Rosa carmesí

Capítulo 4

Apoyado en el borde de la ventana soltó un suspiro largo lleno de frustración además de impotencia. Con la diestra pasó su flequillo con desespero tras su cabeza y se recostó en el brazo que descansaba en la delgada pared.

Sus pensamientos estaban ligados a una sola persona: su hermanito menor Todomatsu. No había estado actuando de forma "normal" desde que, luego de un tortuoso mes en el hospital recuperándose, Osomatsu regresó a casa. Minutos antes de destrozarse la mente pensando, en la soledad de su habitación, el amante del rosa se comportó de manera sospechosa de nuevo. Eso empezaba a hartar al mayor que al parecer era el único que se daba cuenta de que mentía.

—¿Eh? ¿Te vas temprano, Totty?—preguntó animado el de saco amarillo. Estaba reposando en su enorme pelota rosa y su pregunta logró llamar por completo la atención del más grande ahí, quien interrumpió la lectura de su cómic sin levantar la mirada de éste para escuchar atento.

—Sí, hoy iré al gym temprano y luego estaré fuera con Atsushi unas horas. Díganle a mamá que cenaré fuera y llegaré tarde.

El mayor frunció el ceño levemente "¿Desde cuándo empezaste a decirnos tus planes?" Pensó algo molesto, aunque no sabía realmente si era por que Totty estaba extraño o porque mencionó que saldría con ese tipo otra vez.

—¿Atsushi? ¿El millonario?—Quiso saber el tercer hermano un poco más interesado.

—Ajam—Al contrario del interés ajeno, Todomatsu le respondió con indiferencia mientras texteaba en su celular a toda velocidad.

—Nice brother~ Una amistad se basa en frecuentar juntos por el camino de-...

—¿A dónde piensan ir?—Interrumpió Ichimatsu con su voz llena de pereza.
—Ammm, ya saben, por ahí...—contestó sin dejar su smartphone de lado, lo cual terminó por rebasar la paciencia de Osomatsu, haciéndolo estallar.

—Te preguntó: ¿A dónde van?—Ahora veía al menor de todos con enojo profundo siendo enteramente correspondido por éste.
—Lo oí y dije que por ahí—Fue su seca respuesta, torciendo los labios.

Un silencio muy incómodo se creó para todos en el cuarto debido a lo tensa que era la situación. Nadie se atrevió a decir nada, tan solo miraban a Totty y a Osomatsu quienes parecían tener una lucha de miradas intensas. Los demás podrían jurar que la tensión se incrementaba con el tiempo transcurrido hasta que un sonidito agudo sacó a Totty de lo que hacía, deslizó su dedo por la pantalla y sonrió de nuevo.

—Me voy, ya me están esperando—Tomó sus cosas y sin esperar siquiera que le respondieran, salió de la casa con cierto apuro.
Karamatsu se sentó junto a su furioso hermano.

—Osomatsu, ¿pasó algo con Totty ayer?

El mayor borró su mala cara volviendo a su apariencia relajada, no es como si quisiera que los demás se enterasen de todo. No valía la pena.

—Para nada, Karamatsu— contestó casi de inmediato creando aún más confusión entre los presentes—¡Waaah! Onii-chan tiene flojera y hambre~—cambió el tema mientras movía su índice bajo su nariz sin borrar su sonrisa característica.

—Es verdad... Es tu turno de cuidarlo, brother— Choromatsu ante el comentario del segundo pegó un brinquito en su lugar.

—¡Oh! En ese caso: ¡Quiero que me traigas el siguiente tomo de este cómic, tres cervezas, un cigarro y varias bolsas de frituras!—Al terminar el pedido se rió por lo bajo, pues sabía que el menor explotaría pues odiaba ser mandado por alguien. Y más si ese alguien era él.

—¿Crees que soy tu sirvienta? No te traeré nada más que té que dejó mamá y mandarinas o no comerás la cena—dijo cruzándose de brazos, sin siquiera pensar en la probabilidad de réplica.

—Está bien... mami Choro—dijo en tono burlón, causando risas por toda la habitación.