Reencuentro

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Siempre pensé... Toda mi vida tuve la convicción de que la vida de los mundanos era insípida y sin sentido. El hecho de haber tenido un deber y que este haya sido más grande que mi propia existencia, me dejó, intente convencerme a mí mismo de que mi vida era superior a la de ellos, los protegía, mas no los valoraba, ahora... Ahora les envidio. Tener una vida finita, con el brillo de lo cotidiano, con plena conciencia de tus capacidades y limitaciones, parece ser la vida perfecta, enamorarse, tener familia y morir es a lo que ellos aspiran. Morir para ellos es simple e inevitable, llegan a un momento en sus vidas en la que la paz les alcanza antes de que su ultimo aliento lo haga, se van y quedan quienes les conocieron, se van junto a ellos a su tiempo y esperan verlos en ese lugar a donde todos queremos ir y en donde confiamos encontrarnos con los que se fueron antes que nosotros. Morir es simple en la vida de un mundano, para mí que soy un Cazador de Sombras es imposible, para mí que me enamore de alguien que no puede seguirme, para mí que no estoy dispuesto a dejarlo porque mi muerte lo destruirá. Morir para mi es imposible, no puedo hacerlo y no lo haré, me aferraré a mi débil cuerpo mientras que mi corazón siga latiendo, me quedaré junto a mis seres amados hasta que me sea posible, no los devastaré con mi muerte, mientras ellos sigan aferrados a mí, yo me empeñaré en vivir, sin importar lo difícil que esto sea.

– Alec. – Me llamó Magnus, mí amado Magnus, como lo hace cada mañana. – Ten cariño, es tea. – El amor en su voz es como un manto que me envuelve y me da la fuerza necesaria para abrir los ojos y sonreírle.

– Buenos días. – Le digo débilmente, mi voz es rasposa y baja, sin la fuerza que tenía hace años. Siempre intento estar bien para él, cada día es más y más difícil. Me ayuda firme pero cuidadosamente a incorporarme sobre las almohadas de nuestra cama, lo veo por un momento, no se ha quitado la pijama, hace días que no lo hace, solo cambia una por otra, no se viste como solía hacerlo, quizás piense que no tiene sentido cuando lo único que hacemos es permanecer en nuestra habitación, me pone triste verle sin su brillo habitual, intento que no lo note mientras pasa su mano por mi cabello blanco y doy el primer sorbo al te que me prepara cada mañana, una infusión con ingredientes que me ayudan a calmar el dolor de mis débiles músculos.

– ¿Estas bien? – Pregunta preocupado al ver la tristeza que inútilmente intenté ocultar. Le entrego la taza para que la coloque sobre el mueble a nuestro lado.

– Estaría mejor si salieras a dar una vuelta. - Claramente mis palabras le molestan, no importa lo mucho que intente alejarlo, por lo menos unas horas para que su mente se despeje, Magnus no se aleja de mi ni por momento. Debería estar feliz por eso, debería.

Magnus sonríe, y toma mi mano, la diferencia entre mi piel surcada y la suya es absurda, siento sus labios en ella y nuestros anillos Lightwood brillan en comunión. - ¿Cuándo vas a dejar de intentar alejarme, Alexander? – dice tierna y dulcemente, aun después de todos estos años, sus palabras me provocan una agradable sensación en la boca de mi estómago, es tan bello como siempre, tan hermoso como el primer día y lo amo mucho más que entonces. Sus labios dejan mi mano y llegan a los míos, un beso dulce y lento. – Eres todo cuanto necesito. – Me dice y le creo, por supuesto que le creo, no hay ni un asomo de arrepentimiento en él, hay una contundente felicidad en sus ojos, felicidad que es tan frágil, como lo son ahora mi cuerpo y mi corazón.

Pensar en eso me golpea y me da la fuerza para soportar, para exigir a mi cuerpo que no se rinda, que se quede más tiempo con él. También Magnus lo es todo para mí, justo ahora podría renunciar a todo por él, justo ahora solo quiero darle lo que más desea y me siento impotente cada vez al darme cuenta de que no puedo darle nada, no puedo darle resignación y no puedo evitarle la pena que es cada vez más inminente. Solo puedo seguir dándole lo que hasta ahora le he dado, más tiempo.

ReencuentroWhere stories live. Discover now