[ A U ]
Yuuri katsuki de 20 años de edad se dedica a ser un médico veterinario, con un gran amor a los animales combinado con la disciplina tan típica de un japonés, es considerado el mejor en esa área en San Petersburgo, con otros pasatiempos de po...
Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
Una semana había pasado desde que Minami se había declarado ante Yuuri en el museo de San Petersburgo, el mismo día en el que había llegado de su reunión de Moscú y aquel reencuentro agradable con Seung, un amigo cercano desde que estudiaba su más grande amor y se convertía en: Médico veterinario.
El otoño ya se hacía presente causando un poco más de frialdad a Yuuri, a pesar de estar más o menos estaba acostumbrado al frío de Rusia. Sin mencionar lo mucho que extrañaba su casa y lo bien que se la pasaba relajándose en las aguas termales que ofrecía el local de su familia; que, sin duda era muy muy famoso a pesar de estar en un lugar retirado de las grandes ciudades de Japón.
— Algún día volveré y cuando lo haga, ya habré superado lo que me pasó.- Habló para sí mismo con nostalgia en su interior, pues a pesar de poder "hablar" del tema con alguien de confianza, realmente aunque le causara algo de dolor en sus adentros, debía reconocer que no estaba 100% seguro de haber superado aquel acontecimiento, ni siquiera quería recordar el nombre de aquel hombre que se robó lo más preciado de su ser.
Lo más puro y sincero de sus sentimientos, aquella persona le había robado más allá de su virginidad; le robó su primer amor, aquel sentimiento inocente, cuando sabes que al ver a esa persona sientes mariposas en tu estómago y no puedes evitar tener una sonrisa a cada momento. Le robó su primer beso y sus experiencias, sin saber que aquella relación tóxica le estaba consumiendo provocando un cambio drástico de actitud, algunos de sus amigos dejaron de hablarle debido a los celos de el infame que tenía Yuuri como pareja en ese entonces otros simplemente esperaban a que se encontrara solo para así tratarle de hacer entrar en razón, pero, parecía que ninguna de las palabras que fueran dichas por su bien le hacían recapacitar. Estaba enamorado y ninguna advertencia o aviso lo harían cambiar; a pesar de que le decían que le era infiel, jugaba con él y era su simple capricho, parecía no importarle; a veces una que otra advertencia le hacía pensar y le orillaban a preguntar, grave error, pues, un día había llegado de una "reunión de trabajo" como solía llamarle a las fiestas a las que iba y engañaba a Yuuri con quien sea que se le pusiera enfrente y le abriera las piernas.
Yuuri le esperaba con una cena romántica desde hace más de 4 horas, pues celebraban 6 meses de noviazgo, cuando él llegó le recibió con enojo, pero, de la manera pacífica le cuestiono donde estaba y porqué había tardado tanto, sin mencionar su celebración, quería saber si él se daba cuenta de que día era.
Lo único que obtuvo fue pan con lo mismo, una excusa vieja la cual siempre le pasaba, pero, ésta vez exageró, olía a alcohol desde kilómetros de distancia, además de que el muy descarado ni siquiera se molestó en limpiar el lápiz labial que había en su labio inferior, con gran dolor en su corazón tuvo que decirle a gritos la fecha, mostró la mesa con todo su amor, dedicación y esfuerzo sobre la misma, entre lágrimas y sollozos le dijo todo lo que decían sus amigos de él y su relación.
Una pelea entre un corazón herido y un alcohólico infiel se miraba desde la sala del departamento, los vecinos de Yuuri se enteraban de todo lo que gritaban y desvelaban, pero, lo que no esperaba era... Un golpe en su mejilla haciéndolo caer, en estado de shock miraba a su pareja, la cual le miraba con furia, para después pasar a preocupación y abrazarle disculpándose de inmediato, nuevamente, cayó en sus palabras de amor y regalos.
