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~El brindis de Armin~

— ¡Ahora que hable el padrino! — gritaron, todos voltearon a ver al pelinegro.

Castiel, quien estaba a unos asientos de el, lo miraba enojado por qué le "robó" el puesto como padrino.

Kentin y Sucrette sonreían nerviosos; no sabían lo que diría Armin.

— Bueno, bueno.. — Armin se paró de su asiento y suspiro. — Wow.. — miró a sus amigos. — Sabía que te casarías primero que yo pero, ¿que rápido no? — dijo, invitados a su alrededor rieron.— Todavía recuerdo la cara de asombro de Sucrette al ver a Kentin transformado en lo que es ahora. — la rubia se sonrojó.

— ¡Tampoco estaba taaan feo! — le interrumpió Kentin.

— Oh, ¿quieres que te enseñe una foto? — le contestó; todos rieron a lo que Kentin agacho la cabeza avergonzado y le pidió que continuará. — Se que no todos aquí conocen mi patética historia pero; aunque no se las voy a contar, déjenme decirles que por un tiempo lastime los corazones de mis amigos. — los chicos lo miraban tristes. — Si todo se hubiera quedado ahí seguramente ese pelirrojo estuviera dando MI discurso. — señaló a Castiel. — Pero por suerte pude arreglar las cosas con todos; y ahora estoy viendo a mi mejor amigo casarse con el amor de su vida. — una lagrima paso por la mejilla de Armin, varios contestaron con un "Aww" — Conozco a Kentin y a Sucrette desde hace unos pocos años, he sido testigo de cada una de las etapas de su relación, y a pesar de todo lo que pude haber dicho al respecto, en el fondo siempre sentí que acabaría diciendo estas palabras. Porque cuando dos personas se miran de la forma en que ellos lo hacen, no hay otra alternativa que compartir juntos el resto de la vida. Y yo creo que todos los presentes, podemos dar fe de esa mirada, de lo contrario no estaríamos aquí, siendo parte de esta unión que se produjo mucho antes de que ninguno de nosotros tuviera conciencia de lo que pasaba, una unión, que me permito bendecir, y prometo cuidar y apoyar hasta que Dios lo decida conveniente.

— ¿Eso lo saco de internet? — preguntó Ren.

— Si, yo lo mire buscarlo. — contesto Alex.

—¡Felicidades por subir de nivel Kentin! — finalizó Armin; sus amigos rieron y aplaudieron por el discurso.