VI

2.3K 113 6
                                    

— ¿Cómo están Sonia y las demás? — pregunta Íngrid a su hermana cuando ya están sentados a la mesa

— Ni idea.

— ¿Os habéis peleado? Si erais como uña y carne.— comenta Ibai

— Que mi mejor amiga se estuviese tirando a mi novio desde que empezamos, como para no pelearnos.— confiesa Elena como si nada

— Joder, qué directa.— añade Marcos aunque es fulminado por la chica

— Teniendo en cuenta que Martina me hizo lo mismo con Jaime, no sé si quiero volver a tener amigas. Ahora sólo te tengo a ti hermana.

Fue extraño, Elena llevaba preparándole una gran sorpresa a León por su cumpleaños desde hacía semanas. Los padres del chico no iban a estar en casa, así que les había pedido las llaves para prepararle una bonita cena en casa y darle los regalos. Cuando estaba en la cocina se oyó la puerta abrir, Elena salió al encuentro del chico, pero para su sorpresa le encontró apoyado en la puerta besando a Sonia.

"No es lo que parece." fue lo único que supo balbucear el chico

La chica acaba de comer y lleva las cosas a la cocina para fregar su parte, Marcos, preocupado, hace lo mismo. La sigue hasta la cocina, la observa, está de espaldas a él, apoyada en la encimera de la cocina y con la mirada perdida.

— ¿Y a ti que te pasa ahora?

— Quería saber como estás.— confiesa el chico mirándola con ternura con sus ojos azules

— No te importa.

— Si me importa.

— Marcos, no.— dice dándose la vuelta y topándose con sus ojos

— ¿Todavía estás enfadada por lo del cine?

— También por entrar sin avisar y verme desnuda.— dice la chica sin dejar de observarle

— ¿Y no me vas a perdonar nunca?

— No.— ríe la chica

— Ya veremos.— dice el cada vez más cerca de ella — Antes de irte me perdonarás.

— Más quisieras.— susurra ella en su oído.

El silencio tras aquello es tan cortante que pueden escuchar la respiración del otro. Cada vez están más cerca y no pueden apartar la mirada el uno del otro. Marcos acaricia el hombro de la chica y a esta se le eriza la piel. Se pierde en sus ojos azules como el mar y le pasa la mano por el torso cubierto por una camiseta de tirantes.

Se miran de nuevo, esta vez con otros ojos. El hace el amago de intentar besarla, pero ella posa su dedo índice sobre sus labios:

— Más quisieras.— dice Elena en tono burlón

Después, la chica sale de allí, no sin antes darle un beso en el cuello desorientando totalmente al chico.

Aprender A Quererte | Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora