ÁNGEL - LARRY STYLINSON.

ⅠⅩⅩ

－No entiendo cómo puedo hayar esto divertido...debería estar muy enfadada, ¿qué clase de madre soy?-Johannah habla para sí misma. 

El ángel y su amo están parados frente a la consorte, con sus miradas clavadas en el suelo. 

－Imaginate si hubiese sido tu padre, definitivamente estaría molesto.-Jay niega y mira con diversión a los seres frente a ella.－Han sido realmente descuidados y no es la primera vez...¡Oh vamos Lou! ¿enserio eres así de romántico?

－¡MAMÁ! ¿no deberías reprenderme en lugar de burlarte?-El príncipe se encuentra apenado y molesto por el comportamiento de la consorte. 

－Es cierto...creo que, debería reprenderlos, tal vez...¿asesinar a uno de ustedes?-Los mira con expresión seria. 

－¡MAMÁ!-Louis grita molesto. 

Harry está a punto de llorar. 

－Aish, nada de lo que digo te agrada.-Jay se fija en Harry, está totalmente asustado.－Oh, lo siento tanto cariño, no debes estar preocupado, todo estará bien, no los castigaré o algo parecido.-La voz amable de Johannah tranquiliza un poco al menor. 

－Siento mucho causarles tantos problemas.-Harry habla con voz afectada. 

La consorte observa con desaprobación a su hijo y luego dirige una dulce mirada al ángel.  

－No has causado problemas. Sabía que tu presencia en el palacio cambiaría muchas cosas, eres un ser bondadoso, pero como todos, mantienes una leve parte humana, siempre he sabido esto y sinceramente, no sé de dónde sacaron los Dioses que un regalo del cielo no puede amar, estoy segura de que tu cariño hacia mi hijo es puro y no me opondré a eso. 

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－Pequeño...pequeño.-La voz de la príncesa se escucha lejana.－Ya debemos irnos, me he levantado un poco tarde.-El menor empieza a abrir los ojos poco a poco y el rostro de Eleni es enfocado por su visión. Se frota los ojos y se sienta con los pies colgando del colchón, sus piernas aún son demasiado cortas para tocar el suelo. 

－Cambia tu ropa, te esperar...-Un estruendo se escucha, espantando horriblemente a los dos seres. La puerta de la cabaña ha sido destruida.－Karsten...escóndete ahora.-La príncesa avisa con voz temblorosa.

－P-pero príncesa...

－¡Hazlo ya!-Ordena severamente. 

El licántropo obedece y busca ágilmente un lugar en el cual esconderse. 

Eleni sale lentamente de la habitación en busca de los intrusos. Observa la pequeña sala y todo se encuentra en su lugar, avanza hasta la cocina y allí están, dos inmensos minotauros a su espera. Su respiración se vuelve irregular. 

－No sabe cuánto la hemos buscado, su majestad.-Uno de los seres comenta con voz siseante. 

－Lo imagino, mi padre ha de estar muy preocupado.-Dice Eleni con sarcasmo. 

－Venga con nosotros príncesa, todo será más fácil si usted obedece.-Habla el otro, que parece más severo en su actuar, tal vez, el líder. 

－¿Obedecerles? ¿acaso olvida quién es parte de la familia divina? ustedes son los que deben obedecerme.-Eleni habla confiada. 

Los seres se miran por un instante y avanzan algunos pasos, dispuestos a llevarse a la princesa a la fuerza. 

－Al parecer mi padre olvidó decirles una cosa...-Las palmas de las manos de Eleni se posicionan abiertas frente a ella, cada una en dirección a cada minotauro. Sus venas empiezan a aparecer, sus ojos se enrojecen  y sus labios se tornan pálidos. Cierra sus dedos un poco y los gritos se los seres se hacen presentes.－En este momento, mis manos están al rededor de sus corazones, puedo sentirlos, laten rápido y son realmente débiles.-La voz de la príncesa ha cambiado en su totalidad.－Ustedes han elegido el lado equívocado.-Sus dedos se cierran más, estrujando con fuerza los corazones de los contrarios. Los alaridos de los seres y su desespero por liberarse son notables, sus piernas se mueven rápido y sus brazos buscan librarse, las armas que traen, caen súbitamente al suelo.－Lamentablemente no tengo la fuerza para acabar con sus vidas, así que, asegurense de decirle a mi padre que me deje en paz, o aplastaré tanto su corazón que saldrá sangre de sus ojos.