9.

702 56 12
                                    

| Nueva historia que pueden encontrar en mi perfil |


— ¡Te hablan, cariño! —el grito de mi mamá me distrae de mi juego y resoplo, ya casi rompía mi récord.

— ¿Quien es? —grito de repuesta y espero a que conteste.

—¡Baja y averígualo! —la escucho y me paro inmediatamente mientras juego con el chicle en mi boca.

—¿Tú que haces aquí? — pregunto en cuanto lo veo parado en mi sala, el me observa penado y se rasca con mi nuca mientras con la otra estira su brazo mostrando unos chocolates. Me esfuerzo para no sonreír y lo logro muy apenas mientras termino de bajar los escalones.

— Beth me dijo que lo conveniente fuera disculparme contigo así que aquí estoy.

Resople mientras caminaba hacia el y tomaba los chocolates— Cuando quieras disculparte conmigo realmente y no por que una persona te dijera que lo hicieras, aquí estaré dispuesta a disculparte y a arreglar todo.

— Por dios, tan solo acepta los chocolates y discúlpame— podía como respiraba agitado y eso solo significaba algo, estaba enojado.

— Te preguntare algo y si mientes lo sabre así que responde sinceramente —  me acerque aun mas a el estando a medio metro de distancia, le mire y estuve atenta de sus facciones—¿Te disculpas por que realmente lo sientes o por la simple y estúpida razón de que Beth te lo haya pedido?

— Por que lo siento realmente —Mandíbula tensa, tic en el ojo izquierdo y su manzana de adán moviéndose de arriba a abajo. Estaba mintiendo.

— Te pido por favor que te vayas de mi casa —me miro directamente a los ojos viendo una pizca de estar bromeando pero mi rostro estaba serio esperando a que se retirara de una vez por todas, el asintió decepcionado pero no mas que yo.

— No me arrepiento de haberte llamado así por que así te viste y no creo que me arrepienta, es tu decisión y me iré, solo te diré que seguirás siendo mi mejor amiga y si te arrepientes de haberme corrido de tu casa estaré dispuesto a perdonarte.

Lo mire sorprendida mientras lagrimas corrían por mis mejillas mientras mi risa fingida resonaba con fuerza— Eres un maldito sin vergüenza, ya lárgate.

La puerta se cerro mientras me limpiaba las lagrimas con fuerza. ¿En que momento comenzó a actuar como un completo idiota?

— Es un maldito que no te merece —me sobresalto al oír a mi mama, la veo recargada en l pared cruzada de manos.

— Si que lo es —digo mientras tomo los chocolates.

— Ya nada quedo de el chico regordete que dejaba vació mi refrigerador mientras venia de pequeño.

—Tengo la leve esperanza que algo quede, de ese chico de quien hablas, mamá.

— Espero y si, ven cariño, vamos a comer, tu papa ya bajara y no querrás que te vea con los ojos rojos.

Sonreí débilmente mientras iba a los brazos de mama con la caja de chocolates, observe una nota pegada en ellos y me recordé leerla después.

...

Vamos, ¡corre, tu puedes!

—No, no puedo... —gimió mi amigo de apenas 15 años mientras paraba de correr— No puedo Alex.

Con ese animo claro que no podrás, vamos tan solo faltan 5 cuadras, te prometo que llegando mama nos tendrá un exquisito aperitivo — conteste mientras trotaba en mi lugar.

¿Segura? —pregunto el mirándome desde abajo, yo asentí frenéticamente.

¡Si, y si podemos! —dije mientras lo veía recuperando su postura y volviendo a correr, lo alcance— ¡Veras que dentro de unos años estaremos en forma y todos querrán estar con nosotros, Charlie!

Sacudí mi cabeza al recordar como habíamos perdido peso los dos desde que teníamos 15 y sonreí con nostalgia, ahí seguía siendo mi chico.

— ¿Estas aquí? —me asuste al sentir una mano en mi hombro y vi como Sean me miraba como si tuviera dos cabezas.

— Perdón, si — digo sonriendo.

— Basta, con lo que me contaste que fue Charlie a tu casa es suficiente que pienses en el y sigas torturándote, ya sabes el plan —dice irritado mientras tomaba de su jugo.

— Si lo se, perdón ya... solo que es un poco difícil.

Extremadamente difícil, querré decir.

Pero no imposible. Me recordé, sonreí en mis adentros y observe como Sean miraba a la chica que tanto le gustaba.

— ¿Aún no cae? —pregunto atrayendo su atención.

— No, creo que me rendiré — suspira y pongo mi brazo en sus hombros.

— Bueno, si lo haces hay muchas chicas.

— Si, de hecho tengo los ojos en alguien — dice y me río.

—  Que rápido, ¿y quien es?

— No creo que adecuado decirlo, mejor luego te cuento.

— Como tu digas.

— Charlie viene hacia acá — murmura Sean y me tenso.

— Bésame —pido y sin esperar la respuesta me acerco hacia el besándolo.
Un chirrido se escucha, nos separamos y vemos a Charlie observándonos.

—  Nunca me imagine verlos juntos... — hace una mueca y lo veo girar — En fin, esto confirma mi conclusión.

— ¿Que conclusión, Charlie? — pregunta Sean.

Charlie se ríe y niega varias veces— Nada... Cosas mías, ¿como han estado? Nos hemos separado y—...

Mi risa fingida lo interrumpe y lo miro divertida— Ve al punto ¿Que quieres?

—  Hacer las paces, habra una fiesta. Espero y vayan, diganle a la insoportable de Janeth.

— Tanto que se pelean ¿y quieres que vaya? —Pregunga curioso Sean.

— Bueno, sí pero a final de cuentas tiene carácter de fiestero y animará a la fiesta.

— Entendido.

— Bueno, me voy... Es en la casa de Violetta, ya saben donde es, pasado mañana a las 8. Adiós Sean, adiós amor mío.

— Púdrete —murmuró lo suficiente alto para que me oiga, se ríe y se va. Ignoró el estremecimiento que me dio al oírle el apodo como me llamaba antes.

— ¿Querrás ir?

—  ¿Para quiero ir yo a esa fiesta?

—  Supongo que tendremos que hacer un plan para que Charlie tenga un tipo de reacción al verte en la fiesta vestida sexy.

— ¿Yo, vestida sexy? —me burlo —muy apenas puedo estar en tacones.

— No aceptaré un no, ni Janeth. Además ahí yo hare algo que he querido hacer hace un tiempo.

— Entonces aceptó.

Queria que ya fuera pasado mañana y a la vez no, que no llegará nunca ese día. Los nervios me consumieron de tan solo pensar que habría un plan. Y eso, no me tenía con una buena sensación.

En el siguiente capítulo habrá drama.

Si Me Quisiéras Un Poco MásWhere stories live. Discover now