s i x

23 2 4
                                    

Chloe.

Abrí los ojos al sentir una mano en mi trasero.

—¡NAMJOON!—grité a todo pulmón. El antes nombrado se levantó exaltado. Y no solo él, incluidos estaban Seoko, Y Jungkook. Yoongi seguía medio muerto y Jimin solo se había removido un poco.

—¿¡Qué demonios te pasa, mujer!?—gritó SeokoJin.

—¡Namjoon tenía su mano en mi trasero!—me defendí hacia el mayor.

Un gran silencio se formó. Algo anda mal.

Jungkook no estaba. Maldita rata opacadora.

¿Dónde está Jungkook? ¡Teníamos un trato!—solté furiosa.

—¡Oye!—protestó Jin—, nadie se mete con mis hijos—se encogió de hombros.

—Hagamos algo—habló Namjoon—, Jin, despierta a Yoongi, Chloe, despierta a Jimin—dijo sonriendo.

Tragué duro.

—Ni si quiera lo pienses, quiero vivir con todas mis extremidades—respondió Jin—. Mientras buscaré por alguno lugares—dijo y luego se levantaron para marcharse a buscar a algún lugar.

Hijos de re mil putas.

Mi mirada se desvía a donde nunca creí que lo haría.

Parece un Dios Griego.

Sus ojitos están cerrados y su boca entreabierta mientras que su pecho sube y baja debido a sus respiraciones largas.

Dirijo mis rodillas –ya que estaba arrodillada– hacia él, con mi mano toqué su cabello. Soltó pequeños quejidos, lo cual hizo que me asustara.

—Ji-Ji-Ji-min—murmuré, me dieron ganas de reír al escuchar mi voz. Así de nerviosa me ponía este hombre.

—¿Mmhn?—

—Levántate, Jungkook ha desaparecido.

Ni siquiera haber terminado la frase, se levantó de repente, haciendo que su frente chocara con la mía.

—¡Ah!—me quejé—, ¡mierda, Jimin!—grité sobando la zona adolorida.

Me miró con los ojos como platos e inmediatamente acercó sus hermosas manos de Dios Griego a mi frente, lamentándose en voz baja.

—Chloe, lo siento mucho—murmuró, acariciando la zona.

Agarré sus manos y rápidamente las bajé, nerviosamente solté:—Yo no importo ahora, la rata de Jungkook escapó y teníamos un trato de limpiar mi casa al día siguiente de la fiesta—dije y me levanté, tendí mi mano hacia él y la agarró. Un maldito choque eléctrico corrió por todo mi cuerpo.

—¿Segura que estás bien?—preguntó llevando sus manos de nuevo a mi frente.

—Estoy bien, Jim—dije y me arrepentí al momento de pronunciar el apodo que había creado para él años atrás.

Photograph ➡️ pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora