you called me cold, and that's what i became

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Tuvo que ser en invierno cuando polo norte y polo sur colisionaron. El cielo era frío gris como tu piel y la calle negra como la pupila en la que lloviste.

Sentí que merecías todo mi calor, y así fue. Aunque simplemente lo consumiste como un cigarro. En un solo segundo congelaste mi vida y la lluvia mojó toda mi ropa, pero yo sabía que en realidad eras tú. ¿Qué iba a hacer yo ahora?

El invierno traía días cada vez más oscuros, pero mis ojos brillaban cuando te veían fugaz en cualquier lado. Podía sentir fuego entre todo el hielo, podía ver a través de la lluvia. Y al decirme tu nombre, se sintió un fuerte relámpago haciendo temblar mi mente.

Tus ojos se encontraron con los míos un millón de veces y tus palabras calaban como la humedad. Me gustaba pensar que yo también producía algún efecto en lo más profundo de ti, que algún rayo de mi sol llegaría donde fuera que guardaras tu corazón a una temperatura de cero absoluto.

Cada paso que di a tu lado batía a cualquier tormenta. Eras criogénica y yo amaba el frío. Señalaste un puente de colores cálidos y me dijiste que fuese allí el día siguiente.

Observabas desde el puente prometido la fría nieve caer sobre el río. Juraría que a veces tú misma nevabas. "En este puente todo muere" dijiste, y murió mi último grado centígrado. Jugabas con una pastilla de menta en tu boca, la colocabas en tu labio inferior y con una fugaz danza volvía a tu lengua.

Ahora sé que también mantienes tu aliento frío, y todo lo que dices es frío. Me dirijiste mil y una frases, pero la que se me clavaba una y otra vez era la que se deslizaba con tinta en tu antebrazo. << Je t'aimerais dans n'importe quel monde >>. Yo también, cielo. Incluso en uno donde irradies verano. Me pregunto cómo te sigue corriendo la sangre por las venas, si es que tienes, porque cada minuto que pasa estoy más seguro de que tu temperatura es bajo cero.

Cada rayo de luz blanca que entraba por mi ventana irónicamente me recordaba a ti. Intenté dibujarte y escribirte, pero no tenías colores ni verbos. No tenías dimensiones, solo antimateria que me engullía. Pero yo me conocía demasiado bien y jugaba con la gravedad.

Amaba los días de lluvia, pero ahora he descubierto su peligro. Gente como tú también los ama, y levitan por encima del suelo húmedo junto al vaho o pisan a propósito los charcos y rompen a llorar junto a ellos.

Dicen que ninguna flor duró dos primaveras, porque ninguna sobrevivió al invierno. ¿Y tú, cuánto durarás? ¿Cuál será el final de esta estación tuya?

Ahora todo en mi vida es frío, como tú. Mi pelo de un color frío, mi ropa de un color frío. Mis manos, mi interior. Me has condenado a vivir rodeado de carámbanos. Y lo único que puedo hacer es sentarme a esperar el verano.

cold (one shot)Where stories live. Discover now