02; Desayuno.

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—Papá, el chico me odia —habló Stiles mientras miraba su cereal sin ganas.

Su padre le miró confundido unos segundos mientras se acomodaba el uniforme.

—No digas tonterías, hijo. Es un niño y está dolido por su madre. No te odia.

— ¡Tu no viste como me miró!

—Stiles —suspiró su padre—. Es un niño, por el amor de Dios. Ni siquiera conoce la palabra odio.

—¿Que tal si sí? —cuestionó. John suspiró por segunda vez en estos cortos 5 minutos y miró cansado a su hijo.

—Solo cuídalo hasta que regrese ¿bien? Es un buen chico.

Stiles rodó los ojos y metió molesto la cuchara con cereales en su boca.
Bien Stiles, cálmate, los cereales no te han hecho nada. Ellos siempre han estado ahí para tí en las mañanas.

—De acuerdo, pá. Cuídate —se despidió.

—Hasta luego —respondió John con una sonrisa saliendo de la casa.

Stiles terminó su cereal y dejó los platos en el lavadero. Miró hacia las escaleras y dudó un poco. Tal vez era idea suya y el chico no lo odiaba.

Después de todo, era solo un niño de 5 años. Tal vez estaba resentido al estár lejos de su madre por tanto tiempo, como dijo John, que para él no es mucho, pero para un niño probablemente sí.

Respiró con fuerza y se armó de valor subiendo las escaleras a pasó fierme.

Se enfrentaría a ese niño y le agradaría, así como se llama Stiles Stilinski.
Bueno, no se llama así, pero ya entienden.

Se detuvo frente a la puerta del cuarto de invitados-que ahora le pertenecería a Derek por un mes- y titubeó un poco antes de tocar la puerta para segundos después abrirla y asomar lentamente su cabeza.

—¿Derek? —preguntó en voz baja, con temor de interrumpir al niño en algo importante.

Mentalmente se golpeo, ¿qué cosa importante haría un niño?

Al notar que la pequeña bola de masa se movió en la cama inquieto se acercó con un ligero toque de curiosidad.

El chico soltó un gruñido y Stiles alzó una ceja, ¿estaba teniendo una pesadilla?

Stiles se acercó un poco más a la cama donde Derek dormía, lo miró. El chico hacia pequeñas muecas y negaba con la cabeza. Sí, probablemente tenía una pesadilla.

Stiles optó por lo más inteligente que se le ocurrió; despertarlo.

—Hey, pequeño hombrecito —habló moviéndole un poco. Derek se quejó—. Vamos amigo, es hora de levantarse —agitó un poco más.

Derek comenzó a abrir poco a poco los ojos, tomándose con la mirada ligeramente nerviosa de Stiles, no sabía porque ese chico le ponía los nervios de punta. Derek se sentó sombre la cama y soltó un bostezo con los ojos entrecerrados. Alzó una de sus pequeñas manitas y rasco su ojo.

—Hey, ¿cómo estás? —preguntó. Derek lo miró completamente adormilado casi sin lograr tener los ojos abiertos—, ¿tienes hambre?

Derek asintió.

—Ven, vamos por algo de comer a la cocina —propusó.

Derek sin decir nada se levantó de la cama dando algunas vueltas en ella para desenrredarse de las sabanas.

Como un pequeño cachorro, pensó Stiles con algo de ternura, tal vez el chico no era tan malo, por lo menos no en las mañanas.

Derek cumplió su misión y bajó de la cama poniéndose de pie junto a Stiles con los ojos cerrados.

El pequeño HaleWhere stories live. Discover now