Parte 2: el caso M

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 Luego de bailar por un largo tiempo, Stephen y Elizabeth con apariencia cansina se sientan a descansar en la barra junto a su hermano y Jeremías, los cuales empiezan a conversar taimadamente.

– Hola hermano. – lo saluda Jeremías con una sonrisa amable. – ¿Qué me cuentas?

– Hola amigo. Pues... He de decirte que por fin llegó un caso nada mediocre.

– Vaya, pues tal vez esta información te ayude, si es que no es un caso mediocre. Hace unos... Cinco días, en un lugar del sector de clase media-alta hubo una pelea entre un jefe de un grupo criminal y un chico. – Empezó a contar Jeremías, él era reconocido por transmitirle a los hermanos Vald y a otros investigadores, información de los barrios altos u otros lugares con problemas– y al terminar, una chica, de identidad desconocida, tiró un bote de ácido a todos los presentes. Lo extraño es que solo están los cadáveres de los criminales, el chico no fue encontrado.

– Jer, esa información creo que...–

– ¿De parte de quién viene esa información, Jeremías? – Interrumpe Stephen.

– De un hombre de una gran reputación.

– Eso es justo lo que dice el caso Z_A_Z. Pienso que ese es más importante que el de Martha Dreir.

– Los dejo hablar – dice Jeremías con su característica sonrisa ladina mientras se retira a la zona de trabajadores limpiando una copa pequeña.

John se voltea con violencia hacia su hermano mayor, y comienza a reprenderlo por mencionar los casos a los cuatro vientos entre aquella muchedumbre, restándole a su vez importancia al caso del ácido

– Por dios John, abre esos ojos en medio de esa melena. El caso del ácido es mucho más importante y no podemos perderlo por una niña con dinero. – Reclama Stephen.

– Steph. – Dice con un estertor John- No conversaremos sobre esto aquí, debemos ir a la oficina.

Elizabeth, que solo se había dedicado a observar la discusión de sus hermanos, abre sus ojos sorprendida y le responde a su hermano.

– ¿Pero cómo? ¿De qué hablas? Apenas llegamos, ¿no podemos solucionarlo aquí?

– Preferiría que fuese en la oficina, así evitamos cualquier... Problema– Con nervios, John mira a sus espaldas para descubrir que ese individuo de máscara aterradora permanece viéndolos. Y prosigue, en voz baja –Mejor vamos a casa, tomaremos el tren.

Elizabeth y Stephen intercambian miradas; algo le sucede a su hermano, ya que no toma la ruta que acostumbra, y cada cierto tiempo mira a los lados.

Al tomar el tren John se mantiene callado y nervioso todo el trayecto. Por fin llegan a una zona tranquila y alejada en una pequeña colina al norte de la ciudad, en donde se encuentra el hogar de los tres hermanos. El segundo Vald entra seguido de sus hermanos, cerrando todas las ventanas mientras los dirige a la sala.

– Stephen, no vamos a cambiar el caso, se acabó la discusión.

– ¿Por ello discutían? ¿Exactamente qué sucede?– Elizabeth se calla al oír la desesperada voz de John

– Nada, nada, solo... No cambiaremos el caso, es todo- dice el de largo cabello sirviéndose unos chocolates en un plato para posteriormente sentarse.

– ¡No! – Exclama Stephen mientras le arrebata el pequeño plato a John – El caso Z_A_Z es mucha más importante, y fácil.

– El caso M es mucho más fácil y debemos terminarlo. ¡Es una persona desaparecida Stephen!

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