿Vendrás luego a nuestro vagón o te quedarás aquí? - Preguntó uno de los gemelos.

- No lo sé - Respondió sincera - Quiero ir a ver a los chicos antes de llegar, pero si me da tiempo me paso por allí.

- George, nos va a reemplazar, nos va a reemplazar, ¿ahora quién nos ayudará con las bromas? - Dijo dirigiéndose a su hermano dramatizando la escena. El otro lo abrazó "consolándolo".

- Con que solo me queréis para las bromas, ¿no? - Cruzó los brazos y levantó una ceja mirándolos divertida - No os voy a reemplazar idiotas, eso nunca.

- Creo que nos está cambiando el nombre, Fred, ahora nos llamamos idiotas.

- Sí, pero tú eres el idiota 2, yo soy el 1 - Añadió el otro.

- De eso nada, tú eres el 2 - George le miró frunciendo el ceño y le dio un pequeño golpe con el puño en el pecho. La chica solo soltó una carcajada e intervino antes de que empezaran una graciosa pelea sin sentido.

- Bueno, muchas gracias por ayudarme con el equipaje, ahora venga - Dio unas palmaditas y los empujó levemente para que salieran del vagón.

- ¿Nos estás echando? - Dijeron a la vez.

- No, os estoy invitando a que os vayáis - Paró un momento e hizo como si lo pensara mejor - Bueno... En realidad sí, os estoy echando - Sonrió infantilmente y les cerró la puerta en la cara no sin antes añadir un adiós, idiotas. Cuando escuchó sus risas de lejos, indicándole que se habían ido, se acercó al asiento y se dejó caer en él iniciando así su regreso a Hogwarts.

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⏰ Last updated: Aug 04, 2017 ⏰

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