shinin' shinin' ✨

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La vida de KyungSoo siempre había sido demasiado monótona, incluso sus amigos le habían comentado de vez en cuando que le hacía falta un poco de color, que no tenía nada de malo si se relajaba un poco.

Do KyungSoo siempre había sido ese tipo de persona demasiado serio para congeniar con cualquier tipo de gente, guardando silencio por no tener idea de cómo expresar lo que en realidad estaba pensando en medio de una conversación, se graduó de la universidad con honoríficos porque su madre siempre lo había impulsado a ser el mejor en todo lo que hiciera.

Había sido acogido en una gran empresa de la ciudad de Seúl donde pese a haber comenzado como todos los pasantes de administración, gracias a su desempeño intachable y a su sentido de la responsabilidad lo habían ascendido con el paso del tiempo, figurando ahora como el responsable del departamento de recursos humanos.

KyungSoo se levantaba todos los días poco antes de las seis de la mañana para poder arreglar sus asuntos con tranquilidad a pesar de que su horario laboral comenzaba a las nueve de la mañana. Siempre llevando la misma rutina, se había acostumbrado a sonreírle a sus compañeros y a todos los empleados que lo veían con respeto. Todo se lo había ganado a pulso, después de todo.

Pero esa mañana en particular, KyungSoo la recuerda porque las cosas se le salieron de control. Tenía una junta con los directivos para discutir el recorte de la plantilla de empleados y aún así se había desviado un poco, porque MinSeok le había hablado de una nueva cafetería que le quedaba de pasada, así que se había decidido a pasar por una bebida que mal no le caería.

KyungSoo recuerda los ojos brillantes del muchacho, la piel tostada que se le antojó exquisita a primera vista y esos labios especialmente abultados que lo invitaron a no despegar su mirada de su fisonomía.

El muchacho estaba sentado a un par de mesas de donde él se había decidido a sentarse para terminar su café sin demasiada azúcar, y como un adolescente no había podido controlarse, pese a que tenía los años suficientes encima para hacerlo, KyungSoo se sentía especialmente extraño. Hacía demasiado tiempo que no se sentía de esa manera, con las pulsaciones a tope por su corazón acelerado, con las entrañas revueltas por el constante ronroneo de su estómago cada que el muchacho a unos metros de él se movía siquiera.

Do KyungSoo nunca fue una persona atrevida, era un tanto introvertido y no le gustaba incomodar a los demás, pero por algún motivo no podía quitarle la mirada de encima. No lo hizo ni siquiera cuando el muchacho de piel morena levantó finalmente la mirada y lo observó directo a los ojos.

El contacto entre ambos duró apenas unos segundos, pero KyungSoo sintió que todo a su alrededor se desvanecía, que no habían paredes blancas adornadas con cuadros de algún pintor poco conocido, las personas desdibujándose y retando a todas leyes de la física existentes, el vértigo en su interior incrementó cuando el muchacho esbozó una mueca en sus benditos labios que lo hizo tragar saliva porque se había secado de solo pensarlo tan glorioso.

KyungSoo tenía muchos defectos, se sentaba encorvado pese a que siempre había intentado corregir su postura, terminaba entonces jorobándose sobre la silla cuando menos se lo esperaba, tenía la mirada profunda e incluso sus amigos le habían dicho que se sentían extraños cuando repentinamente los observaba detenidamente.

Y en ese momento deseó ser un poco más alto, cuando el muchacho se puso de pie y pasó sonriendo junto a sus amigos a su lado, el muchacho aparte de ser atractivo seguro le sacaba un buen tramo de estatura. Deseó ser un poco más joven y brillante como él, para que pudiera encontrarlo aunque fuera un poco atractivo, para poder llamar su atención.

Diamond ❀ SooKaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora