Tiempo

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Harry se había retrasado 20 minutos, Louis estaba demasiado nervioso. Su pie derecho se movía constantemente. Escucha un auto estacionarse fuera de la casa y se levanta de un salto, ve por la ventana a su novio, el menor baja de su auto y camina a la entrada acomodando su traje. Tomlinson ríe un poco y hace lo mismo pero con su cabello.

—¿Lou?—Harry le llama, camina hasta la estancia y el rizado sonríe cuando lo ve. Se le acerca y lo besa—Perdón por tardar, mi jefe ha estado de un humor horrible. Su esposa va a tener un bebé y yo creo que las hormonas los enloquecen a los dos.

Louis ríe y niega con la cabeza.

—No te preocupes, cariño.

Ambos sonríen y Louis lo guía hasta el comedor, la mesa redonda está cubierta con un mantel blanco. Hay velas y flores por el lugar. En medio está la comida y un vino.

—Esto es hermoso, Lou.

—Que bueno que lo dices porque me esforce mucho—Harry carcajea y Louis lo abraza por atrás, entrelazan sus manos y las dejan descansar en el estómago de Harry. Caminan hasta la mesa y se sientan.

La cena pasa amena, platican de su día, algunos anécdotas y hablan de su futuro. Louis sirve el postre y cuando quita la tapa de la bandeja, la respiración de Harry se atasca. En el plato hay una pequeña cajita de terciopelo rojo, dentro hay un anillo con un diamante brillando.

—L-Lou...—cuando Harry le mira, el castaño ya está en una rodilla.

—Harry Styles, sabes que eres el amor de mi vida. Yo no consigo nada sin ti. Me gusta ver tu cara hinchada al despertar—ambos ríen bajito y Louis sigue—Tu sonrisa después de hacer el amor, tus hoyuelos, me gusta como brillan tus ojos a la luz del sol. Me gusta como me miras en las mañanas cuando piensas que estoy dormido, eso es algo curioso pero me gusta. Me fascina tu voz, tan lenta...y creo que jamás terminaría de decir todo lo que amo de ti, eres perfecto y agradezco tanto a Dios por haberte puesto en mi camino. Y-yo...yo quería saber si tú...¿me harías el honor de ser mi esposo?

°°°°

Harry cumplía 64 años, sus hijos habían organizado una hermosa fiesta. Su hija Maggie había hecho un pastel de chocolate y lo había decorado con pequeñas flores de dulce.

Louis, que había cumplido 67, veía a su esposo con una sonrisa en la cara.

—¿Abuelo?—el ojiazul levanta su cabeza y observa a su nieto William—Ya vamos a cantarle feliz cumpleaños a mi abuelito, dijo mamá que vengas.

Louis asiente y se levanta, camina a paso lento hacia la mesa, adelante de él va Harry. El ojiverde se pone en medio y sus hijos y nietos al rededor de él. Empiezan a cantar y él los observa con una sonrisa, Louis sabe que quiere llorar.

Cuando terminan forman un abrazo grupal y Harry le mira, extiende sus brazos y el ojiazul se refugia ahí.

—Feliz cumpleaños, amor de mi vida.

°°°

El sol se colaba por entre las blancas cortinas de la habitación. Harry dormía de lado, su vientre de ocho meses no lo ayuda en otra posición. Louis era la cuchara mayor, su mano descansaba en el hinchado estómago.

El ojiazul despertó cuando sintió las fuertes patadas de su bebé en su palma, Harry empezó a soltar leves gruñidos hasta abrir por completo sus ojos.

—Buenos días, mis amores—Louis da un beso en la mejilla de su esposo y el rizado ríe.

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Tiempo |Larry| os.Onde histórias criam vida. Descubra agora