Miedo.

477 19 2
                                    

By Bill.

5:00 a.m. la alarma sonó una vez mas sacándome del mundo de los sueños de un solo golpe. Últimamente me estaba costando demasiado levantarme por las mañanas, aun cuando el deseo de dormir por mas tiempo no era algo nuevo, recién se había vuelto algo muy difícil de controlar, tanto que aprovechaba cualquier oportunidad para dormir aunque fuera por cinco minutos, las idas al baño eran mi pretexto para descansar un poco.

Estire un poco mis brazos y después mi cuerpo sin aun levantarme de la cama por completo, sentía demasiado complicado separarme de aquel lugar cómplice de mis actos amorosos y consejero de mis momentos difíciles, mas cuando gozaba de ver a mi marido tumbado a mi lado, durmiendo plácidamente, ajeno a todo aquello que le preocupa por el día.

Después de mucho autoconvecimiento fue que pude levantarme, no niego que habría querido dormir mas pero debía responsabilizarme. Mi marido necesitaba atenciones y apoyo, yo estaba mas que complacido con ser aquella persona que lo daría todo por él. Pero al levantarme sentí un mareo muy fuerte que casi logra hacerme caer, era muy extraño que algo me sucediera puesto que Tom se encargaba de cuidar mi salud, así que deduje que el mareo fue obra de levantarme demasiado rápido. No le tome demasiada importancia.

- Buenos días amor - Tom me abrazo desde la espalda y beso un costado de mi cuello cuando ya estaba preparando el desayuno.

- Buenos días cariño.

Ambos pasamos a tomar el desayuno hablando de trivialidades como que sueños habíamos tenido o si notamos algo diferente en el ambiente, nada extraño.

- Amor, hoy el día estará muy tranquilo, podrías quedarte en casa y descansar - comento mientras llevaba los trastos a la cocina.

- ¿No me quieres contigo hoy?

- No es eso amor, solo que no le veo caso a que vallas sólo por un par de citas, después llamaré al laboratorio y esperare los resultados de unos estudios para después llevárselos a las personas de la zona baja de la comunidad - sonreí abiertamente emocionado.

Tom era un medico maravilloso, de los pocos que relamerse dedicaban a ayudar en mejorar la salud de prójimo antes que en llenar sus bolsillos con dinero, era él quien pagaba los estudios de la gente mas necesitada de la comunidad y vendía a precio bajo el medicamento que necesitaran, todo con tal de ayudarlos.

- Podría ir y revisar la agenda - solté como si nada.

- O podrías ir a ver a tus padres esta tarde, descansar un poco y esperarme con los brazos abiertos y la cama caliente por la noche.

- O podría ir al medico por un problema con mi alta temperatura, como no tendrá pacientes hoy si me podra atender y, bueno, me ayudara con mi problema - insinúe conquetamente, Tom sonrio de lado.

- Sigues siendo un chico muy travieso cariño - dijo tomandome por la cintura y empujandome contra la pared.

- Si Tomy, sigo siendo muy travieso - dije en voz baja e insinuante. Atrapo mis labios con los suyos en un pasional beso como los que me daba cuando eramos aun muy jovenes, hacia casi 10 años de que comenzamos a salir. Nos separamos jadeando por la falta de aire, ambos sonreimos divertidos por la situación - ¡Dios! Extrañaba tanto esto - dije alucinado.

- ¿Sabes que tu vives la fantasía de cientos de mujeres?

- ¿Cual? ¿Comer demasiado sin engordar? - bromee.

- Si, claro - dejo un casto beso en mis labios antes de separarse de mi - te veo mas tarde cariño, llamaré al laboratorio y depende lo que me digan te llamo para que tengas tu cita, no te apresures - dicho eso se fue. Sabia de sobra que Tom aceptaría cualquier oportunidad de sexo en su consultorio. No era la primera vez que sucedía por tanto era obvio que lo aceptara, siempre ha gozado de vivir la fantasía de muchas mujeres, el follar con un medico en consulta y yo disfrutaba pasar de ser un paciente a un enfermero sexy o su secretario.

One Shots, Agradecimiento Al Grupo De WhatsApp #Kings& QueensOfToll.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora