Capítulo 45

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Llego el día y estaba sumamente nerviosa, me movía en círculos y no dejaba de pensar en todas las posibilidades. Tenía el ramo de rosas en mis manos, todavía sin marchitarse, con un olor muy peculiar.

Entonces llegaste tu, con los ojos vendados y con cierta confusión. Estabas bien vestida, algo maquillada pero sobre todo, perfecta.

—No entiendo nada, Dinah. —Reprocho la morena.

—Shh... No preguntes, solo gózalo. —Eso al parecer confundió aun mas a la morena.

Dinah le soltó la mano y eso desconcertó a Camila. La polinesia me guiñó un ojo y se despidió de mi con la mano, le agradecí internamente.

—Hola, Camz. —Sonreíste al oír mi voz.

—¿Lern? —Intentaste encontrarme pero te detuve.

—Cuidado, porque te caerás. —Y sabias perfectamente que eso era cierto, a veces eras un poco torpe, como una niña pequeña. —Puedes quitarte la venda.

Y lo hiciste.

Si fueras mi esposa ➳ CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora