Capitulo 10

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    Dulce siguió comiendo, pero unas nauseas horribles la atravesaron el estómago, y salió disparada hacia el cuarto de baño.

-Joaquín: Y ahora, qué le pasa a esta?

Christopher se levantó corriendo y siguió a Dulce, la encontró en el baño vomitando, se agachó y la sujetó.

-Christopher: estás bien? -sosteniéndola-
-Dulce: no.-se incorpora- te dije que hoy no era el mejor día para ir a comer por ahí.
-Christopher: tienes razón, lo siento. –acariciándola la cara-
-Dulce: volvamos. –hizo el intento de levantarse, pero Christopher la detuvo-
-Christopher: no. Acaso no ves el aspecto que traes? Si te ven así, van a sospechar.
-Dulce: y que hago?
-Christopher: a ver, ven... -la ayudó a levantarse y la acercó al lavabo- lávate la cara.

Dulce se lavó la cara, pero seguía pálida como fantasma.

-Christopher: -suspiró- sigues con mala cara bebe.
-Dulce: si, me siento horrible.
-Christopher: Tranquila -la besa- volvemos?
-Dulce: si, vamos amor...

Volvieron al comedor, pero la madre de Christopher, no tardó en percatarse del malestar de Dulce.

-Christopher: ya estamos aquí.
-Joaquín: Me lo dices o me lo cuentas?
-Claudia: Joaquín no seas borde...
-Carmen: -mira a Dulce- Ay hija, estás muy pálida!
-Christopher: Dulce no se siente bien del estómago, es mejor que la lleve a casa.
-Carmen: te sentó mal la comida?
-Dulce: no, esta mañana me levante así, pero no se preocupe, estoy bien.
-Carmen: no hija, no puedo permitir que estés aquí si te sientes tan mal.
-Claudia: han traido coche? O les acerco yo?
-Christopher: tenemos ahí el coche, gracias igualmente. Ya nos vamos. –agarró a Dulce de la cintura-
-Dulce: Adiós, muchas gracias por la cena...

Christopher y Dulce salieron de la casa y se acercaron al coche, Dulce se sentía medio mareada así que se apoyó en el capó del coche mientras Christopher buscaba las llaves.

-Christopher: -mientras buscaba las llaves por sus bolsillos- estás bien?
-Dulce: sí, date prisa, se están formando nubes.
-Christopher: -miró al cielo- no tardará en ponerse a llover.

Christopher abrió la puerta del coche, y los dos se subieron, iban de camino a casa cuando unas pequeñas gotas empezaron a chocar contra la luna del coche.

-Dulce: ya está lloviendo, y el cielo está cubierto de nubes.
-Christopher: no te preocupes, espero que no llueva con más intensidad.
-Dulce: si. –miraba por la ventana-
-Christopher: te pasa algo?
-Dulce: no, solo estaba pensando.
-Christopher: y, en que pensabas?
-Dulce: en la relacción que tienes con tu papá...

Christopher dio un respingo.

-Christopher: Dul, ya te dije que no tengo una buena relacción con él, y prefiero no hablar de esto...
-Dulce: pero fuiste tu el que me preguntó que en que pensaba! –molesta-
-Christopher: -se rie y la besa- lo sé muñequita...

Pronto las pequeñas gotas de lluvia que caian, se convirtieron en un dilubio, apenas se podía ver por la carretera.

-Christopher: llueve muy fuerte, es mejor que nos detengamos un rato.
-Dulce: si, ojalá se calme pronto.

Pasaban los minutos, pero la tormenta cada vez era más fuerte, y algunos rayos eran visibles a lo lejos.

-Christopher: no parece que vaya a parar nunca.
-Dulce: porque no aprovechamos el tiempo?

Dulce se desabrochó el cinturón de seguridad y se puso provocativamente encima de Christopher.

-Christopher: -sonrie- tienes ganas?
-Dulce: -lo besa- muchas...
-Christopher: pero nose, hoy te sientes mal y...
-Dulce: -lo interrumpe besándolo- cállate.

Christopher la agarra y la pasa al asiento de atrás, él se coloca encima de ella. Se besan apasionadamente, Christopher recorre con sus manos cada centímetro del cuerpo de Dulce, se desace de su blusa y de su brasier rápidamente, ella le quita la camisa a él, y besa su fuerte pecho; poco a poco se despojan de las ropas que estorban y quedan completamente desnudos.

Los besos y las caricias se hacen más intensos, Christopher acaricia la pierna de Dulce suavemente, aquel roce hacía que se le erizara la piel, cada caricia era tan suave. Christopher se concentraba en brindarle placer a Dulce y ahogar cada gemido en un beso, ella jugaba entretenida con los mechones del cabello de Christopher mientras lo besaba...

-Dulce: ya, ya, hazlo ya –le exige entre gemidos-

Christopher entra en ella delicadamente, los dos estaban rebosantes de placer; Dulce clava sus uñas en la espalda de Christopher, lo araña, y le pide más, pronto los gemidos se convierten en gritos, las embestidas cada vez se hacen más fuertes y rápidas, lo que los hace llegar al climax.

Dulce arquea su cuerpo bajo Christopher y emite un gran gemido en la boca de él, se detuvieron, Christopher seguía dentro de ella, juntaron sus frentes, se quedaron viéndose a los ojos, sus labios estaban muy próximos cada uno sentía la acelerada respiración del otro en su boca, se dieron un tremendo beso lleno de amor, y cambiaron de posición, esta vez era Dulce la que estaba encima, se tumbó sobre Christopher y le hizo suaves caricias en el pecho con las llemas de sus dedos.

-Dulce: a sido Maravilloso...
-Christopher: Nunca me quedo saciado contigo.
-Dulce: Quiero estar siempre así, junto a ti, y que esto nunca se acabe.

Minutos después se quedaron completamente dormidos, la lluvia cesó; cuando se despertaron, se vistieron y continuaron el camino de vuelta a casa.
Pasaron los días, Dulce ya estaba de 4 meses y medio, su panza ya se notaba, aunque aun no estaba muy grande; Christopher y ella estaban preparándose para la cita con el Doctor, ya que la tocaba ecografía.

-Christopher:mi amor, estás ya lista?
-Dulce: si, perate tantito –poniéndose los pendientes-

Christopher se asoma por la puerta del baño, donde Dulce se colocaba los pendientes en frente del espejo; se acercó y la abrazó por la cintura.

-Christopher: sabremos ya el sexo del bebe?
-Dulce: me pareció que fue eso lo que dijo el Doctor.
-Christopher: Me has hecho el hombre más feliz de mundo.
-Dulce: -se **beep** el labio conteniéndo las lágrimas, se voltea y lo abraza fuerte- Te amo! Te amo!

Cuando se terminaron de arreglar fueron a la cita del Doctor, estaban en la sala de espera, Christopher no dejaba de mover las piernas, Dulce lo vió y se rió.

-Dulce: estás nervioso?
-Christopher: si –la coge de la mano- por fin sabremos que va a ser nuestro bebe.
-Dulce: No te hagas tantas ilusiones chiquito, puede que aun no se distinga bien.
-Christopher: no importa, además cada vez que venimos a ver a nuestro pequeñín, me lleno de un orgullo y unas ganas de tenerlo ya entre mis brazos.
-Dulce: -con los ojos aguados- Cariño, me encanta que hables así de tu hijo, y que sientas eso cada vez que lo ves.

-Christopher: te amo. –la besa-

En ese momento salió la enfermera mirándo unos papeles.

-Enfermera: -levantó la vista- Dulce María Espinosa?
-Dulce: -se levanta- aquí.
-Enfermera: acompañeme, el Doctor la espera.

Dulce entró en la sala acompañada de Christopher, se tumbó sobre duro y frío papel de la camilla, mientras Christopher se acercaba una silla para sentarse a su lado.

-Doctor: levantante la blusa –dijo mientras preparaba los aparatos necesarios para realizar la ecografía-

Dulce se levantó la blusa y el Doctor le echó una especie de gel pegajoso en su panza. Veían con ternurala pantalla, donde estaba su bebe, tan indefenso, se oia el ritmo acompasado de su pequeño corazón.

-Doctor: quieren saber que será el bebe?
-Dulce y Christopher: si –dijeron al unísono-

El Doctor achicó los ojos fijándose en la pantalla de aquel monitor, y dijo.

-Doctor: una niña, será una preciosa niña.
-Christopher: has oido eso? Una niña!
-Dulce: sí! –llorando- que hermosa es –mirándo la pantalla-

El Doctor siguió fijándose en la pantalla, a la vez que movía aquel aparato por la panza de Dulce, después lo separó y quitó el gel con un papel.

-Dulce: -se incorporó- Cómo va todo?
-Doctor: todo va perfecto, pero estás demasiado delgada, no te vendría mal engordar un poco.
-Christopher: ya lo sabía yo.
-Dulce: Cállate.
-Doctor: Bueno, no discutan, todo va muy bien, tienen una niña hermosa y sana.
-Dulce: cuando será la próxima cita?
-Doctor: el próximo mes.

Al día siguiente, en la Universidad...

-Anahi: ¿fueron ya al Doctor para saber el sexo del bebe?
-Dulce: ¡Sí! –dice eufórica-
-Maite: ¿Y bien? ¿Qué es? –emocionada-
-Christopher: ¡Una niña, es mi niñita!
-Anahi: ¡Oh! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! –acaricia la panza de Dulce-
-Dulce: Quiero que nazca ya...
-Christopher: yo también, deseo poder tenerla ya entre mis brazos.

Un mes después, Dulce ya estaba de cinco meses y medio, su panzita ya se notaba, a pesar de ser pequeña. Todos en la Universidad ya sabían de su embarazo. Y llamó a su mamá para contarle, se puso muy feliz al saber que iba ser abuela.

Dulce iba caminando con Anahí por los pasillos de la Universidad...

-Dulce: Any, ¿Sabes dónde está mi bebé?
-Anahí: Sí, en tu panza.
-Dulce: No, Anahí, ¡caray! –se rie- ¿Dónde está Christopher?
-Anahí: ¡Ah! Christopher... No lo sé, no lo he visto...

Por otro lado Christopher estaba en su taquilla guardando un libro cuando...

-Rosa: Christopher.
-Christopher: -se gira- Ah, eres tú... ¿Qué quieres?
-Rosa: No me gusta que estemos mal...
-Christopher: Rosa, me mentiste. Y me llenaste la cabeza de cosas en contra de Dulce.
-Rosa: ¡Perdóname de verdad! –gira la cabeza y ve que Dulce se aproximaba- Lo que pasa es que... me gustas mucho Christopher...

Dicho esto, Rosa se lanzó a Christopher y lo besó por sorpresa, justo cuando Dulce pasaba por ahí...

-Dulce: -levanta la vista- ¡Christopher! –se la llenan los ojos de lágrimas-    

EmbarazadaWhere stories live. Discover now